𝓓𝓮𝓼𝓬𝓸𝓷𝓸𝓬𝓲𝓭𝓸𝓼

XIII

Angelina

—Fue ella quien hizo todo esto.

—Por supuesto que no, ella comenzó por derramar las pinturas, yo solo se lo devolví— no entendía cómo esa chica podía llorar tanto, no había dejado de hacerlo desde que llegamos y ni se diga cuando vio a sus padres entrar.

—¿Joven Blackwood?

Damien nos observó un momento, estaba cansado de todo esto ¿Pero cómo no estarlo?

—Valerie fue quien comenzó...comenzó con la pintura y con los golpes.

—Vaya, hasta que no mientes— le di una mala mirada recibiendo una de él también.

—Y tú sigues sin escuchar, señorita orgullosa.

—Damien— reprendió su padre a sus espaldas —Suficiente.

Indignada puse los ojos en blanco, dejando salir un largo suspiro. La directora se tomó un momento para analizar la situación, Nate comenzó a acomodar mi cabello al estar detrás de mi, tenía un horrible dolor de cabeza debido a sus tirones.

—Señorita Valerie, visitará el aula de castigos toda la semana, el día de hoy recibirá 20 azotes por el profesor o la profesora encargado y el resto de la semana hará lo que le indique.

Tanto Damien como yo hicimos un ligero gesto torcido al escucharla aumentar su llanto pero sus padres no discutieron absolutamente nada, se veían bastante serios e intimidantes.

—En cuanto a ustedes— volvió a nosotros —Se encargarán de ayudar con el aseo de las aulas después de clases.

—Yo no hice nada.

—Tengo entendido que todo este problema se ocasionó por usted, Joven Blackwood, fue parte de el.

—Pero si...

—Ahí estará, señora directora— intervino su mano, colocando sus manos sobre los hombros de su hijo.

—Pueden retirarse.

—Sentimos mucho las molestias— el duque le indicó a Damien ponerse de pie.

Observé a Nate, quien tomó mi mano ayudando a levantarme, salimos de la oficina escuchando el regaño de los padres de Valerie que caminaban junto a ella a la salida.

—¿Algo que tengas que decir, Angelina? Arrastraste al Joven Blackwood a esto.

—No tengo nada que decir— acomodé mi mochila.

—Ange...

—Déjela, señor Van Windsor, tampoco hay nada que quiera escuchar.

Lo observé en silencio, quedándome al lado de mi hermano pero su madre fue la terminó por hablar.

—Le pido que se aleje de mi hijo, ha tenido bastantes problemas desde que llegó a su vida, señorita, está mejor por su cuenta.

—Téngalo por seguro, duquesa, siento mucho haberlos molestado—bajé mi cabeza en forma de despedida, dirigiéndome también al duque que solamente asintió. Comencé a caminar a la salida, esperando a Nate en las escaleras.

—Increíble, Angelina, tienes suerte de que no te hayan suspendido o te hayan dado un castigo como el de esa chica.

—No fue mi culpa, en verdad no lo fue...ella comenzó a decir cosas y con la pintura, yo solo reaccioné.

—¿Lo hiciste de una buena manera?

—¿Cómo esperas que reaccione? Casi me deja calva, Nate, el diálogo no va a arreglar eso.