16. Lo que ella merece

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– ¡Skylar! – el impulso no lo dejaba hacer caso a los gritos de su padre y demás profesores mientras corría en dirección a Dakaria, que estaba tirada en el piso con la ropa y parte del rostro manchados con algo verde y brillante, como cuando sus bolígrafos de brillos explotaban o se quedaban sin tapa dentro de su mochila y tenían que limpiarlo antes de sus padres se enfadaran

– ¿Daka? ¿Dax? Por favor despierta – estaba enfadado con ella, pero quería seguir enojado con una Dakaria viva, no quería ni siquiera quería imaginar lo que sería llevar flores y conversaciones que terminarían en peleas a alguien que no podía oírlo

– ¡Sky! – para su suerte, la primera persona que llegó a él había sido SIlvan, que rodeó a su sobrino con los brazos para que soltara a su amiga y la profesora Laguerta pudiera revisar que pasaba con ella

– ¿Ella va a estar bien, verdad? – le pregunto a nadie en particular

– Regresa al comedor – dijo su padre, con el mismo mal humor con el que se dirigía a él cada vez que hacía algo que no le gustaba

– ¿Qué va a pasar con ella? – su padre apretó los puños, conteniendo en el impulso de empujar al chico hacía atrás y enviarlo a la cafetería

– Va a estar bien, pero va a necesitar descansar – la profesora Farrell envió a Sky finalmente al comedor otra vez, donde los únicos que quedaban eran sus amigos

– ¿Y todo el mundo? – pregunto Sky cuando no vio a nadie más que sus amigos, Aramis y Maeve

– El profesor Leonard envió a Chester a buscar al profesor Andreas y envió a todos a sus habitaciones, pero como no nos vio regresar quisimos esperarte – contestó Aramis

– No creo que tengamos esa suerte la próxima, y no van a decirnos que pasa, creo que deberíamos ir a las habitaciones –

– Si nos necesitan, mi habitación es la 513 y la de Aramis la 613, mi compañera tuvo que irse a casa por un problema y Skroll duerme como tronco – Maeve le revolvió el pelo a Sky antes de irse con Aramis a su espalda

Detrás de ellos fueron Vittani, Vanya, Piper, Rosemary Milo y Nevan, dirigiéndose a sus habitaciones

– ¿No vienen? – la pregunta de Nevan quedó flotando en el aire para Devika y Sky

– Dudo que estén contentos de vernos fuera de la cama – murmuró Vika, estirando su mano a Sky. Le aterraba verlo así, con la mirada perdida, los labios y las manos temblando mientras parecía procesar todo muy lentamente

– Sky – lo llamó, pero su amigo parecía estar en trance

– Sky – probó otra vez, esta vez tuvo una respuesta. Un vago sonidito de interrogación proveniente del joven que ni siquiera giró la cabeza hacía ella

– Tienes que ir a dormir – tomó su muñeca, tratando de jalarlo a la puerta

– Ella hizo eso – Devika no tenía idea de lo que su amigo decía, mientras divagaba por su propia mente

– ¿Qué? –

– Daka, eso fue lo que ella hizo cuando me hospitalizaron, ella se fue y no la vi hasta que volví a la escuela – Devika no podía evitar confundirse más y más, no sabía cómo había surgido el tema

– Cuando me hospitalizaron y luego me encerraron en casa, Daka ni siquiera me escribió, te mentí cuando te dije que ella me había visitado en el hospital cuando te fuiste, y cuando te dije que me escribía, te lo dije para que no te enojaras con ella, pero solo la vi cuando regrese a la escuela, y ni siquiera me pregunto como estaba, o porqué lo había hecho – Devika lo abrazó antes incluso de que terminara

– Si simplemente me voy a dormir, ¿voy a ser como ella? – la impotencia hizo hervir la sangre de Devika, nunca había sentido tanto enojo hacía Dakaria

– No, simplemente le das lo que merece, ley del hielo, indiferencia – soltó a su amigo, fijando sus ojos azules en las enormes esmeraldas que tenía delante – No merece que te desveles por ella, ni siquiera merecía que fueras a ayudarla porque no merece ser tu amiga, Sky, ella no es buena, no es una buena amiga y estoy cada vez más segura de que es una pésima persona, así que vete a dormir, si quieren avisarnos como está, me da igual, pero no merece que nos quedemos aquí, nos ganemos problemas y encima nos preocupemos por ella después de que nos ignorara así – la rubia niña se cruzó de brazos, verdaderamente molesta

– Creo que tienes razón – murmuró su amigo

Sabes que tengo razón, honestamente, Vittani a sido una mejor amiga en estos dos días de lo que Dakaria fue en trece años de amistad – Sky asintió sutilmente con la cabeza, ya no podía defender a Dakaria por mucho que intentara

– Niños, a dormir, creo que Laguerta llegará en cualquier momento – Vittani asomo la cabeza por la puerta del comedor, haciéndoles señas para que se apresuraran 

Los reyes de los Dragones y la Piedra EsmeraldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora