CAPITULO VIII LLEGADA DEL HOMBRE HERMOSO (Parte 1)

7 1 0
                                    

Después de casi un mes fuera del colegio y de los reproches por parte de su padre, de preguntas sin respuestas, de miedo y de rabia, finalmente Aida regresa al colegio para intentar terminar el año y obtener su título que le permitiría quedarse de manera definitiva en el palacio, y así cumplir con sus obligaciones de princesa. Por primera vez va de la mano de su padre, sin alzar la voz, sin cuestionar nada. El engaño y la traición de Amadeo, esos poderes extraños, todo eso la mantenía confundida además de muy cansada.

Apenas accedió a las instalaciones todas las miradas se posaron sobre ella, podía oír sus pensamientos llamándola demonio, temiéndole, esto le permitía saber que los poderes seguían allí, que estaban más presentes que nunca.

La madre superiora sale a su encuentro, recibe a su padre y habla un rato con él en su oficina, le muestra su inquietud por todo lo ocurrido y le sugiere que le cuente la verdad sobre sus raíces, este se niega rotundamente afirmando que eso no pasará, este era su juramento y no lo rompería por ningún motivo.

—Majestad, entiendo todo lo que me dice, quien más que yo para conocer sus razones, pero comprenda, esto está fuera de control, es muy arriesgado para todos, incluyendo a su hija.

—Hermana ya al año le quedan menos de tres meses, el mismo tiempo que falta para que ella cumpla su mayoría de edad. Cuando eso suceda me la llevaré de aquí y todo estará resuelto.

—Mientras tanto ¿Qué hago?, ¿Cómo la protejo a ella y a todos?

—Tranquila, yo hablaré con mi hija y le daré algo que controle sus poderes, tenga confianza, nada sucederá.

Después de un rato de conversación salen hacia donde se encontraba la joven esperando, esta estaba sentada en el salón de visitas, esperando castigos o sanciones, la sorpresa la invadió al ver la calurosa bienvenida por parte de la religiosa, la cual la dejó a solas con su padre después de despedirse de él.

—Papá ¿Qué sucederá conmigo?

—Todo seguirá como antes, tú terminarás el año, y cuando cumplas dieciocho vendré por ti para llevarte al palacio.

—Mientras tanto ¿Qué haré con esos poderes?, ¿Cuándo me dirás por qué los tengo?, ¿Quién soy?, necesito saber.

—Eres mi hija, la princesa y sucesora, eso es todo. En cuanto los poderes, son reflejos de tu mente, el cansancio, la molestia constante, si estás tranquila no volverán aparecer. Nada más tengo que decir— este hablaba mientras le colocaba el medallón que su abuela le había regalado.

—Este es el medallón de mi abuela ¿Dónde lo conseguiste?

—Lo dejaste en la casa la última vez que estuviste allá.

—¿Por qué me colocas el medallón?

—Este canalizará tus emociones, lo que impedirá que estos hechos vuelvan a ocurrir. Confía en mí y haz lo que te digo, por lo pronto debo irme.

—Padre no te vayas, debes decirme algo.

—Ya dije que no hay más, obedece de una vez por todas. Vuelvo por ti en dos meses.

Lo vio alejarse, de nuevo la deja en duda sobre toda esta situación, Aida apretaba con fuerza el medallón mientras habla al cielo pidiéndole a su abuela que la ayude, y teniendo presente que muy pronto iría a esa cabaña a buscar la tan ansiada verdad.

En el colegio se acordó no hablar de lo sucedido, por las reparaciones del templo no habría problema, ya que todo sería cubierto por el rey, para eso se enviaría a un experto en construcción el cual vendría de Italia y realizaría las reparaciones en tiempo récord, poco a poco la normalidad volvía, Aida acudía a clases, a las oraciones y demás actividades, a pesar de esto el miedo que le generaba su presencia a las otras alumnas era evidente, aunque trataban de actuar normal, casi nadie le hablaba, solo su fiel amiga estaba a su lado, ambas se sinceraron sobre lo que sentían referente a las acciones de Amadeo, y esta prometió estar con Aida el día que descubriese la verdad.

CAMINO AL CIELO O AL INFIERNO                  AIDA O ATALANTA 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora