Leo Valdez
Alcé el martillo, me estabilicé para atacar a la Empusa. Había una pequeña posibilidad de que la pudiera derrotar sin los otros, pero no había manera de contactar con ellos.
—Leo, por favor, ¿Sólo dame una pequeña explicación? —dijo Agnes desde atrás de mi.
—No podrías creerme —suspiré.
Ella me tomó de la muñeca que tenía libre —Si, si podría.
Tenía mis ojos enfocados en la Empusa que tenía enfrente, la cual finalmente decidió hacer su movimiento. Ella gritó y Agnes cubrió sus oídos. Justo cuando cargó contra mi, empujé una mesa en su camino, haciéndola tropezar. Pero ella solo gruñó y la quemó. A esta alturas todos los clientes que estaban en la cafetería habían huido, incluyendo a los trabajadores. Las personas que estaban allí se encontraban llorando y corriendo, o sacaban sus teléfonos celulares y hablaban rápidamente por ellos.
—¿Qué quieres? —dije desesperadamente.
—Semidioses —silbó —Y sangre.
Justo cuando se precipitó hacia nosotros de nuevo, algo grande -con forma de silla- la golpeó en el estómago, mandándola volando.
—¡Oh por dios! —gimió Agnes, sosteniendo una silla sobre su cabeza —¿La maté?
Reí —¡No!
—¡¿Entonces por qué te estás riendo?!
—¡Eres asombrosa!
Agnes sonrió y de repente arrojó sus brazos alrededor de mi.
—Ahora no —le recordé en cuanto vi a la Empusa levantarse —¿P..pero tal vez más tarde? —añadí cuando ella se movió hacia atrás.
—¿Ella volverá, cierto? —dijo Agnes.
—Si. Realmente podría usar algo de ayuda de mis amigos ahora mismo —murmuré.
—¿Tus amigos? ¿Como, Annabeth y Piper? —preguntó. Miré hacia ella.
—¿L...Las conoces?
—Lo hago. Piper y yo recientemente hemos estado hablando. ¿La llamo por ti? —espera. ¿Piper tiene un teléfono? ¿Eso no está en la guía de "Que-no-hacer" de los semidioses o algo?
—¿Piper tiene un teléfono? —pregunté absolutamente confundido.
—¿Seh, no sabías? —dijo como si fuera lo más obvio.
—No, yo.. Oh, ¡Solo llámala por favor, dile que todos tienen que venir lo antes posible!
Rápidamente Agnes tomó su teléfono y comenzó a marcar. Mientras tanto, la Empusa estaba volviendo hacia nosotros, ardiendo en llamas y muy enojada. —¿Segunda ronda? —dije y ella gritó haciendo que mis oídos vibraran. Ella voló a mi, esta vez más rápido, con sus garras-como-dedos- tratando de rasgar mi carne. Cuando se acercó giré el martillo lo mejor que pude y me las arreglé para golpear su brazo. Pero no antes de que me cayera sobre mi y me mandara al suelo con su gran peso.
—¡Necesitas perder algo de peso! —gruñí.
—¡He estado en una dieta, muchas gracias! —gritó ella y se giró para volver hacia mi —¿Agnes? —pregunté.
—¡Acabo de colgar el celular! Dicen que van a venir aquí lo más rápido que puedan.
La próxima vez que la Empusa vino hacia mi intenté golpearla en la cabeza con el martillo. Conseguí golpear solo un lado de su cara porque ella lo esquivó con su gran velocidad en el último minuto, haciéndome caer. Rodé y me paré, sintiéndome más frustrado. Pero la Empusa ya no me estaba viendo a mí.
Estaba viendo a Agnes.
Antes de que la pudiera advertir, le dio un golpe y se alejó con sus garras rojas. Agnes estaba tan en shock como para poder gritar o llorar, ella solo me miró y cayó sobre sus rodillas. Recogí el martillo y corrí hacia ella.
Las garrar habían hecho un corte profundo a un costado, y estaba sangrando gravemente. Su cara se había puesto pálida y habían manchas de sangre salpicadas en su cara.
—¿Dónde está tu celular? —pregunté urgentemente, tomándola de la espalda.
—Bolsillo —murmuró. Lo tomé y marqué al 911.
—No, Leo. Ella va a volver —dijo Agnes —Pasame el celular.
—¡No estás lo suficientemente fuerte como para hablar!
—No discutas con una chica que está por morir —ella sonrió y me congelé.
—No vas a morir —ella tomó el celular de mi mano y comenzó a hablar débilmente. Me levanté, lleno de enojo.
La Empusa sonrió malvadamente y tomó viada para luego correr hacia mi. Giré el martillo en el ultimo minuto y la golpeé directamente en el estómago. Ella cayó sobre su cabeza y se estrelló en una mesa cercana, prendiéndola con fuego. Justo después escuché a alguien gritar mi nombre.
Percy y los otros (excepto Clarisse por alguna razón) vinieron corriendo hacia mi, todos en pánico. Instantaneamente Piper corrió hacia Agnes —¿Ella está?...
—No —me atraganté —llamamos a una ambulancia.
—¿Dónde está? —preguntó Annabeth.
De repente, fuego ardía sobre mi cabeza y todos tuvieron que brincar hacia atrás. La Empusa emergió de las llamas, un poco más grande en tamaño.
—¿Mucho Deja Vu? —murmuró Percy, tal vez recordando otro encuentro con una Empusa —Tuve suficiente de ellas.
Ella gritó de nuevo, haciendo que todos levaran sus manos hacia sus oídos. Pero cuando miraron, la Empusa se había ido. Y todo lo que dejó fueron algunas mesas humeando y marcas de quemaduras en el pavimento.
—Por los dioses —dijo Annabeth —¿Tal vez tenemos que decirle a Quirón que limpie todo esto?
—Pero luego el podría devolvernos a casa, porque es "demasiado peligroso"—dijo Jason.
—¿Podemos solo llamar a Argus? —sugerí y Nico asintió.
—Estoy de acuerdo con Leo. Pero de todas maneras, ¿Qué estaba haciendo una Empusa aquí?
—No lo sé. Honestamente no tengo ni idea. Pensé que cuando viniéramos aquí todo podría ser... Bueno... ¿Normal? —Jason puso su mano en mi hombro.
—Solo era un monstruo demoníaco, compañero.
—Uno por ahora, ¿Quién sabe cuantos más pueden venir? —dijo Annabeth.
Después de discutir que hacer, me dejé a la deriva y pensé sobre lo que había pasado. Justo entonces, la ambulancia vino y Piper se fue al hospital con Agnes.
Justo detrás de la ambulancia, en el otro lado de la carretera, vi a alguien con una capa púrpura. Una mujer, con cabello largo casi negro y piel color oliva. Sus oscuros ojos se fijaron en mis amigos. Su atuendo era algo Romano, y era intimidante de una manera hermosa y elegante.
Luego parpadeé y se había ido.
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Percabeth en Goode
FanfictionSiete semidioses del Campamento Mestizo son asignados a la escuela secundaria Goode. La antigua escuela de Percy. La escuela secundaria puede hacer o deshacer la mayoría de las relaciones. ¿Como sobrevivirá Percabeth a través de las grandes cantidad...