Capítulo 9

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NAYEON'S POV:

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NAYEON'S POV:

— Jihyo es un gran ejemplo, mis hermanos, de que el daño en mi familia ha sido demasiado grande, pero que ya está todo sanado, su alma está llena de luz ahora, el proceso debió haber sido demasiado fuerte para ella.

Estamos en la celebración en casa, todos los de la iglesia estaban invitados, pero algunos decidieron no venir. Esta vez, Sana sí lo hizo. Nos presentamos como era debido, y aunque yo tenía planeado que para el día en el que eso sucediera la haría prometer que sería buena, sus acciones me demostraron más de lo que ella hubiese podido decir.

Jihyo fue examinada por un doctor, el cual llegó a la conclusión de que el estrés la había hecho estallar. Ella seguía descansando en su habitación, después de despertar del desmayo, sus piernas estaban tan débiles que no podía caminar. Sana se ofreció a quedarse con ella mientras yo iba con Jeongyeon.

Mis padres estuvieron encantados cuando Jeong se presentó en casa de manera educada y vestida medianamente formal, como la situación lo requiere, según ellos. E incluso, los hizo feliz el hecho de que me haya regalado un ramo de flores blancas.

Una chica regalándole flores a su hija y ellos se lo toman a bien, increíble. Hasta ignoraron el tono rosa de su cabello corto.

— Mírale el lado bueno, Nayeon, al menos los postres están ricos —dijo mi amiga, comiendo los canapés dulces que mi madre sirvió.

— Eso no me ayuda.

— Me das miedo.

— Lo siento, es solo que odio ver a mi padre así de contento por algo que es una mentira —murmuro, mi voz expresando todo lo que siento.

Agarro la bandeja de la cual Jeongyeon está comiendo y la hago tomar la que está al lado, ella me mira confundida, pero yo solo le hago una seña para que me siga. Subimos hasta mi habitación y cierro la puerta con el seguro.

— ¿Traes a todas las chicas a tu habitación después de bautizarte? Eso es sucio, Nayeon —ella se ve sería diciéndolo, pero sé que en el fondo está riéndose.

— No a todas, solo a las que me gustan —suelto sin nada más. Creo que el bautizo me ha dado la valentía suficiente para hacer cosas que no creí que podría.

Jeongyeon se calla, yo solo sigo mirándola, en silencio. Sus mejillas y orejas están rojas, me causa ternura el hecho de que toda su cara está cambiando de color. Se mete tres canapés en la boca al mismo tiempo y se sienta en mi cama, justo a mi lado.

Ahora solo nos miramos, ella no sabe qué hacer y yo me río. A este punto, si me rechaza, al menos sabré que fui valiente al confesar mis sentimientos.

— ¿Solo a las que te gustan? ¿En qué me convierte eso? —dice al fin, cuando termina de tragar los postres.

— Jeongyeon, ¿de verdad estás preguntando?

our parents; 2yeon, sahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora