Prem se dejó caer en la cama. Había vuelto a casa antes de la hora. No tenía ninguna intención de hacerlo, pero tras las náuseas había sufrido de un mareo justo cuando fregaba el suelo del piso de los ejecutivos. Boun había salido hecho un basilisco de su despacho y le había obligado a tumbarse en el sofá de su oficina, poniéndole las piernas en alto.
-Hoy mismo me ha llamado tu doctora. Dijo que te llamaría. De todas maneras le he dicho que no quiero ser ese tipo de alfa dominante al que se le cuentan las cosas antes que al propio omega que es el embarazado.
-¿Y qué te ha dicho?
-Que sentía mucho haberme llamado primero pero era el protocolo habitual.
-De mi y el bebé, Boun.
El alfa le miró confundido. A Prem se le escapó una sonrisa tierna. Se estaba enamorando hasta el tuétano de ese hombre. Era simplemente imposible no amarlo. Y sus cuerpos habían respaldado el flechazo conectando como compañeros de vida.
-Pues me ha dicho que tienes que tomar más vitaminas. Que tu alimentación tiene que ser más equilibrada. Dijo que enviaría un correo con una propuesta de dieta.
-Antes comía cualquier cosa. Hace poco que supe lo del embarazo, y con Lala estoy seguro de que engordaré como ocho kilos en una semana.
-Bueno. ¿Has desayunado algo? Es casi la hora de almorzar.
-No. Tengo el estómago revuelto y pensaba comer pronto...
-No. Voy a enfadarme contigo si no cuidas tu salud.
-No pondré en riesgo al bebé.
-Tampoco quiero que pongas en riesgo tu salud.
Prem se le quedó mirando. Su pecho estalló con una sensación confortable que no quería que desapareciera nunca. Sus ojos se humedecieron con unas lágrimas traidoras.
-Prem... no quería molestarte.
-No estoy molesto. Es solo que me cuesta comprender que alguien me cuide así y se preocupe tanto por mí.
-Bueno, pues te puedes ir acostumbrando.
La mente de Prem maldijo la puerta abierta. Su cuerpo pasó del mareo al calor de la pasión tan rápido como sus hormonas se lo permitieron..
-Prem...
-Como sigas hablándome así, oliendo así y sujetándome de esta manera no voy a poder salir de aquí con dignidad.
Boun le colocó las piernas con cuidado y se alejó un paso. Notó como una bofetada el aroma del omega. Ahora sí, antes estaba demasiado nervioso. Tenía que seguir practicando si quería ser un buen alfa para él omega de su vida.
-Yo... también quedaré en evidencia si seguimos en esta situación.
-Iré a comer algo antes de terminar.
-No, hoy te irás a casa ya. Llevas con mala cara toda la mañana.
-¿Te has fijado?
-Cada vez que nos hemos visto.
Y habían sido muchas veces. Ni Prem había frecuentado nunca antes tanto la planta ejecutiva ni Boun salido tanto del despacho.
-De acuerdo. La verdad es que me apetece irme a casa -admitió.
-Voy a llamar a un taxi. Te llevaría pero tenemos una videollamada muy importante con Estados Unidos. Aunque si te sientes muy mal...
-Haz tu trabajo. Con lo protector que eres, las facturas médicas serán muy altas.
Boun sonrió.
-Le diré a Lala que vas.
-Estoy seguro de que ella se encargará de que esté bien.
Boun asintió con una sonrisa.
Le acompañó hasta el taxi. Luego Prem había llegado a casa y Lala se había empeñado en que comiera tres platos distintos.
Ahora quería dormir. Para poder ducharse en un rato y estar listo para recibir a su alfa.
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39 semanas ||Completa||BounPrem||Omegaverse||OhmFluke||
أدب الهواةCuando todo parecía indicar que su vida era un asco, Prem cometió un error. Acostarse con un desconocido cuando estaba entrando en celo. Cuando su vida era aburrida, monótona y tenía el corazón roto, Boun cometió un error. Dejarse llevar por el al...
