Los reyes de los Dragones y la Piedra Esmeralda

26. Sky no seas chusma

— Va a enfadarse — murmuró Chester, viendo como su hermano encendía el motor de su auto y los sacaba del estacionamiento de la academia

— A mi me da igual — dijo Sky desde el asiento de adelante

— Es porque no entrenas con él — Sky rodó los ojos, pensando que se refería al entrenamiento escolar. Pero Leo sabía perfectamente de qué estaba hablando

— Mañana es sábado — a Sky le cosquilleaba el estómago de la emoción, llevaba bastante tiempo sin pasar siquiera un segundo con Leo

— Papá va a molestarse muchísimo — siguió Chester — además de que pasado el toque de queda no deberíamos poder salir —

— No se tú, pero a mi me da bastante igual cualquier cosa que él tenga para decirme en este momento — contestó Leo, antes de frenar de golpe al ver una conocida figura en las puertas

— Mierda — murmuró, bajando del auto para enfrentar a Silvan

Sky bajo disimuladamente la ventanilla para poder escuchar lo que decían

— No deberías hacer eso — susurró Chester

— Sh, trato de escuchar —

— Leo, sabes que no puedo dejar que se vayan — escuchó la voz de su tío

— Sky cierra la ventana — lo ignoro

— No puedo dejarlos con él — Leo se aseguró de enderezarse, tratando de ganar una postura amenazante frente a la gran figura de su tío

— Sabes que no puedes hacer nada, ninguno de los dos es mayor de edad o está cerca de serlo, lo único que vas a lograr va a ser meterlos en problemas — Silvan puso sus manos sobre los hombros de su sobrino, tratando de calmarlo

— Chester tiene dieciséis, puedo sacarlo, él literalmente está bajo su cargo en todos los sentidos, no puedo dejarlo aquí — Sky, frunció el ceño

— Sky — siguió ignorando a su hermano

— No, no puedes, los dos sabemos que lo único que conseguirás va a ser partirle el corazón cuando se den cuenta de que nunca dejará que se vaya, tienes que dejar que tu madre se encargue de esto hasta que todo se resuelva — Chester comenzaba a temblar, no quería que Sky escuchara el resto de la conversación

— Sky cierra la puta ventana —

— ¿Y cuanto va a tardar esa mierda? Para cuando mamá logre aunque sea convencerlo de pensarlo Chester estará desangrandose en el puto baño — todo se congelo en ese auto ambos chicos sintieron sus cicatrices arder, como si se hubieran vuelto a habrir con cuchillas envenenadas

Silvan guió su vista al auto, viendo la ventana abierta de Sky, los ojos llorosos de Chester y la esperanza que ambos tenían por escapar

— Se que quieres protegerlos, pero solo vas a hacerles más daño si les haces creer que podrán escapar ahora — Silvan se sentía como la peor persona del planeta, él también quería poner a sus sobrinos en una cajita de cristal y que nadie volviera a hacerles daño, pero la oportunidad se escapaba de sus manos cada vez con más frecuencia. Pero sabía que si dejaba a Leo hacerles creer que todo era tan fácil como salir huyendo en un auto de escape iban a terminar de romperse

— No voy a esperar a que lo que sea que esté pasando aquí los consuma, Sky ya tuvo un ataque, ¿Qué pasa si le sucede a Ches? ¿Que mierda van a hacer para explicarle a los médicos por qué tiene la espalda tan... - Chester salió del auto y empujo a su hermano mayor con fuerza

— ¡Cierra la puta boca! — una linterna ajena al auto de Leo los apuntó a los cuatro, haciendo que todos se desmoronaran un poco más

— ¿Qué carajos está pasando? —