004

1K 91 2
                                    

   ★🎸🎧⋆。 °⋆

   Lo habían obligado a ir junto a ellos a un puesto de chocolate caliente en el centro de la ciudad. Al principio se había negado por obvias razones, odia el frío, específicamente la nieve y cualquier cambio climático que existiera.

   Tenía metida sus manos en los bolsillos, no había llevado nada más que un abrigo, que, en su opinión abrigaba una mierda. Le tocó buscar calor por su cuenta, estaba empezando a odiar la sensación congelada en sus orejas y nariz.

   Por si fuera poca su suerte, la cola de espera estaba exageradamente larga, así que tendría que soportar estar de esa manera por un buen rato. Una ráfaga de viento lo hizo fruncir el ceño, estaba seguro que moriría por hipotermia si seguían esperando. En consecuencia una vena se marcó en su frente debido al enojo.

   Yamae, quien los había acompañado a petición de Kaminari, lo observó de reojo, percatándose de su rostro y nariz ruborizadas debido a las bajas temperaturas.

   Frunció el ceño cuando la vio acercarse junto al gorro de lana que antes ella llevaba puesto. La vio con molestia, queriéndose quejar ante su acto de confianza, pero no pudo al prestarle más atención y darse cuenta que ella lo miraba expectante, esperando a que agarrara lo que le estaba ofreciendo. Chisto la lengua y lo tomó con rapidez, se lo colocó y se cruzó de brazos sintiendo como sus orejas empezaban a tener un poco de calor.

   No le agradeció, simplemente se quedó en silencio hasta que su turno de pedir su bebida llegara y cuando llegó, simplemente pagó.

   Se apartó del lugar, yendo a sentarse en una de las tantas bancas del lugar. Dio un suspiro antes de sorber de a poco el chocolate. Los demás empezaron a sentarse también, cada uno buscaba a su grupo para pasar el pequeño rato en el que se quedarían. Y para su mala suerte, sus amigos no tardaron en sentarse a su lado y molestarlo como ya estaba siendo costumbre.

─¡¿Por qué no te quieres sentar con nosotros?! ¡vamos, no seas gruñon!

─¡Porque hacen mucho ruido! ¡Agradezcan que vine, ni siquiera debería estar aquí!

   Se dio media vuelta irritado, no lo pensó dos veces al sentarse junto a Yamae. Ahora ambos estaban en cada extremo del asiento. Ni él la miro, ni ella a él, simplemente sumergidos en el silencio, tampoco le interesaba en entablar una conversación, al menos no en ese momento.

   Sí, había estado más cascarrabias de lo normal, pero es por el frío. Les recalcó una y mil veces que le desagradaba la idea, aún así. . . Fue él mismo quien accedió al final por motivos que no diría.

   A veces, se odiaba por ser así, aunque eso tampoco lo diría.

   Se giró a verla, fijándose en como miraba el vaso directamente. Agradecía que ella no hablase tanto, pero le fastidiaba saber que era casi igual a Todoroki; callados y reservados. Solo que Yamae le caía un poco mejor. Ese sentimiento extraño de sentir que la conocía no se desvanecía, estaba ahí casi siempre, haciéndolo pensar más de lo que le gustaría.

   ¿Quién es realmente ella?

   Frunció sus cejas al sentir un dolor de cabeza, apartó la mirada y esperó a que la sensación se desvaneciera. Fue horrible, como si le martillaran la cabeza, no tuvo ni idea a que se debió. Esperaba regresar pronto a las instalaciones.

   Los minutos pasaron, sintió que espero una eternidad cuando por fin sus compañeros se dignaron en regresar a la UA, fue el primero en levantarse, sin más, el último en caminar, estando detrás de los demás solo para conseguir algo de paz tranquilidad.

ᴄᴏɴᴇxɪᴏɴ | ʙᴀᴋᴜɢᴏ ᴋᴀᴛꜱᴜᴋɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora