Capítulo 40: Lo importante es mantener la calma

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Ni todos los contactos del mundo lograron adelantar la fecha de la boda. Los salones se reservaban con más de un año de antelación, no semanas. Si no, les recordó con malicia la encargada del establecimiento, podían recurrir a la solución rápida. Era lo que hacían muchas parejas que tenían prisa. Una boda en el juzgado y ya celebrarían después.

-No busco una solución -Prem estaba muy molesto cuando salieron de allí. Había ido con Fluke porque no quería que Boun se pelease con la encargada. Era un buen salón y habían logrado ese hueco por una anulación inesperada. Además, literalmente estaba todo reservado.

Fluke le apretó el hombro. Era difícil que te mirasen y hablasen de tu bebé como un problema. Más aún en esa etapa. Las últimas semanas el alfa se volvía más protector y el omega literalmente desarrollaba un vínculo con el bebé que le llenaba a ambos de energía para afrontar lo difícil que era la recta final. Por eso Prem le había dicho a Boun que se quedase.

-Si te sirve de consuelo, este salón tiene un restaurante muy bueno. Yo vengo con Ohm. Tienes que poner tarta de chocolate con sorpresa de frambuesa o no te lo perdonaré. Ya me vas a hacer venir a punto de salir de cuentas. ¿Sabes lo difícil que es encontrar un traje elegante a estas alturas?

-Sí, el de boda me lo están haciendo a medida. Menos mal que Boun puede pagarlo.

Fluke se rió.

-Menos mal que al final lograste cazar a un alfa rico.

Prem le dio un codazo de broma.

-Calla, me avergüenzo de cómo pensaba en esa etapa.

-Que lo dijeras no quiere decir que fueras a hacerlo. Tuviste oportunidades, es normal querer tener una vida mejor y en cuanto supiste de tu embarazo decidiste tener a tu bebé. Y criarlo solo.

Prem sonrió. Hacía un día caluroso, estaba cansado y le envío un mensaje a Boun para que fuese a buscarlo en una heladería cercana. Entraron y se acomodaron en unos sofás.

-La verdad es que al principio me sentí culpable. Ohm y yo debimos cuidar de ti y no dejarte solo aquella noche.

-Bien está lo que bien acaba.

-Sí. Siempre quise eso para ti. Un alfa que viese lo que hay en ti.

-Le amo, Fluke. Mucho.

-Lo se.

Fluke comió una cucharada de helado y se llevó la mano a la espalda.

-¿No te duele mucho?

Prem asintió. La espalda, los tobillos, eran pequeñas torturas cotidianas con las que se había ido acostumbrando en esos meses.

-Acabo de hacer cuentas. Yo estoy en la semana veintiocho . Y quieres ir dentro de dos semanas a mi boda. Tú te quedaste embarazado antes que yo.

-Le he prometido a Ohm que descansaré mucho en estos días, y después de tu boda ingresaré en la clínica. No queremos programar la fecha. Queremos que nazca cuando esté listo, aunque obviamente voy a recurrir a una cesárea.

-Es triste que hoy aún no hayan buscado soluciones para que los hombres omega puedan tener a su bebé de forma natural sin poner en riesgo la salud.

-Bueno, lo mejor cuando nos falta tan poco es no pensar en el momento del parto. Ingresando anticipadamente al menos nos pueden controlar y anestesiar a tiempo.

-Boun insiste mucho en eso. Yo no quería programar el parto, pero él vive con la angustia de que esté fuera del hospital y no llegue a tiempo. ¿Cuando es demasiado tarde para la anestesia epidural?

-Cuando tengas contracciones cada cinco minutos o cuando rompas aguas.

El coche de Boun se detuvo en la entrada.

Salió y entró con una sonrisa. Pago la cuenta y les dijo que fueran a casa, donde había aire acondicionado. Compro unos botes de helado.

Prem se levantó y le besó.

Fluke se levantó quejándose de que tendría una lumbalgia porque le dolía mucho.

-Bueno, vamos.

Fluke se detuvo. Miró a Prem con pánico en los ojos.

-¿Qué ocurre? -preguntó Boun.

-He roto aguas.

Los pantalones de Fluke estaban empapados y en el suelo había un charco.

-Lo primero es no entrar en pánico... -dijo Prem.

-Y una mierda -Fluke no solía hablar así - no estoy preparado, ayer el médico dijo que me faltaban semanas, he confundido las contracciones con dolor de espalda y Ohm está hoy haciendo no se que mierda de retiro espiritual para purificarse antes del parto. Pero el, ¿va a parir? No.

-Yo... creo que mejor vamos al hospital -dijo Boun, con terror en la voz. Eso eran cosas de omega. Un alfa no sabía nada de eso.

Fluke gritó. Esta vez la contracción era más fuerte y no la confundió con nada.

-Vamos -dijo Prem.

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