Lazos (BkDk)

❦34

Subieron a la habitación en silencio, mientras el cenizo tomaba un ducha Izuku decidió abrir su correo en la portátil.

Revisaba los mails buscando el de Melissa hasta que lo encontró.

"Resultados" se leía en el asunto del correo.

Leyó en silencio sintiendo como su corazón latía con fuerza contra sus costillas, él y Melissa habían tenido razón, Katsuki presentaba un cambio importante en su cuerpo, habían cosas que jamás se irían, como el hecho de su estructura ósea que es ligeramente diferente en omegas y alfas, o el hecho de que tiene un útero y que con el debido manejo médico podría volver a concebir si se lo propone, o que muchos de los estudios menos detallados arrojarán omega dominante, fuera de ello Katsuki era un alfa.

La sonrisa en su rostro era encantadora, mientras mejor leía los resultados más feliz se sentía, si alguna vez creyó que su cachorro podría tener problemas al ser concebido por dos omegas se habían ido, y sobre todo la parte en que la compatibilidad de Katsuki con los Omega era excelente, así que si el cenizo quisiera podría marcarlo.

—¿Estás feliz?— preguntó Katsuki desde la puerta que daba a la ducha.

—Kacchan?—Izuku lo miró con cautela y el cenizo le devolvió el gesto con curiosidad —¿A ti te gustaría marcarme?

Katsuki miro a Izuku, solo de mirar aquel fino y hermoso cuello pálido mientras tenían sexo se le hacía agua la boca y sus colmillos picaban ante la imperiosa necesidad de morderlo.

—Si tan solo eso fuera posible sin duda lo haría cielo— respondió con honestidad.

Izuku sonrió feliz y asintió, su anterior marca era ahora un simple y cruel recuerdo de un pasado tormentoso, necesitaba aunque él había dicho que no, saber y sentir que pertenecía al lugar correcto, y ese era con su alfa, con Kacchan.

—Me gustaría que me marques— susurro mientras palmeaba el colchón a su lado, el cenizo avanzó hasta ahí y miro la portátil cuando Izuku se la ofreció

Habían muchos tecnicismos que no entendía del todo, aún así lo principal si que lo entendió, era un alfa, uno poco común eso era cierto pero uno al final de cuentas, no solo eso, podría marcar a Izuku si es que había entendido bien.

—Puedo marcarte en verdad?— pregunto en parte feliz y en parte asustado, no sabía si el cuerpo de izuku aceptaría de buena manera una marca así y mucho menos su cachorro cómo reaccionaría.

—Si— respondió Izuku y se acercó a besarlo, beso que fue respondido de inmediato por el cenizo.

Quizá eran las hormonas alborotadas por su gestación, la necesidad de pertenecer, o el hecho de que había en él una necesidad de borrar las marcas de dolor que Keigo dejó en su cuerpo, pero Izuku no dudo en subirse en Katsuki quedando a horcajadas sobre él.

El cenizo lo recibió sin rechistar, apretándolo contra él, gruñendo cuando Izuku movió sus caderas rozando su miembro que comenzaba a reaccionar al aroma atrayente que Izuku estaba soltando.

Sintió los labios de izuku bajar a su cuello, beso suaves, húmedos y calientes, sabía que el peliverde dejaría marcas y él no se molestó, en lo absoluto, por el contrario le gustó aquella necesidad de su Omega de marcar su propiedad

Sus manos se movieron calientes antes los estímulos de Izuku, retirando la playera que esté llevaba, admiro el cuerpo de Izuku, era hermoso, siempre se daba su tiempo para apreciarlo cada vez que lo tomaba.Sus labios viajaron directos a los pezones hinchados del Omega, su lengua se deslizó lentamente sobre el botón rosa antes de que sus dientes lo apresaran, aquello arrebató un gemido suave de Izuku.

El aroma de la excitación del peliverde comenzó a inundar la habitación, su entrada estaba ya tan húmeda, tan necesitada—Kacchan por favor— pidió bajito mientras el cenizo parecía empeñado en hacerlo enloquecer.

La mano de Katsuki viajó al sur colándose bajo los pantalones de izuku tomando entre ella la erección de su pareja, los movimientos de cadera del peliverde lo estaban volviendo loco. Sin poder más  invirtió la posición en que estaban sin importar que en el proceso la portátil cayó al suelo, retiró el resto de ropa de izuku.

Sintió su miembro temblar cuando observó aquella visual que Izuku ofrecía, ahí recostado en la cama desnudo, sonrojado y necesitado de él.

Se desvistió atento a la forma en que Izuku lo miraba con deseo. Sonrió con chulería ante las reacciones de su peliverde al verlo.

Se subió sobre Izuku cuidando no apoyar su pecho contra el peliverde que parecía tan pequeño debajo de él, las manos finas lo recorrieron con tanta delicadeza, sintió una corriente eléctrica cuando la punta de ambas erecciones se rozaron.

Izuku se removió empujándolo un poco, el cenizo entendió dejándose caer sobre el colchón y admirando a Izuku colocarse sobre él.

Su mano fue al vientre suavemente abultado de Izuku, estaba a poco de entrar en su tercer mes y comenzaba a notarse además del aroma dulce que se mezcla con la fresa y menta.

Izuku se alzó sobre sus rodillas acomodándose antes de bajar lentamente sobre el falo del cenizo. Hecho su cabeza hacia atrás sintiendo como lo llenaba, se quedó quieto cuando al fin entró completo, sonrió al sentir las manos de su alfa en su cadera, comenzó con movimientos suaves y circulares que sacaban gruñidos de Katsuki y hacían temblar a Izuku.

El cenizo se alzó quedando sentado mirando a su Omega, la forma en que tenía la cabeza hacia atrás dejaba una maravillosa vista de su cuello, sus colmillos crecieron y su boca salivo, comenzó a besar a Izuku que tembló al sentir sus labios sobre su cuello, no paró de moverse su cuerpo ardía en deseo y necesidad

—Kacchan— gimoteo cuando sintió los colmillos rozar su piel sin lastimarlo—Marcame.

—Tengo miedo Izuku— fue sincero, sus deseos no podían ser mayores a la salud de su pareja y su bebé— si tú cuerpo, si yo te lastimó de más, no me lo perdonaría jamás.

—No lo harás, por favor, confío en ti, lo necesito, necesito que todo recuerdo se borre por completo— gimoteo.

Se miraron a los ojos unos segundos intentando descifrarse el uno al otro.

Katsuki asintió al final viendo el brillo en los ojos de Izuku, esperaba que esa decisión fuera la correcta.