Cuando había terminado de atarse los zapatos, su estómago estaba terriblemente revuelto y no justamente de la emoción, pero trato de ocultarlo con una sonrisa y falso entusiasmo
Mientras Leonard, Chester y su padre subían sus maletas al vehículo, la madre de Sky, quien tenía un aspecto cansado, casi fantasmal, lo tomó del brazo y lo atrajo hacia ella, en un cálido abrazo que le hizo sentir a ambos que todo estaría bien
– Un año – murmuró su madre, con los labios apoyados en su cabello, mirando a todas partes, como si temiera que su esposo o sus hijos la escucharan
– ¿Qué? – ella lo tomó por los hombros, mirándolo a los ojos
– Espera un año en ese lugar y prometo que voy a sacarte – le apartó el pelo oscuro de la frente, acariciando su rostro – entonces los dos nos iremos lejos de esto – asintió, pese a no saber de qué estaba hablando
Mientras sus hermanos y su padre se despedían de su madre, no pudo evitar observarla, extrañado. Se veía distinta, lejana. También pudo notar como no le prestaba mucha atención a su padre, y que incluso lo ignoraba cuando trataba de acercarse a ella. Cuando su padre logró abrazarla y plantarle el habitual beso en la frente con el que se despedía, su madre pareció casi desesperada por quitárselo de encima
En el vehículo, mientras sus hermanos discutían sobre que canal de radio querían escuchar, él se colocó los cascos rojos de manera silenciosa, sonriendo al escuchar las primeras notas de la canción favorita de su madre, y entonces recordó su breve y aparentemente lejana conversación; aquella conversación en la que Norelle Turner se veía asustada, incluso aterrada
No lograba entender su extraño comportamiento, ni tampoco porque su aspecto parecía tan enfermizo de repente
– Papá – su padre dirigió su mirada hacia él a través del retrovisor
– ¿Qué pasa? – con la vista fija en la carretera, hizo que los mayores guardaran silencio sin decir nada más que eso
– ¿Qué le pasa a mamá? – nadie pareció entender su pregunta
– No somos adivinos. Explícate, enano – el despectivo comentario salió de los labios de Chester sin sorprender a nadie
– Oye, cálmate – advirtió su padre
– No es como si te hablara a ti de todos modos – provocó Leonard
– Bueno en realidad... – trató de calmarlos Sky, que ya comenzaba a arrepentirse de haber abierto la boca
– ¿A ti quien te hablo, imbécil? – explotó Chester
– ¡Basta! – gritó su padre, poniendo un final a la molesta pelea de sus hijos
– Solo, quería saber si está bien, no parecía estarlo – su padre se humedeció los labios antes de hablar, como si pensara con cuidado todas y cada una de sus siguientes palabras
– No estaba muy bien, se sentía un poco enferma – le explico con tranquilidad – además, ya sabes que le molesta el olor a alcohol – asintió
– y el tío Silvan también la pone de los nervios – murmuró Leonard, ganándose una mala mirada de su padre
– Nunca entendí esa parte de la historia – Le dijo Chester a nadie en particular
– Tuvieron una pelea bastante fuerte cuando Sky era bebé, creo que incluso fue por él que peleaban – comenzó su hermano mayor – quizás no te acuerdes, pero Silvan ni siquiera se acercó a nosotros hasta tres años después – aunque ninguno de los tres se dio cuenta, su padre comenzó a apretar el volante con cada vez más fuerza, haciendo que sus nudillos se pusieran blancos mientras apretaba la mandíbula con tanta fuerza que podría haberse roto los dientes
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Los reyes de los Dragones y la Piedra Esmeralda
FantasySky Skroll nunca pensó que llegaría a estar en la academia más prestigiosa para jinetes de dragones Vittani Nikolai necesitaba llegar a ella Sus destinos están atados al otro desde el inicio de todo y ya no hay forma de separarlos El nudo que los un...