Getting ready

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Piper McLean 

Me estaba sintiendo ligeramente enferma de mi habitación.

Quiero decir, es asombrosa y todo, pero teniendo a Afrodita como madre...

Justo como la de los otros, una de mis paredes era completamente de cristal, las otras eran de un tono claro de rosa. Mi cama era grande y circular, con una cabecera blanca en forma de corazón, y una colcha de color dorado. Tenía mi propio tocador, con luces alrededor del espejo como tienen las celebridades, completo con maquillaje, perfumes y cosas del cabello.

Y eso era solo la punta del iceberg.

Tenía mi propio cuarto de baño el que estaba hecho al estilo antiguo y bien limpio. También un armario más grande que el cuarto de baño, que va desde abrigos para inviernos hasta bikinis.

Estaba atónita, en shock y feliz, todo en uno.

Usando un armario vacío, empujé la mayoría del maquillaje y productos de belleza en una bolsa de basura. Luego puse fotos de mi papá, mías, Jason y Leo y Annabeth y yo el verano pasado. Annabeth y yo nos convertimos en mejores amigas con el paso del tiempo. Como si hubiéramos crecido la una con la otra. La niña de Afrodita y la niña de Atenea.

Me han dicho que era como otra amistad, entre otra campista de Ares y una niña de Afrodita. Silena y Clarisse. Pero todos sabían que era un tema sensible para Clarisse.

Acostarme en mi cama gigante la otra noche fue difícil.

Me hizo pensar en mi papá en su casa -o mansión- (Es el único Tristan McLean, estrella de cine) y en que estaría haciendo ahora. Como se estaría sintiendo...

 —¡Piper! —llamó Leo desde el otro lado de la puerta.

—Comienza a prepararte. Sólo te aviso ahora porque sé como son las hijas de Afrodita en las fiestas.

—Ha ha, Leo —dije sarcásticamente. Él sabía que yo no era así.

Abrí mi armario y exploré los rieles de ropa buscando algo de mi gusto. Me encontré con unos justados jeans de mezclilla y con las rodillas descoloridas. Perfecto.

Justo por encima de los jeans había una correa superior cual iba ceñida al cuerpo. Y un holgado jumper gris de lana. No me sorprendió que me quedaran perfectamente. El jumper colgaba ligeramente de mi hombro, y los jeans no era tan apretados.

Encontré un par negro de converse y trencé mi cabello con una pluma blanca en él.

Nada demasiado extremo ni casual. El maquillaje que arrojé al armario era ligeramente tentador. Pero por qué lo necesitaría? Tengo un novio, a nadie le importaría. Sólo es Afrodita jugando con mi cabeza.

Percy Jackson 

—¿Estás segura de que no es una fiesta elegante? —le pregunté a Annabeth. Estábamos en mi habitación, mirando dentro de mi armario.

—Estoy segura, Perce. 

Suspiré con alivio. —¡Pensé que tendría que llevar un traje! —Annabeth rió y tomó una camiseta.

—Esta verde oscura podría verse bien. Digo, no soy una hija de Afrodita, pero tengo algo de sentido de la moda —sugirió ella.

—Se ve bien —dije dejando que Annabeth se encargara del problema.

—Y esos jeans... Esos tenis y esa chaqueta. ¡Allí! Hecho. Eso no fue tan difícil, ¿cierto?

Miré la pila de ropa.

—¡Anda, vístete! Yo me iré —dijo Annabeth.

—¿Qué vas a usar? —pregunté.

—Oh, ya verás —ella guiñó un ojo y dejó la habitación.

Esto iba a ser prácticamente mi primera fiesta. Tuvimos varias en el Campamento Mestizo, ¡PAero esta era con mortales! Me metí en mi ropa (Cual, gracias a los dioses, me quedaba perfectamente) y lavé mi cara nuevamente.

Me pregunté que estarían usando los demás. Probablemente no era bueno verse tan elegante para su primera fiesta, ni tan casual. Piper siempre encontraba la ropa adecuada para toda ocasión, probablemente lo había heredado de su mamá. ¿Qué usaría Clarisse? Me estremecí ante el pensamiento.

Nico probablemente solo usaría algo negro, y todos podrían etiquetarlo como "El niño gótico" o "El niño emo" O algo típico y tonto como eso.

Me puse mis zapatos y abrí la puerta.

—¿Annabeth?

Leo salió de su habitación, usando una camisa blanca y un par de tiras marrones y su usual cinturón de herramientas. —Amigo, ella ya se ha ido, hace como unos cinco minutos.

—¿Qué?

—Si, las chicas se fueron primero. Argus estará de vuelta en unos minutos para llevarnos a nosotros. Querían ir solas y encontrarnos allá —explicó.

—Bien. Así que... ¿Dónde están Jason y Nico? —pregunté.

—¡Aquí! —dijo Jason emergiendo de su habitación.

—Okay, ahora esperemos a Argus. Él debería regresar pronto de acuerdo a los folletos de la fiesta que dieron, la fiesta no está muy lejos de aquí —dijo Leo.

Percabeth en GoodeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora