CAMINO AL CIELO O AL INFIERNO AIDA O ATALANTA 1

CAPITULO III SEMANA ANIVERSARIA

  Había pasado apenas unas semanas del fallecimiento de su abuela, los estragos en su corazón siguen muy presentes, su alegría es un recuerdo de un pasado incierto, solo la promesa de saber la verdad la mantiene en pie. Otro evento estaba próximo a ocurrir, ya que solo unos cuantos días quedaban para la semana de aniversario del Colegio eran muchos los preparativos que aún estaban pendientes, entre los ensayos, el vestuario, la comida y bebidas, las jornadas se hacían largas y tediosa. Nada debía salir mal, esta era la fecha más importante para la institución, era el único momento del año cuando se abrían las puertas para padres, representantes y personas en general. Además, era la ocasión donde se recaudaba la mayor donación de fondos para las actividades del Colegio.

La ilusión por las presentaciones podía sentirse en el aire, en cada una de las habitaciones las alumnas ensayaban sus números y actos, hasta Aida se encontraba practicando con Linda, después de tanta insistencia la convenció de participar en la actividad y aunque no lo demostraba, en su corazón tenía la esperanza de que su padre asistiese a verla.

Linda contantemente la alagaba: — qué bueno que hayas aceptado participar, todos serán testigos de la hermosura de tu voz, con tu canción y conmigo en la guitarra seremos un éxito, le ganaremos a esas tontas de Mederit y Felicia. Ja, ja, ja, ya lo verás.

—Amiga ya sabes que todo esto lo hago por ti, porque, aunque me encanta cantar, este evento no me interesa. Lo único que quiero es ver a mi padre, lo extraño mucho.

En el caso de Aida y de Mederit fueron supervisadas directamente por la madre superiora, esto para evitar cualquier imprevisto o situación irregular. Ella manifestó estar agradablemente sorprendida con la de la princesa, desconocía su talento para la música.

—En verdad la señorita Hamilton es una niña excepcional, a pesar de todo lo que ha vivido sigue siendo dulce y buena, estoy segura que con la ayuda de Dios será la reina que necesita nuestro Ateliese— susurraba la madre mientras la observaba.

En tanto en su corazón ocurrían un sinfín de sentimientos diversos, desde la muerte de su abuela no sentía ilusión por nada, pero después de mucho negarlo la verdad es que la idea de cantar frente a todos sería algo muy bonito, en el fondo sabía que esto le encantaba y siempre soñó con mostrar su talento, en especial a su papá.

A los oídos de Mederit habían llegado noticias sobre lo bello de su presentación, para una persona como ella el hecho de ser superada por alguien no estaba en sus planes, mucho menos por la persona a quien envidiaba tanto. Fue entonces cuando se le ocurrió la idea de enseñarle una gran lección.

Corrió rumbo a su habitación para contarle su plan a su prima, así como para ordenarles las cosas en la que esta debía colaborar. Camino a su alcoba se tropezó con Linda, buena oportunidad para saber más sobre su acto, así como para poder ajustar su estrategia en contra de sus compañeras.

—Hola Gordis, ¡discúlpame!, quise decir hola Linda. ¿Cómo estás?

—Bien gracias, que extraño que me saludes, nunca has notado siquiera que estoy en el colegio.

—No digas eso, yo sé que no somos amigas, pero eso no significa que no me agrades. Además, con esto de los ensayos para el festival esta semana casi no hemos estado juntas en el salón— continúa diciendo— ya supe que tú y Aida tienen preparado algo muy especial para el evento.

—Sí, ella va a cantar y yo voy a tocar la guitarra, estoy muy feliz por eso, además de segura que va ser un éxito.

—¿Sabías que siempre hay premiaciones para las ganadoras? —la interroga Mederit.

—No, pero qué lindo si ganamos nosotras. Esto podría alegrar mucho a mi amiga, ya que con la muerte de su abuela ha estado muy triste.

—Supongo que sí, el único inconveniente es que todos los años desde que estoy aquí gano yo, pero igual inténtenlo gordis. Ja, ja, ja.