Capítulo 28♪♬

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Jeon Jungkook

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Jeon Jungkook.



Claro que valía la pena, o de no ser así todo el maldito teatro que monte no hubiese servido de nada y ahora más que nunca me daba cuenta de que sin duda mi arrepentimiento por todo lo malo era nulo. Yo haría cualquier cosa con tal de mantenerla a mi lado, no importaba que tan atroz o cruel fuera, mientras aquello significara el no perderla.

Ese largo pensamiento seguía en mi, mientras me mecía en el columpio lentamente con Ji Ah sobre mis piernas, dejando las suyas al aire, del lado contrario, encajando nuestros cuerpos como un imán.
Una de mis manos se escabullía debajo de su vestido, acariciando su espalda baja, sintiendo lo suave y tersa de su piel al mismo tiempo, que un poco más abajo; el encaje de su ropa interior. Su rostro estaba escondido en mi cuello y ella se mantenía en silencio mientras, yo intentaba decir o hacer un comentario que nos sacara de ese tranquilo silencio.

Estábamos bien, pero al vez no.

—Tenemos que hacer que esto funcione —dijo de pronto, sin despegar su rostro de mi cuello.
—Que valga la pena, no quiero perdernos.

—Si nos perdemos, entonces me encargare de encontrarnos, amor —sentencie mirando las hojas secas del suelo.

Ella no dijo nada, tan solo emitió un pequeño sonidito con sus labios como si intentara el contener algún sollozo o lloriqueo.
—Te amo —susurro con la voz un poco apagada y floja.

—Y yo a ti.

Pasamos el resto de la tarde sobre ese columpio hablando de cosas sin sentido, conociéndonos más en ámbitos que ninguno de los dos tenía idea del otro. Me di cuenta de que quizás, llevaba más de cinco años enamorado de ella pero no tenía idea alguna de que su fruta favorita eran las fresas, de que odiaba con todo su ser ver la ropa arrugada, que había escogido derecho no por qué detestará al cien por ciento las injusticias si no por que creía que a veces lo malo era bueno.

Así como yo logre abrirme con ella, confesándole que de pequeño le tenía pavor a los microondas porque creía que explotarían en algún momento. Aunque aquello le causa gracia al principio, después me dijo que quizás ese miedo seguía en mi y por eso me negaba a calentar la leche cuando se me antojaba tibia.

Por la noche al volver al apartamento ambos tomamos un baño dentro de la tina, llena de espuma y esencia de rosas que a ella le encantaba, mientras una vela con aroma a canela y manzana se encendía en el pequeño petril de mármol que se encontraba cerca de la pared de la tina.
Su cuerpo estaba sobre el mio, pero me daba la espalda así que yo me encargaba de repartir caricias por su pecho mientras ella tenía las manos sumergidas, acariciando mis piernas. Su cabello estaba recogido en un moño que dejaba algunos mechones sueltos sobre su rostro y eso la hacía ver jodidamente perfecta.

Sin mencionar ese bonito collar de discretos diamantes que no se había quitado desde anoche.

—¿Sabes algo? —negue ante su pregunta cuando giro au rostro para poder mirarme. —Adoro estar así contigo.

Bad way of Loving |J.J.K|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora