Los reyes de los Dragones y la Piedra Esmeralda

29. Ya sabía, Rose me leyó la carta astral

Su mesa, como siempre, estaba llena de ruido, mayormente generado por Vittani, Devika y los gemelos, pero Sky no podía prestarle atención a una sola cosa de la que decían

Su atención estaba en el preocupantemente grande hematoma en la mejilla de su hermano, y el pequeño corte en su ceja

— Escuche a unas chicas decir que se lo hizo en una pelea durante el entrenamiento, algo sobre un chico insultando a Dakaria o algo así — escucho a Devika mencionar, solo para captar su atención 

— ¿De verdad? — su amiga rodó los ojos

— No, pero ya que me prestaste atención, ¿Vas a participar en la carrera de relevos? — Sky hizo una mueca, no le parecía una idea muy entretenida 

— ¿Y entrenar extra? jamás, prefiero aprender a controlar esto — captando la atención de todos sus amigos, levantó el agua de su vaso, guiando la líquida nube mágica en dirección a Aramis y dejándola caer sobre él, haciéndolos reír a todos 

— Pues al menos espero que vayan a verme competir, ya que ninguno planea participar — Vittani comenzó a pelearse con Milo por la bolsa de frituras que tenía escondida bajo la sudadera, haciendo que Sky volviera a desviar su atención 

Vittani tomó su mano, dejando la pequeña nota verde dentro de ella y volviendo a la conversación

En nuestro establo, cuando todos duerman, trae comida

Ambos sabían que podían usar teléfonos, los usaban todo el tiempo, hablaban por horas como si no hubieran pasado juntos el día entero, pero podían hacer eso con todo el mundo, sentían las pequeñas notas verdes como algo suyo, completamente de ellos sin ninguna excepción

Ella apoyó su cabeza en él hombro de su compañero y se apresuró a dejar las aceitunas en su plato preguntándose si todo lo que estaban haciendo serviría

Antes de salir de la habitación, con cuidado de hacer el menor ruido posible, Sky dejo el libro de Milo sobre la mesa de noche, evitando que se arrugara, acomodó la manta de Nevan y se encargó de llenar su cama como si él estuviera ahí

No le había dicho de sus encuentros nocturnos con Vittani, tampoco de las razones por las que lo hacían

Sabía que era patético, en el fondo, toda la investigación los llevaría a ninguna parte, porque eran niños, ellos eran patéticos

Guardó la llave en su bolsillo al cerrar la puerta, sólo para encontrar el rostro que no quería ver

— Chester — el labio de su hermano estaba sangrando, su rostro estaba lleno de lágrimas y estaba claro que no estaba buscándolo a él

— Deberías estar durmiendo — lo reprendió, nervioso 

— Y tú en la enfermería, estás yendo en dirección opuesta — 

— La enfermería ya cerró, tengo un botiquín de primeros auxilios en mi baño, solo es un corte — se apartó el espeso cabello azabache del rostro de manera ansiosa

— Ches… — lo interrumpió 

— Deberías comenzar a salir por la ventana, es más rápido y no vigilan mucho esa parte — su hermano lo dejó solo antes de que pudiera refutar, recordandole que lo esperaban

Vittani estaba recostada contra el lomo de Caníbal, compartiendo su bolsa de gomitas con él mientras la reina roja protegía algo que no podían ver con su cuerpo entero

— Hasta que llegas, ¿Sabías que eres muy impuntual? — se sentó juntó a ella y tomó un par de gomitas verdes de la bolsa

— ¿Sabías que eres muy impaciente? — Vittani mordió con algo de fuerza una gran gomita de tiburón

— Pues si, Rose me leyó la carta astral — le apartó el pelo de la frente, pero volvió a acomodarlo con una mueca

— ¿Así de feo soy? — antes de que la chica pudiera contestar, el ruido de la puerta del establo los alarmó tanto que fue la reina roja quién gruño, cubriendo a ambos chicos con su rojizo cuerpo