❦33

639 103 4
                                    

Katsuki encontró a Izuku mirando por un ventanal, Shia se había ido recientemente y él tenía esa sensación de querer hacer más.

Sintió un par de brazos rodearlo junto a ese aroma que tanto ama, se relajó al sentir la calidez de su pareja.

—Kacchan?— habló después de unos segundos —¿Cuántos omegas allá afuera pasaron o están pasando una situación como la mía?

—Muchos— respondió bajito Katsuki preguntándose que pasaba por la cabeza de su Omega.

—¿Cuántos lograrán justicia?

—Muy pocos mi amor— por qué aunque vivían en una sociedad que presumía el haber dado voz y voto a los omegas la verdad es que siempre apostaban por los alfa, ellos tenían las de ganar y aún más beneficios.

—Me gustaría cambiar eso, no es justo que muchos sufran en silencio y solos, yo necesito ayudarlos— susurro sintiendo el nudo en su garganta solo imaginando el dolor de Shia.

Katsuki lo hizo girar en sus brazos y lo miro a los ojos— se que lo lograrás si te lo propones mi amor, y tendrás siempre mi apoyo incondicional, pero necesito que en estos momentos te cuides, el juicio fue un proceso duro y estresante, nuestros cachorros necesitan a su madre y yo a mi pareja, hablemos con los chicos, busquemos maneras de que puedas lograr darles una voz a todos los omegas, pero que sea después de que él o ella nazca.

Izuku lo miró, sabía que Katsuki estaría ahí para él y se sintió maravilloso al sentir el apoyo que le daba, pero tenía razón, su cachorro era su prioridad

—¿Puedo seguir  trabajando desde casa?— preguntó inocentemente

—No deberías preguntar, sabes que puedes hacer lo que desees mi amor, siempre que esto  no ponga en riesgo tu salud— le respondió con una sonrisa.

༻༒༺

Volver a casa ese día fue diferente, como si el peso se fuera de sus hombros, era el comienzo de la vida de ambos.

Bajaron del auto con ánimos y la necesidad de ver a su cachorro y llenarlo de abrazos y amor.

Dentro de la casa sus amigos los esperaban felices de que la pesadilla se acabó al fin. Izuku sonrió de maravilla y avanzó directo a Keshi que soltó una risita maravillosa al verlos.

Uraraka había preparado una comida espectacular y la celebración entre ellos fue amena y cálida, en un momento de aquella velada se levantó para cambiar a Keshi y dejarlo en su cuna pues el pequeño dormía plácidamente después de haber sido mimado por Izuku.

Cuando el peliverde volvió, observó en el comedor a los amigos de Katsuki sentados ahí, Melissa y Rumi incluidas, era curioso, nunca imaginó que un día estaría así, compartiendo y conviviendo con héroes asombrosos que en su hogar charlaban, reían y se comportaban como personas normales.

Eso jamás habría pasado por su cabeza, como un Omega sin quirk y ratón de biblioteca podría aspirar a amistades así de asombrosas y leales.

De pronto se sintió abrumado por el cambio que su vida había dado, amaba todo aquello claro que sí, es solo que había pasado tan rápido que apenas su cabeza lo estaba procesando.

En silencio se dio la vuelta y caminó hasta el jardín trasero, Katsuki recientemente había enviado a poner un columpio bajo uno de los árboles más grandes, él había insistido en colocarle foquitos a ese árbol, y Katsuki le cumplió sin renegar, entonces ese lugar se volvió su favorito, por las tardes se sentaba ahí con Keshi y le amamantaba un rato disfrutando la calma.

Se sentó ahí, bajo el árbol, las luces y el cielo estrellado. Su mano paseaba con suavidad sobre su vientre apenas abultado, sus ojos fijos en el cielo se cristalizaron con las lágrimas.

—Ha pasado mucho desde que no hablo contigo mi pequeña estrellita— susurro Izuku— sabes mi amor, tuvieron que pasar tantas cosas para entender que yo valgo más que para estar en una casa y bajar la cabeza, y me duele entenderlo tan tarde, si hubiera sido más valiente estarías aquí, se que te gustaría, tener un hermanito, un papá maravilloso, una vida, lo siento tanto mi lucesita, perdón por no poder haberte salvado, no merezco nada de lo que tengo ahora— susurro bajito llorando sin parar— pero te prometo que les daré todo mi amor a tus hermanitos, se que eso te hará feliz mi niña.

Siguió ahí, llorando en silencio acariciando su vientre e ignorando que desde el ventanal un par de ojos carmín le veían

—Blasty?— Eijiro se acercó a su amigo asombrado de verlo llorar, siguió la vista del cenizo viendo a Izuku en aquel columpio—Hermano se que es duro pero ambos afrontarán esto y saldrán adelante.

—Si, es solo que me duele no poder ayudarlo— susurro Katsuki a su amigo antes de girarse y encararlo— Izuku es en todos los sentidos lo mejor que me ha pasado, mi vida entera y me duele su dolor, saber que lo está pasando mal.

Volvió a verlo unos segundos. Eijiro palmeó su hombro y asintió.

—Lo se, sonríes más desde que estás con él y eres menos agresivo, mis posibilidades de morir al día se redujeron de 99% a 91% eso es un logro enorme— bromeo Eijiro y Katsuki solo comenzó a reírse— ve con él

Katsuki asintió antes de tomar aire y salir al jardín, avanzó hasta Izuku y en silencio se sentó al lado del peliverde en el columpio.

Izuku en silencio se abrazó a él, no eran necesarias las palabras para entenderse, no fueron conscientes de cuánto tiempo pasó, solo que al fin el dolor había menguado.

—Gracias amor— susurro Izuku

—Nerd— respondió Katsuki aún mirando al cielo— creo que no he hecho las cosas como se deben, todo fue tan rápido y maravilloso, te gustaría ser mi novio? No puedo ofrecerte una relación perfecta, pero puedo darte cada respiro de mi vida— bajo sus ojos mirando a Izuku y sonriendo suavemente

Izuku se quedó en silencio tomando las palabras del cenizo y dejando que cada una se clavara en su alma— Sí quiero..

Katsuki comenzó a reír— que bueno que dijiste que sí, por qué llevas adentro a mi cachorro y no hay devoluciones.

Para cuándo entraron sus amigos ya estaban por irse, las últimas fueron Melisa y Rumi

—Quería darles una noticia— sonrió y le guiño un ojo a izuku— deje una copia de los resultados en tu correo, espero disfruten de ellos.

Lazos (BkDk) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora