Lazos (BkDk)

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Una tarde Izuku hizo maletas y Katsuki acomodo el auto familiar, anunciaron a sus amigos que harían un viaje en familia a la playa y estarían unos días fuera.

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Katsuki había estado un día en una torre viendo la ciudad a sus pies, la soledad del lugar le dieron el tiempo y el ambiente justo para pensar un poco sobre el cambio que tuvo su vida.

Nunca encajo cuando era Omega, siempre supo que esa casta no le ofrecía lo que necesitaba pero tampoco peleó contra ella, no se arrepentía, con ello llegó Keshi y aunque al inicio fue difícil aceptar el dolor de que no podría formar un vínculo con su hijo, ambos tuvieron una Luz de radiante sonrisa que se quedó con ellos y los cuido con amor.

Izuku era todo y más cuánto deseo, ahora era su pareja, y le había dado dos hermosos cachorros a los que amaba sin medida.

Y llegó esa idea, no quería esperar más para lucir un anillo en su mano, una muestra de que le pertenece a Izuku en cuerpo y alma.

Y por ello había pedido una boda en secreto y sonrió feliz cuando Izuku acepto.

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Las olas impactan con suavidad la orilla de la playa, sobre la arena se extendía una manta con cojines donde los tres pequeños retozaban, Izuku vestía un traje sencillo blanco.

Katsuki lo miro,la tela era suave y la forma de las prendas sencillas, habían pequeñas florecitas enredadas en los rizos verdes que le daban a Izuku una apariencia casi mágica, como si fuera una criatura salida del océano cuya belleza no era digna para mortales como él.

El hombre que oficiaria la pequeña ceremonia y daría legalidad a su unión llegó a la hora acordada justo cuando el atardecer estaba a poco tiempo de llegar.

Para cuando llegó el momento de los votos el cielo era una mezcla de tonos anaranjados, lilas, rosas y amarillos que hacían ver todo como si estuvieran en un cuento de fantasía.

—Durante mi vida me sentí perdido, sin saber que una fuerza más allá de mi entendimiento me guiaba a ti, renegue a mi propia naturaleza y cuando la acepte sentí que fue un error, llegaste cuando me sentí más inútil y vulnerable y me acunaste con suavidad entre tus brazos, sanaste con paciencia mis heridas y con amor me alentaste a seguir de frente, me has dado más de lo que puedo agradecer en una sola vida así que le pido a esa misma fuerza que nos unió que formo esté lazo que tenemos sea eterno por qué mi alma es solo tuya— El anillo que Katsuki deslizó en la mano de Izuku era de oro negro con una línea que lo recorría a la mitad en color naranja, en su caso la línea era verde.

—No te importo lo roto que estaba, me viste a mi y solo a mi, me dejaste entrar en tu vida y quedarme, me enseñaste que el amor no duele, no lástima y no mendiga, me has dado lo más importante en mi vida, no pude tener más suerte que la que ya tuve al conocerte, te sostendré siempre, en está y en todas las vidas por qué nuestro lazo es eterno y único— susurro Izuku con lágrimas en los ojos deslizando el anillo y sonriendo feliz.

Después de aquellos votos quizá cortos pero significativos, firmaron los papeles que oficialmente los reconocía como pareja, ambos se miraron finalizando aquella tarde con un beso.

—Al fin somos esposos— Izuku había ido a la pequeña cabaña que habían rentado, volvió con un pastel y unos platitos en su mano, lo dejo al centro de la manta y sonrió al ver a sus cachorros felices de saber qué comerían algo dulce.

—Al fin puedo gritar al mundo que estamos unidos de todas las formas posibles— aseguró Katsuki.

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Los cachorros al fin habían caído dormidos, los acomodaron en unos corralitos portátiles para evitar que se cayeran de la cama, Katsuki colocó a Keshi en su corral, busco a Izuku cuando salió de la habitación pero no lo encontró adentro.

Sentía una leve tristeza provenir del lazo que compartían, aquello lo llevó a ver por la ventana, vio a Izuku en la playa.

—Pasa algo amor?— se acercó con suavidad viendo la espalda del peliverde

—Solo admiro el lugar— en su mano llevaba una flor blanca de las que había en el jardín delantero de la cabaña, camino hasta que el agua mojó sus pies y se inclinó dejando la flor en el agua y viendo como está la arrastró— Estoy listo para continuar, ya no hay dolor al pensar en ella, solo un amor infinito, es mi forma de decirle que estoy bien, la despedida de aquel dolor y la bienvenida de la idea de que un día podré encontrarla nuevamente, así que debo vivir tanto y tan bien como sea posible para que ella también sea feliz.

Katsuki se acercó y lo abrazo, miro la pequeña flor alejarse, la luna la iluminaba cómo si supiera lo que significaba y quizá así era.

—Nuestra pequeña niña estará feliz y orgullosa de nosotros— le aseguro a Izuku que lo miro con sorpresa y una sonrisa, era la primera vez que Katsuki se refería a ella como de ambos.

—Si lo estará— confirmó Izuku.