Jules continúa su vida después de tantas complicaciones, pero una figura del pasado vuelve a interponerse en su camino... ¿logrará dejarla atrás? ¿O cerrará si ciclo de una vez por todas?
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"running away from problems (you can't)"
JULIETTA BLANCO -Atlanta, Georgia.
el sol que se colaba por la ventana me obligó a despegar los ojos. Lo primero que palpé fueron los brazos de Javon rodeandome el cuerpo, una sonrisa involuntaria tiró de mis comisuras al ver sus facciones relajadas descansar sobre mi pecho. Le acaricié el pelo y dejé un beso en la punta de su nariz.
- buenos días - siseé.
Antes de poder decir nada acortó la distancia y dejó un casto beso en mis labios.
- ¿Cómo te sientes? - preguntó con la voz tan áspera que me debilitó las piernas.
- increíble. Tú eres increíble.
Y ahí nos quedamos. Compartiendo sonrisas y yo admirando sus facciones, queriendo dejarle besos por todas partes, de a poco, disfrutando cada pequeño momento.
- eu, Ju, ¿No tenes ganas de acompañarme a...? Mierda, perdón - Ben se avaporó tan rápido como ingresó en mi habitación. Solté una carcajada y salí de entre las sábanas.
- me encanta como se te ve mi remera.
- yo lamento haberla estropeado con vino.
- tranquila, voy a lavarla, no te preocupes - dejó un beso en mi mejilla para atraerme a sí mismo y rodearme el cuerpo nuevamente con sus brazos.
- quisiera quedarme contigo así para siempre - susurré tras un suspiro.
- ya nada nos limita, Jules, sólo somos tú y yo. Tendremos tiempo de sobra - me aseguró con una sonrisa en los labios.
Labios a los que no tardé en robarles un beso, no podía dejar de hacerlo, simplemente los tenía en frente con la potestad de hacer lo que quisiera y el regusto dulce que dejaba en los míos me incentivaba.
- ¿Ya están en condiciones para que pueda pasar? - bufó Ben desde el otro lado de la puerta.
- sólo déjame buscar el martillo para golpearte la cabeza cuando entres - ironicé mientras Javon terminaba de juntar sus cosas para irse. Le abrí a Ben.
- por fin, ya era hora, mamita.
- nos vemos luego, Jules - el castaño dejó un beso en mi frente para dirigirse escaleras abajo.
Bajé a abrirle con sigilo, ya que papá no estaba al tanto de la pequeña pijamada.
- me contas todo, ¡Ya! - Ben exigió cuando me vió cruzar el umbral de la puerta a mi habitación.
