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Sus ojos se abrieron de par en par mientras la alarma sonaba sin parar. Su cuerpo estaba sudoroso y su respiración agitada. Miró a su alrededor solo para percatarse de que el sol ya empezaba a salir y pronto debería ir a las clases.
Tocó sus mejillas y sintió como estás estaban húmedas, aún confuso se levantó, sintiendo una vibra extraña que lo abrazaba.
Algo que nunca antes había sentido.
Se alistó para ir a la academia, aún pensante, mientras recordaba pequeños fragmentos de lo que había soñado. No recordaba mucho y eso le resultaba en cierta parte estresante.
Decidió dejar de lado sus pensamientos para empezar a bajar las escaleras. Se había quedado el fin de semana en la casa de sus padres y por motivos personales no pudo regresar el día de ayer a las residencias de la UA.
Salió con apuro, despidiéndose torpemente de su madre quien lo regaño por no haber desayunado adecuadamente. Aún así, sólo la calló y se marchó, pues debía agarrar el próximo bus o realmente no llegaría a tiempo y él odiaba llegar tarde.
Maldijo para sus adentros porque su padre había ido al trabajo temprano y no había podido hacerle el favor de dejarlo cerca de la academia.
Como odiaba los lunes, pero sobre todo odiaba los lunes por las mañanas cuando tenía que agarrar el bus.
No pudo estar más enojado cuando se percató de que el vehículo iba excesivamente lleno, de no ser porque iba retrasado, seguramente lo hubiera dejado pasar y se hubiese subido al siguiente que pasara.
Se acomodó lo mejor que pudo, intentando no hacer contacto físico innecesario con otra persona, aunque no sirvió de nada, alguien lo había empujado y no pudo hacer más que mirarlo mal por su acción.
Esperaba deseoso que su parada llegara, realmente no soportaba esta mañana y necesitaba desquitarse con alguien, específicamente con Kirishima o Kaminari.
Salió de sus pensamientos cuando sintió una mirada fija en él, por lo que buscó el causante de aquello. Sólo bastó con ver a unos cuantos metros de él para que todo a su alrededor se realentizara.
Una sensaciones de melancolía lo invadió de repente, una muy fuerte.
Su mirada carmín se encontró con unos ojos que lo cautivaron sin siquiera poder evitarlo. Era muy diferente a ver a cualquier otra persona, está le generaba algo inexplicable. Le resultaba incluso irreal lo que estaba sintiendo porque jamás en su vida había visto a la persona que tenía delante. Sólo era una extraña que subió al mismo autobús que él.
Aún con todo eso, no pudo evitar preguntarse; ¿Quién era ella y por qué se sentía extraño al verla?
Fue el sentimiento de familiaridad lo que lo llevó a soltar un suspiro ahogado, realmente confundido con la situación, más que nada porque sentía que ya lo había vivido. Algo así como a lo que sus amigos llaman deja vú.
Ese era el sentimiento que ella le generaba, mezclado con algo más que no podía descifrar. Lo que más le asustaba era el hecho de la calidez que lo invadió cuando ella le sonrió con amabilidad, como si se conocieran de toda la vida.
Salió de su trance cuando la voz del parlante indicó su parada, y para su mala o buena suerte la desconocida también bajó en la misma.
Ella llevaba un uniforme azul marino bastante elegante, seguramente de una preparatoria privada de por ahí.
─¡Bakugō! ¿Tú por aquí? Se va a acabar el mundo.
Fue abrumador ver a Kaminari y Kirishima, al parecer rondando por la zona en busca de algo que comer. Sus amigos empezaron a explicar el motivo real del porque estaban ahí, pero él sólo pudo hacer un ademán con su mano como si de verdad les prestara atención, cuando realmente toda se había ido a la chica a unos metros de distancia.
─¡Hikari! Tardaste mucho.
Aquella palabra bastó para que algo vibrara dentro de su pecho y no pudo evitar sentirse nostálgico, como si hubiera esperado tanto para escuchar ese nombre a pesar de que no recordaba haberlo visto o escuchado en otro lado.
La siguió con la mirada, perdiéndola entre el resto de personas que bajaban de los buses. Lo último que vio fue su cabello largo y azabache.
Él no tardó en empezar a caminar en dirección opuesta, pues iban con el tiempo y no se arriesgaría a llegar tarde.
Tal vez estaba confundido por todo lo que estaba sintiendo y pasando. Lo que no sabía es que los dos estaban caminando en el mismo sentido, y no hablo de la dirección errante de sus pasos.
El universo había conspirado para unirlos, para hacerlos dos extraños que en un futuro cercano se convertirán en amantes.
Quizás suene extraño o raro, pero la situación que ambos estaban pasando, algunos lo llamarían destino, otros prefieren llamarlo casualidad.
Sea cual sea, lo que estaba claro que es que los dos estaban hecho uno para el otro. En todos los universos Hikari Yamae se enamora de Bakugō Katsuki, y no importaba si terminaba bien o mal, el hilo que se unía a ellos era tan fuerte e intenso, tanto así que tampoco importaba si morían, pues sus almas seguirían atadas y se reencontrarían una y otra vez.
Bakugō no lo sabía, pero el sueño que tuvo y que fue olvidando poco a poco mientras transcurria la mañana, fue una señal de que ella llegaría a su vida.
Los sueños son vistazos de nosotros mismos a otra realidad, o también son señales de que algo similar está por pasar.
Quizás en su sueño todo acabó mal, pero no significa que sea igual esta vez, quizás puede acabar de una buena manera.
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ᴄᴏɴᴇxɪᴏɴ | ʙᴀᴋᴜɢᴏ ᴋᴀᴛꜱᴜᴋɪ
Fanfiction🎸⋆⭒˚。⋆ Esa sensación de melancólica cuando vas en el autobús y de repente te encuentras con una mirada, una que se siente diferente, que te genera algo inexplicable. Que te resulte incluso confuso cuando te das cuenta que no es una persona que cono...