CAPÍTULO XVI OSCURIDAD TOTAL (Parte 1)

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      En Ateliese la batalla por el poder absoluto y la riqueza del pueblo estaba por empezar, ambos ejércitos se ubicaban de forma estratégica para sorprender al enemigo, el odio los invadía, los demonios se encontraban sumergidos por las ansias de venganza y el deseo de apoderarse de todo; entre tanto los humanos de corazón justo que no habían sido tocados por la oscuridad del pecado buscaban lugares donde esconderse para evitar ser dañados, el miedo los consumía, algunos de los habitantes de Ateliese que observaban a lo lejos encontraron entre las filas demoniacas alguien conocido, se trataba de su princesa, aunque estaba muy cambiada era ella, esto les daba un poco de esperanza a pesar del terrible panorama.

A punto de comenzar el enfrentamiento algo extraordinario ocurrió, parte de las legiones del infierno se colocaron al lado del ejército de Andras como señal de apoyo a esta y de rechazo a Aida como soberana, esto provocó gran molestia en los gobernadores los cuales juraron asesinar a todos los traidores. Los nuevos eventos generaron un ambiente de desequilibrio en su ser, no sabía que pensar o que esperar después de la clara molestia que le generaba a algunos de los demonios que ella fuese su líder. Mientras se llenaba de dudas, Amadeo disfrutaba tenerle cada vez más acorralada, verla confundida, la volvía más vulnerable y por tanto más dependiente de su apoyo.

Lo ocurrido mostraba que muchos de los seres no estaban conformes con la imposición de Bael, asimismo indicaba el gran liderazgo que Andras tenía, y que sus amenazas no eran falsas o exageradas cuando dijo que muchos de los demonios no apoyarían a una humana aparecida de la nada, por más nieta de Bael que esta fuera. Los sucesos recientes dejaban a Aida atónita y desencajada, pero no se amilanaba ni por un momento, sabía cuál era su misión y la llevaría hasta el final.

Mientras esto ocurría el caos se hacía presente, algunas personas estaban invadidas por las perversiones, los pecados y los vicios, los deseos impuros estaban a la orden del día, el infierno seguía siendo resguardado por la legión de la avaricia, mientras las otras estaban preparadas para luchar.

De pronto se encontraron cara a cara el ejército de Andras con el Aida, en la batalla donde se decidiría el destino no solo del infierno, sino el de la tierra y de la humanidad en general; fue entonces cuando la rabia y el odio se apoderó de Andras— Tú no mereces ese puesto, hace unos días ni siquiera sabias que eras un demonio, y estoy segura que en cualquier momento nos vas a fallas.

La mirada que esta arrojó hacía Andras más que de odio era de una burla inmensa, estaba segura que en este momento la sobrina de Bael no era rival para ella, de hecho, casi nadie lo era.

Después de reírse se dirigía a esta—Digas lo digas no eres capaz de derrótame, soy mil veces más fuerte y poderosa. Así que ríndete y tal vez te perdone la vida— las palabras de Aida la indignaban, se mostraba furibunda y fuera de control.

—¿Qué te crees insignificante humana? —la interrogó, al tiempo que levantaba su espada y la apuntó hacia donde ella se encontraba, allí comenzó la batalla tan ansiada.

Los soldados sublevados alzaron sus espadas en contra del enemigo, comenzaron atravesarlos una y otra vez, la sangre corría libremente, en cada esquina se encontraban brazos, piernas y pilas de cabezas arrimadas como un gran botadero de basura, por un instante la balanza se colocaba a favor de Andras, está creó una gran llamarada de fuego que empezaba a consumir los jardines de las casas centrales.

Las personas corrían desesperas buscando donde esconderse, muchas de ellas se herían mientras lo hacían, la intención de Andras era mover los sentimientos que sabían que aún se encontraban en Aida , al final del día ella era mitad humana, fue entonces cuando empezó a mostrarle algunas de las religiosas del colegio las cuales habían sido secuestradas durante sus compras semanales al pueblo, a dos de ellas las atravesaron con la espada asesinándola al momento y a una tercera le enterraron un puñal en el corazón.

CAMINO AL CIELO O AL INFIERNO                  AIDA O ATALANTA 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora