✧♪♬ Jungkook tiene una extraña forma de desmostrar su amor por Yoon Ji Ah, quien más de una vez le ha hecho ver que ella siempre lo vera como un buen amigo.
Jungkook no acepta el rechazo de Ji Ah, así que esta dispuesto a todo con tal de tenerla y p...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jeon Jungkook.
Colgué la llamada con Namjoon hyung y le di la ultima calada a mi cigarrillo antes de tirarlo por el césped casi amarillo. Mientras caminaba hacía Ji Ah con una sonrisa. Observe su largo cabello negro molestarle el rostro, lo que la obligo a atárselo en una cola alta mientras se mordía el labio como casi siempre. Estaba de más decir, que estos últimos días a su lado habían sido mas que maravillosos, aun mejor que los días en que estuvimos encerrados y lo mejor de todo es que ella confiaba ciegamente en mi y que solo me tenían a mi.
Era así como decidí traerla a mi lugar favorito de todo Busan. Esa abandonada colina a las afueras de la ciudad, en la que se podía apreciar con claridad los mas bonitos atardeceres y amaneceres que cualquiera quisiera ver. Era el lugar al que siempre solía venir cuando las cosas no salían como yo lo quería. Me sentaba sobre ese columpio de madera viejo que colgaba de un enorme árbol y miraba el cielo tratando de calmarme. Termine de acercarme por completo a ella mientras le plantaba un beso en su frente y la tomaba de la mano para que se levantara del columpio y me siguiera.
—¿Y aquí que vamos a hacer? —me miró sonriente. —Cuando dijiste que querías aprovechar el ultimo día antes de entrar a la universidad pensé que te referías a estar todo el día en cama —se acerco a mi y me acaricio del cuello traviesamente.
Esa era otra cosa a mi favor... desde que le mostré lo maravilloso que el sexo podía ser para nosotros, ella había parecido encontrarle una especie de gusto, gusto que yo no me negaba a darle. Y ni hablar de que nuestra actividad se incrementó más desde que comenzó a usar las inyecciones anticonceptivas. Me encantaba la forma en que estaba creando a esta nueva Ji Ah, porque era lo que yo siempre quise.
—¿No te basto con lo de hoy en la mañana? —me mordí el labio tomándola de la cintura.
—El sillón fue algo incomodo —formo un puchero con sus bonitos labios. —Ademas fuiste muy rudo.
—Eso no decías hace un rato —susurre sobre su oído ganándome un golpe de su palma en mi pecho mientras se alejaba de mi y reia avergonzada. —Pero hablando en serio... esto es importante —Ji Ah se separo de mi soltando nuestro agarre mientras fruncía su ceño curiosa.
Joder y juro que amaba verla hacer eso, era como si un maldito orgasmo visual me pasara cada vez que lo hacía. Al ver su rostro confundido, camine hasta la mochila en donde traía las latas vacías y las tome hasta llevarlas a un par de rocas altas que se encontraban sobre el borde de la colina. Coloque cada una de ellas a una distancia prudente para que no chocaran entre si y luego volví a la mochila sacando dos armas del mismo tamaño. Ji Ah me miro sorprendida mientras me acercaba a ella y aunque quiso mantenerse sería conocía a la perfección sus gestos, como para saber que algo de pánico la estaba invadiendo.
—Tranquila —le dije mientras revisaba que estuvieran cargadas y le indicaba que me siguiera para ponernos a una distancia prudente de las latas. —Algo que debes de saber es que, al ser mi mujer corres igual o más peligro que yo —quite el seguro de una de las armas mientras seguia hablando. —Ni si quiera eras mi novia y aun así te viste involucrada conmigo.
