Capítulo 14

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Pasaron 5 días y Jennie sigue igual, habla poco y sólo cuando se dirigen a ella, come a veces por su cuenta y aveces obligada, no me gusta obligarla pero tiene que comer aunque después lo vomite.

La obstetra llegará en unos minutos para hacerle exámenes y recetarle las pastillas prenatales, también otras vitaminas.

Jennie me tiene preocupada, ella, aunque sea para pelear, es muy habladora, hablaba siempre, pero ahora no, ahora a duras penas responde. No quiere salir de su habitación y cada que tiene un antojo se queda callada, prefiere ir ella en la madrugada a prepararselo, por eso lo sé ya que lleva dos noches haciéndolo.

Ella antes le gustaba dormir muy pegada a mí pero ahora siempre duerme en la orilla y dándome la espalda.

No me corresponde los besos y definitivamente no quiere tener sexo aunque había leído que las embarazadas les gustaba mucho porque sus hormonas se disparan.

Supongo que no es verdad o... es muy orgullosa.

Estaba en la sala leyendo unos correos electrónicos mientras esperaba la obsetreta, unos minutos después llegó y yo sonreí saludándola, ella me correspondió y subimos a la habitación con un Guardia detrás que llevaba los implementos de la obsetreta que aún no sabía su nombre.

-Jen, llegó. -Ella ya sabía que vendría pero aun así le avisé ella sólo asintió mientras se sentaba en la cama y ella entró.

-Hola, ¿Jennie? -Jennie asintió y la obsetreta sonrió. -Soy Sana, mucho gusto, yo seré tú obsetreta. -Ella volvió a asentir y yo suspiré.

-Por lo que vi en tu historial tienes 3 meses y tres semanas, la próxima semana cumplirás 4 meses, en ese mes o en el próximo si el bebé quiere podrán saber su sexo, ¿desean hacerlo? -Jennie se quedó callada pero yo asentí.

-Bien, se los diré en cuanto pueda, ¿Jennie, puedes alzar tu blusa, por favor?  -Ella lo hizo y Sana acomodó algunas cosas para después poner un ecógrafo en su vientre.

-Miren, ahí está el bebé, es muy grande... -Yo sonreía mientras miraba la pantalla pero mi sonrisa se borró al ver cómo Jennie no quería verla y se limpiaba las lágrimas que salían de sus ojos sin su permiso.

Sana me miró después de mirar a Jennie durante un tiempo y rápidamente se dió cuenta de lo que pasaba.

-Mm, bueno, aunque es grande no creo que su peso esté bien, supongo que tienes anemia por lo cual te recetare hierro, tienes que comer mucho mejor si desean un embarazo sano, les enviaré los resultados de los exámenes. -Ella sacó algo de un maletín y habló. -¿Puedes extender tu brazo, Jennie? -Ella estaba a punto de negar con terror pero cuando me miró bajó su mirada y lo hizo.

-Listo... con esto será suficiente. -Lo guardó y después miró el monitor. -¿Desean escuchar su corazón?

-Sí.

Vi a Jennie negar pero aun así los latidos empezó a inundar la habitación y fue lo único que se escucho durante segundos.

Eran tan suaves y lindos, mi corazón también empezó a palpitar de felicidad pero después escuché otro sonido que me hizo girar la cabeza rápidamente.

Jennie estaba llorando mientras cubría sus oídos, pero no pedían que se detuviera.

Sólo lloraba desconsoladamente, Sana apagó el aparato y yo corrí a abrazarla. Ella sin importarle mucho me abrazó fuertemente sin dejar de llorar.

Yo miré a Sana y ella asintió levantándose, recogió todo y después entraron por las cosas pesadas.

Cuando nos quedamos solas y ella se calmó acaricié su espalda baja y besé su cuello.

-¿Por qué no pediste que pararan?

-Porque nunca me escuchas ni te importa mi opinión. Estoy cansada de decirte que no quiero saber nada de el bebé pero quieres obligarme. Yo sé que en algún momento lo querré, es mi hijo, Lisa, si ya tomaste la decisión y no me dejaras abortar no puedo hacer nada porque estoy bajo tus malditas órdenes, y no me queda de otra que aprender a quererlo.

-Tú ya lo quieres... -La hice mirarme a los ojos y ella frunció el ceño. -Lo amas, lo que no quieres es aceptar el hecho de que esté bebé nos unirá de alguna manera por siempre porque siempre llevará mi sangre y la tuya, siempre será nuestro, eso es lo que no quieres, amor, aceptar que llevas un bebé mío en tu vientre, odias la idea, ¿no es así?

Las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos y me abrazó de nuevo con fuerza. -Aún no sé cómo me enamoré de tí, no me cabe en la cabeza amar a alguien que me tiene privada de la libertad, pero lo hago. Te amo y cuando me di cuenta de que lo hacía juré que iba a olvidarte cuando me soltarás, regresaría a mí vida, tomaría terapia y el hecho de pensar que hoy podría estar abrazando a mi mamá pero que por el bebé no me hayas soltado me causa mucha furia, ya sé que no es con el, no tiene la culpa, el no pidió venir a el mundo, es puro e inocente, pero entiéndeme, Lisa. Por favor. Tenme paciencia. No me obligues a que me contente con mi embarazo de la noche a la mañana porque no puedo, me siento triste y sola, no tengo a nadie a quién contarle felizmente que estoy embarazada de un bebé del amor de mi vida porque es mentira, tú no me amas, no estamos de Luna de miel en Tailandia como me juraba siempre que recordaba que te amaba, siempre quise ser madre pero no así, quería contárselo a mis pocos amigos, quería hacer una revelación de genero a lo grande y el mejor baby shower pero no va a pasar nada de esa mierda.

-Lo siento. -Fue lo único que podía decir.

Aunque no era cierto.

No lo hacía.

No lo sentía.

Limpié sus lágrimas y besé sus labios lentamente.

La besé durante minutos aunque ella quería más y se acomodó mejor en mis piernas haciendo que su centro se rozará con mi entrepierna.

Ella gimió y profundicé el beso, traté de pararla pero no pude.

Ella simplemente quería eso así que se lo di.

Durante todo el día y hasta en la madrugada, hasta que salió el sol.

°•<3•°

Reave - Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora