Vittani y los gemelos se llevaban bien, y Sky se sentía más cómodo de lo que pensó en un principio con ellos, nunca se había sentido así. En su antigua escuela, era simplemente la sombra que seguía a Dakaria donde fuera, y la mayoría solo se le acercaba por su amiga o para tratar de acercarse a sus hermanos
Pero eso ya no era así, ellos solo quisieron acercarse porque sí
Habían llamado a todos los alumnos para la bienvenida formal de los de primer año antes de la cena, y Sky no podía dejar de retorcerse los dedos
– Espero no tengamos que ir muy presentables a la cena, creo que no lave mi única sudadera buena antes de venir – dijo Nevan, cargando a Vittani en su espalda
– Eso es desagradable – dijo la única chica en el pequeño pero simpático grupo
– Pues, gran parte de mi ropa es grande para mí, yo te salvo – murmuró Sky
– Ni se te ocurra Sky, desde ahora, como regla de la habitación establezco que está terminalmente prohibido prestarle ropa al cerdo este cuando no lave la suya, porque no va a aprender nunca así – Decreto Milo, escuchando la escandalosa risa de la pelirroja en la espalda de su hermano
El jardín de la academia era majestuoso, lleno de bellísima vegetación y árboles tan altos que apenas se veían sus copas
Todavía llegaban autos dejando estudiantes, que bajaban con sus maletas y se despedían a toda velocidad
Sky sabía que la bienvenida no empezaría hasta una hora después, porque su tío siempre le contaba que llamaban a los estudiantes con mucha antelación para asegurarse de que cualquiera que intente llegar tarde, termine llegando a horario
– ¡Sky! – el pelinegro se giró hacía su hermano mayor, que se acercaba con la energía de casanova que lo rodeaba cada vez que llegaba a la academia. No pudo evitar enrojecer al ver a los amigos de Chester reírse mientras lo miraban de reojo
– ¿Qué pasa? –
– Papá dijo que sería mejor que los vigilara a ti y a Daka, no quiere que hagas tonterías, vamos – su hermano comenzó a caminar en dirección a sus amigos, donde estaba Dakaria, viéndose mayor de lo que en realidad era. Se había soltado el pelo y el equipo deportivo que se había puesto para el viaje lo había intercambiado por una falda y una camiseta que ni siquiera sabía que tenía, ella parecía integrarse bien al grupo
– Creo que me quedo con mis amigos – le dijo a su hermano, apretando los puños en sus bolsillos lo suficiente como para que sus cortas uñas se clavaran en sus palmas
– ¿Qué te acabo de decir? – trago grueso
– No va a ser difícil que me veas, estoy con una pelirroja y dos chicos con rizos y un metro ochenta de altura – y se fue.
– ¿Dónde estabas? – preguntó Milo cuando vio llegar su compañero, mientras Nevan corría por todo el patio con Vittani gritando en su espalda
– Mi hermano quería hablar conmigo, pero no era nada muy importante – ambos se sentaron en una de las bancas del jardín mientras sus amigos regresaban, con la respiración agitada y tirados en el pasto por el cansancio
– Les dije que no corrieran – Nevan comenzó a quejarse, echándole la culpa a Vittani mientras ella hacía lo mismo con él
– ¡Sky! – los cuatro se giraron al dueño de aquella voz, y para cuando se dieron cuenta, Sky ya estaba a su lado
El joven Skroll siempre se alegraba de ver a su tío, sobre todo cuando se sentía muy nervioso, Silvan le devolvía la poca seguridad que tenía.
– ¿Ya tienes tu habitación? – su sobrino asintió con la cabeza, señalando al pequeño grupo con el que estaba antes, donde Milo trataba de hacer que su hermano y Vittani se callaran
ESTÁS LEYENDO
Los reyes de los Dragones y la Piedra Esmeralda
FantasySky Skroll nunca pensó que llegaría a estar en la academia más prestigiosa para jinetes de dragones Vittani Nikolai necesitaba llegar a ella Sus destinos están atados al otro desde el inicio de todo y ya no hay forma de separarlos El nudo que los un...