Capítulo 12: Sinceridad no pedida

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-Vivo un poco lejos, pero la tranquilidad merece la pena.  Me gustan las vistas de los edificios altos pero prefiero la comodidad de una casa un poco más apartada.

No estaba tan lejos, pensó Prem.  Era una urbanización privada.  Sintió un nudo en el estómago.  Pero ya no lloraba.

-Tengo que hablarte de mi ex.  Rompimos de forma amistosa, al final éramos más compañeros de piso que amantes. Al principio funcionábamos bien pero faltaba algo.  El día que el me dijo que quería que rompiéramos porque había conocido a alguien y no me quería ser infiel, me habló del tiempo que habíamos perdido y de que se había dado cuenta de que me había querido pero había conocido a su alma gemela.

-Tuvo que ser duro.  Y más para un alfa.

-Solo un pequeño golpe a mi orgullo, la verdad era que seguíamos juntos por inercia.  Pero quiero que lo sepas porque no quiero que malinterpretes nada.  Quedamos como amigos
y sigue siendo uno de mis mejores amigos.  Al fin y al cabo me conoce bien.

-Oh, vale -hasta a Prem le sonó falsa su respuesta.  Los celos eran patentes en cada sílaba.

-Prem.  De verdad. No tiene que preocuparte.  Ya sabes lo que siento por ti.  Y cuando rompimos, empecé a creer en que mi alma gemela estaba esperándome.

Detuvo el coche.  Una verja se abrió y entraron directos hacia un garaje.  Al fin lo detuvo del todo.

-Y me encontraste.

Boun asintió a las palabras de Prem.  Le acarició la mejilla.

-Vamos, es hora de que comencemos de cero con todo ésto.  Podemos ir con toda la calma o velocidad que quieras.

-Vale. 

-Vivo sólo, aunque tengo contratada a una señora que hace la comida y viene a limpiar por las mañanas.  Ya no estará.

-Mejor.  Si tengo que dar explicaciones a alguien más hoy...

-A nadie. Vamos, la comida estará lista después de la ducha.

Prem sonrió.  Boun pudo leer su expresión. 

-No esa clase de comida.

De repente, todo se sentía más relajado.  Como en los anteriores momentos ese día en que habían estado solos, era como si todo fluyera como debía. Entraron en la casa. Y se notaba como si perteneciese a ese lugar como a ese alfa, desde hacía mucho tiempo.

-Me gustaría contarle a mi familia que he conocido a mi persona y que estás embarazado.  Ya veremos cómo les decimos que ocurrió.  Pero puedes tomarte unos días o un par de semanas si te asusta un poco tanto en tan poco tiempo...

Prem se dio la vuelta.  Su corazón se derritió al escuchar que quería decírselo ya a su familia, presentarle y preservar su reputación.  Nadie le había cuidado así en su vida, ni siquiera el mismo.

-De momento vamos a acabar el día de hoy.

-Eh... ¿quieres un cuarto propio o te instalas en el mío?

-Se supone que deberías saber la respuesta.  Ya no tenemos nada que escondernos.  Y si queremos conocernos dormir separados no es la mejor opción.

-Me estás poniendo muy difícil ser un caballero.

La habitación era amplia, soleada y bonita, pero un poco impersonal.  Por un momento Boun se quedó mirando ese cuarto que tan bien le había parecido hasta el momento y tuvo una visión de las sábanas revueltas y juguetes de bebé por ahí, junto a una foto familiar en la mesilla.

Prem jadeó.

-¿Estás bien? -se apuró Boun.

-Sí. Solo tuve...

-Yo también lo vi.

-No sabía que esto de las almas gemelas era tan literal.

-Vamos, ve a ducharte.  Luego iré yo.  Y luego comemos algo.

-Boun.... Todo este rato he sido muy egoísta. Tú también estabas sólo.  Todo este tiempo, estabas solo.  Solo ver el cuarto me lo dice. 

-Pero ya no lo estoy.

-No -Prem le dio un beso suave en los labios. -voy a lavarme.

Intentó no tardar mucho en la ducha, aunque era tan cómoda comparada con la de su apartamento que le costaba.  Se sentía relajado y feliz, y más cuando se sintió limpio.  Se acarició el vientre.  Había estado tan preocupado, le había costado tanto lograr encajar su vida y su economía con el bebé que quería conservar, y de repente todo estaba encajando a la perfección.  Le costó identificar lo que sentía.  Era... confortabilidad.

Salió de la ducha.  Se secó y se puso un albornoz.  Salió al cuarto y se sorprendió de ver a Boun frente a una tablet hablando sin parar.

-Tenías razón.  Tenemos que quedar para presentártelo.  Están pasando muchas cosas...

-¿Boun?

-Ya hablamos -corto la videollamada -¿has acabado? En diez minutos me ducho y bajamos a la cocina.

-¿Quién era?

-Mi ex.  Le estaba hablando de ti, pero tranquilo, no le he contado lo del bebé.  Eso nos pertenece a los dos.

Prem apretó los labios.  No sabía que eran realmente tan cercanos.  Y le incomodaba.  Le incomodaba más aún que Boun hubiese sido sincero y le hubiese advertido que no malentendiese nada, porque entonces no podía pelear por los celos que le estaban recorriendo en ese momento.

Realmente había muchas cosas que tenían que conocer el uno del otro.

39 semanas ||Completa||BounPrem||Omegaverse||OhmFluke||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora