Lazos (BkDk)

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Los meses pasaron con calma, Izuku trabajaba desde casa con la compañía Shield, aquella noche era particularmente lluviosa y eso mantenía inquieto a Izuku.

Había momentos como esos donde los recuerdos lo atormentaban, esa noche era una de esas, Katsuki estaba en una misión y avisó que llegaría tarde, la tormenta había comenzado poco después de las ocho y la lluvia parecía no menguar.

Los relámpagos iluminaban la oscuridad y los truenos retumbaban en la lejanía, el aire golpeaba con fuerza las ventanas de la casa.

Su sueño era tan tempestuoso cómo el ambiente, se removía en la cama jadeando ante lo que parecía una pesadilla.

De pronto todos los sonidos externos dejaron de existir, estaba en un lugar vacío, no existía nada ahí, camino impulsado por un presentimiento, quizá en el mundo real fueron minutos pero en su sueño se sintió eterno, había algo más extraño y era que su vientre estaba plano, su mano lo recorrió con miedo al inicio.

Su andar se detuvo de golpe en medio de aquel escenario, vio con sorpresa como la blancura se volvía un suave y verde césped, el cielo brillaba con la luz natural que había, era hermoso.

Su corazón latía desbocado, algo le llamaba, le gritaba como si de su interior quisiera salir, cuando bajo nuevamente su vista su vientre estaba abultado, paso su mano con cariño, lágrimas bajaban de sus mejillas reconociendo aquel vientre.

Un dolor en su espalda baja rompió el momento, estaba entrando en parto lo sabía, grito cuando el bebé se abrió paso al exterior.

Sostuvo en sus brazos a una preciosa bebé su cabello miel y su blancura, la constelación de pecas en sus mejillas parecía una obra de arte.

—Kaori— susurro con voz entrecortada la pequeña cachorra se removió en su brazos abriendo los ojos, un hermoso jade con motitas miel le miro fijamente—Oh dios mi niña— jadeo mientras besaba la pequeña frente

La pego a su pecho y ella se alimentó quedando dormida, Izuku solo la veía embelesado, era tan hermosa, tan pequeña.

—Mi niña, no tienes idea de cuánta falta me has hecho, han pasado muchas cosas, me arrepiento tanto de lo cobarde que fui, pero tú padre al fin pago por habernos alejado, tienes un hermanito llamado Keshi y se que su papá te amaría si te conociera, también tendré dos bebés pronto, aún así nada puede llenar el vacío que me provocó tu partida, por favor mi pequeña, dame la fuerza para seguir hasta que podamos vernos de nuevo

La pequeña lo miraba como si sus palabras fueran perfectamente entendidas por ella, de pronto una mano se posó en el hombro de Izuku.

—Es hora— la calidez de la voz le hizo llorar más, beso una vez más a la pequeña y de pronto todo se comenzó a desvanecer

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Katsuki llegó cerca de las tres de la madrugada a casa, la tormenta había causado un gran desastre así que su trabajo aumentó esa noche.

Paso primero por la habitación de Keshi que dormía tranquilo, sonrió al pequeño y siguió su camino, cuando llegó a la habitación principal encontró a Izuku en la cama llorando mientras se aferraba a una camisa de su alfa.

Aquello asustó a Katsuki que desde hace rato sentía la incomodidad de Izuku más nunca esperó encontrarlo así

—Mi amor?— se acercó tomandolo de los hombros

—Soñe con ella— fue todo lo que susurro Izuku y lo que necesito Katsuki para abrazarlo con fuerza.

Pasó la noche con Izuku en brazos que al fin sentía una paz en su alma.

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Después de aquel sueño el embarazo de Izuku siguió su camino viento en popa,todo al fin estaba en su camino correcto.

Hasta que llegó la fecha esperada, Izuku había sentido un calambre en su espalda baja, ese día Shinso estaba ahí, había pasado de visita cuando Izuku lo miro aterrado.

—Hay no— Shinso estaba muriendo de miedo, por suerte Izuku tenía su maleta lista, así que el pobre malva manejo hecho un manojo de nervios hasta el hospital.

Katsuki estaba en su oficina pensando seriamente si sería correcto asesinar a Shoto que no dejaba de hablar de Inassa o si era prudente averiguar si Eijiro resistiría una caída desde el piso ocho por estarlo molestando, pero lo que más lo traía de malas era aquella necesidad de que algo le pasaba a su Omega

Su teléfono libro a un par de morir solo para divertirlo hasta que vio que la llamada era del idiota zombie.

Estuvo a nada de no responder pero algo le dijo que debía hacerlo.

—Estamos en el hospital, hermano Izuku me quiere matar, Keshi no para de llorar y los doctores me están regañando por ponerlo más nervioso,o vienes ya o te juro que te haré hacer cosas vergonzosas en publico— casi grito y Katsuki se levantó de golpe.

—Mis cachorros ya vienen— anuncio casi corriendo— eh tu cara plana quedas a cargo no me molesten.

Detrás de él salieron sus dos amigos corriendo, Izuku también era amigo de ellos, además que al fin conocerían a los cachorros.

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Apenas una hora después de su llegada al hospital la sala de espera estaba llena con amigos de ambos que esperaban ansioso la llegada de los dos pequeños.