27. La sonrisa más triste que vio jamás

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Sky se hizo pequeñito desde el asiento del auto, observando a Chester como si fuera otra persona

Las lágrimas inundaban sus ojos, aunque él hacía lo imposible para que no salieran, se abrazaba a sí mismo como si intentara mantenerse completo, como si la presión de sus brazos fuera lo único que evitaba que se rompiera mientras observaba a su padre y entonces se dio cuenta de lo roto que estaba

— ¿Qué demonios están haciendo? Deberían estar en sus habitaciones — Chester se sobresaltó al escuchar el enojo de su padre

— Ya solucionamos el problema, los chicos se iban a... — Leo interrumpió a Silvan

— Tratábamos de salir de tu maldito manicomio — Chester sintió escalofríos al ver a su padre reírse de Leo

— Adorable — Chester tragó grueso — Ches lleva a tu hermano a su habitación y vayanse a dormir — Sky nunca lo había visto tan aterrorizado

Salió del auto, dudando un poco, pero tenía la sensación de que tenía que irse de inmediato

Siguió a su hermano por los pasillos en silencio, quería decirle algo pero no tenía idea de qué

— Ches... — llegaron a su habitación, Chester se giró en su dirección y por primera vez en mucho tiempo le sonrió. Pero la sonrisa estaba tan llena de tristeza que Sky no pudo disfrutarla

— Deberías evitarlo estos días hasta que se le pase el enojo, lo bueno es que los de primero no tienen ninguna clase con él — se veía indeciso para irse, como si no quisiera quedarse solo

Sky pensó en abrazarlo, pero a ninguno le gustaba el contacto físico

— ¿Por qué le tienes tanto miedo? — los ojos de su hermano seguían rojos, haciendo su iris azul aún más brillante

— Es nuestro padre, es algo intimidante, ya sabes, lo normal — una pequeña y molesta particularidad de los hermanos Skroll era que los tres se rascaban la nariz con el pulgar cuando mentían para ocultar que se arrugaba

— ¿Acaso no les dijimos que se fueran a dormir? — Chester se tensó un segundo antes de encontrar la diferencia entre la voz de su padre y la de Silvan

— Es que esta muy entretenida la charla — Su tío le revolvió el pelo como a un niño pequeño y pasó su brazo por los hombros de Chester

— A dormir — y se dirigió sin decir nada más al cuarto de Chester

Los reyes de los Dragones y la Piedra EsmeraldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora