Capítulo 31: Verme en tus ojos

361 44 3
                                    

Realmente, Prem se sentía nuevo.  Tras el tratamiento de belleza estuvo comprando pijamas y ropa interior.  No sentía que estuviese más gordo que los demás.  Realmente, le explicaron, tenia un tamaño
normal.

Hasta ese momento todo lo que había preocupado a Prem había estado relacionado con la salud, la del bebé y dedicarse a reforzar el vínculo creado con su pareja.

No se había parado a pensar en si mismo.  Había dado por hecho que durante el embarazo uno se tomaba un descanso de si mismo.  Pero ahora quería verse mejor, por sí mismo y por Boun.

Fluke tenía razón.  Verse con otros ojos le había cambiado la mentalidad.

Llegó a casa cargado de bolsas.  Lala estaba a punto de irse.

-¿Le hago algo rápido para comer?

-No, tranquila, he comido.  Mira.  Fluke me ha enseñado esta tienda. Tengo sorpresas para Boun.

Lala le dejó solo después de cerciorarse de que estaba bien, solo emocionado.

Prem subió al cuarto.  Se acarició la barriga. Las semanas volaban.

Y se veía bien.  Pero estaría mejor.

Abrió la ducha y se metió debajo disfrutando del calor.  Buscó el bote con el gel que había comprado.  Hacía algo de espuma. Lavaba y dejaba el cuerpo con un agradable aroma:  potenciaba las feromonas.  Iba a seducir a Boun como hubiera hecho si siguiera siendo un  soltero.

Ya seco, se puso la ropa interior.  Había comprado varios pares funcionales, pero se colocó ese calzoncillo que jugaba con las transparencias para crear la ilusión de que no llevaba nada.  Realmente, mostraba su culo, sus atributos, cubiertos de una tela de tacto suave y que subía hasta cubrir también con transparencias su cuerpo.

Se puso la bata que venía a juego.  Color carne, estaba hecha de seda.  Esa tarde se había gastado mucho dinero.  Era agradable eso de no mirar etiquetas y tener una tarjeta sin límite.

Pensó en ponerse el pijama, pero mejor para dormir.

Se arregló el pelo y miró su cara.  Estaba brillante tras los tratamientos de ese día.

Sus ojos se fueron ansiosos al reloj.  Llamó a Boun.

-¿Hoy vas a llegar tarde?

-No, cariño -Boun ya bajaba las escaleras hacia el parking - estaré pronto en casa.  Te extrañé.

-También yo... mucho.  Tengo muchas ganas de verte hoy.

-¿ Estás seguro? Me he sentido raro toda la tarde y me... no quiero molestarte.

-¿Raro?

-Conforme avanzaba la tarde, cada vez no he podido sacarte de mi cabeza y... últimamente... hecho de menos que estemos más cerca.

Boun casi percibió la sonrisa tras la llamada.

-Iré todo lo rápido que pueda.  Hay trafico a estas horas.

Mientras Boun se peleaba con los embotellamientos causados por todos los empleados que salían de sus puestos y se morían por llegar a casa, Prem colocó velas aromáticas y bajó la intensidad de la luz.

Estaba deseando que llegara.  Lala había dejado la cena y el ya la había colocado.

La puerta de la calle se abrió bruscamente.

-¡Prem!

Éste obedeció la llamada de Boun, que había usado la voz de mando.

Boun estaba cansado del día y del tráfico.  Pero ver a su omega le hizo olvidar todo y comprender lo que le había hecho sentirse así toda la tarde.

Cerró la puerta y se acercó al omega que le miraba mordiéndose el labio.

-Prem...

El omega sonrió.  Boun le acarició la mandíbula y desató el nudo de la bata.

-Por... Dios...

Prem aguantó la respiración mientras Boun le acariciaba.

-¿Te... te gusta?

-Me vuelve loco.

Prem dejó salir el aire y al fin su cuerpo se relajó absolutamente en manos del alfa.  Y amó su nuevo cuerpo al verse a sí mismo en los ojos del alfa.

La mano grande y suave de Boun metió la mano por dentro de la ropa interior de Prem.

39 semanas ||Completa||BounPrem||Omegaverse||OhmFluke||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora