| Vipsania Sickle, an ally? | capitulo once |
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— ¡Vaya! ¿Las cosas se podrían poner aún peor para nuestro querido pájaro cantor? — exclamó Lucretius, interrumpiendo el silencio que había quedado en la habitación después de la partida de Coriolanus.
Cornelia miró la pantalla y vio cómo Lucy Gray había sido acorralada por la pandilla de Coral.
— Lucy Gray, — saludó Tresh con voz cantarina.
Lucretius miró a Festus, quien parecía muy orgulloso de su tributo. — ¡Oh! Miren eso, la manada ataca en manada. ¡Mizzen extiende su red!
El comentario sarcástico de Lucretius no hizo más que aumentar la tensión en la habitación mientras todos observaban con preocupación el destino de Lucy Gray en manos de sus adversarios.
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Cornelia apretó la cantidad de botellas de agua para lograr quitar a la manada de Lucy Gray y darle tiempo para escapar; en total fueron ocho.
— Oye Coral, ¿te importa si me encargo de esta? — preguntó Tresh.
Coral negó y levantó el tridente sobre su cabeza. — Ni de broma. — Pero de repente fue interceptada por los drones que volaban hacia Lucy y comenzaron a chocar con la manada haciéndolos caer.
La mayoría de los estudiantes comenzaron a asombrarse y Lucretius negó con la cabeza. — Esos drones no son muy buenos.
— ¡Oye! No puedes atacar a los tributos — protestó una de las mentoras.
Cornelia la miró con fingida inocencia. — Solo le enviaba agua a mi tributo.
Lucy se levantó toda empolvada y tomó una de las botellas de agua, su mente vagó rápidamente a Cornelia e hizo la suposición de que Cornelia la había salvado enviando esos drones, sino ¿quién más?
— ¡Idiotas! — Coral los regañó. — ¿Cómo pudiste dejarla escapar?
— No pude ver nada. — respondió Treech.
Coral lo levantó por el cuello de la chaqueta. — ¡Amontona esta agua, leñador! ¡Y cuando hayas terminado, ustedes dos pueden observar esa viga mientras sacamos a su amiguita de su nueva casa.
Lucy recordó lo que Cornelia le había dado la noche anterior. Sacó la polvera de su bota y la abrió, revelando el veneno para ratas. Le quitó la tapa al agua y vertió un poco en el agua, conteniendo la respiración para no inhalarla. Volvió a colocar el compacto en su bota antes de volver a colocar la tapa.
Se dio cuenta de que los otros tributos estaban ocupados intentando matar a Lamina, así que corrió hacia la pila de agua. Lucy comenzó a contarlos todos, mirando a los otros tributos unas cuantas veces para asegurarse de que todavía estaban ocupados.
Coral finalmente mató a Lamina y cuando se dio la vuelta, vio a Lucy Gray. — ¡Oye! ¡Consíguela! — El pánico se apoderó de Lucy mientras salía corriendo.
Trepó a un montón de rocas y miró por encima del hombro para ver a Coral no muy lejos detrás de ella. Se metió dentro de un respiradero y lo cerró antes de que Coral pudiera llegar hasta ella y apuñalarla con su horca. Coral gritó frustrada, golpeando con el puño la puerta de ventilación.
— Quedan siete tributos — informó Lucretius. — ¡El despiadado Mizzen! ¡La astuta Coral! ¡El traicionero Tresh! Dill, Reaper claro ¡y las lobas solitarias! ¡Woovey y Lucy Gray!
Habían pasado al menos 20 minutos desde que Lucy Gray se mantuvo oculta en la ventilación; detrás de algunos restos emergió una figura débil. Dill se dirigió inmediatamente hacia la trampa de Lucy Gray.
—¡Dill! Dill, levántate — habló Reaper, corriendo hacia ella; el chico de once la tomó suavemente y la dio vuelta. — Oye — volvió a hablar Ash y el silencio llenó el aire. — Oye, despierta Dill ¡Dill!
Reaper gritó furioso. Todos en la sala de mentores miraron en un silencio y desgarrador cómo Ash Reaper tomaba los cuerpos de los tributos caídos y los posicionaba unos junto a otros; quitó una de las banderas del Capitolio de una de las paredes, Cornelia soltó un leve jadeo cuando todos los alumnos de la academia se quedaron boquiabiertos ante la escena, nadie dijo nada, ni siquiera el carismático Lucretius Loco Flickerman.
Reaper arrastró la bandera sobre la arena y la extendió como un manto sobre los tributos caídos para la diversión del Capitolio y con un gesto desafiante miró a la cámara y extendió los brazos.
— ¿Ahora sí me van a castigar? ¡Ahora sí me van a castigar! — La imagen de Reaper cambió automáticamente a la Dra. Gaul.
— Ciudadanos del Capitolio — comenzó la mujer afroamericana. — Siento que debo interrumpir nuestros juegos tras anunciar una trágica pérdida, una que nos afecta a todos. Felix Ravinstill — La imagen cambió hacia el chico ahora fallecido mostrando una cantidad de heridas en su rostro —, hijo de nuestro querido presidente, ha sucumbido esta mañana a las heridas sufridas durante el bombardeo rebelde; allá afuera en los distritos van a celebrar la muerte de este joven como un triunfo y no voy a permitir que los juegos les den a nuestros enemigos esa satisfacción. Les juro aquí y ahora que antes del ocaso de esta tarde envolverá nuestra arena un arcoíris de destrucción, aun así si eso significa no tener un vencedor en nuestros juegos.
Cornelia negó con la cabeza y salió de la gran sala agitada; su pecho se encogió de dolor y poco a poco sus ojos se llenaron de lágrimas, y lo siguiente que sucedió es que se desplomó junto a la pared.
— Primero fue Arachne, luego Felix — Cornelia giró la cabeza hacia un lado para ver a Vipsania Sickle, la mentora de siete. Treech — Si no te alejas del pájaro cantor pronto serás tú.
Cornelia se levantó del piso y la miró; de pronto se adelantó y golpeó a la chica contra la pared haciendo que Vipsania soltara un gemido adolorido. — ¿Qué es lo que sabes?
Vipsania se quedó en silencio y Cornelia la volvió a golpear contra la pared. — Lanzará a sus mascotas, las serpientes. — El agarre de Cornelia se suavizó. — Tampoco quiero que mi tributo muera.
— ¿Qué es lo que propones? — preguntó Cornelia soltándola.
Vipsania sonrió y soltó un suspiro satisfecho. — Déjame eso a mí, solo necesito una cosa.
Cornelia sacó el pañuelo con el que se secó las lágrimas de Lucy Gray la noche anterior a los juegos. Vipsania comenzó a quitarse la chaqueta del uniforme y desabrochó su camisa. Cornelia, al darse cuenta de la acción de la chica, se sonrojó y apartó la mirada.
— ¿Qué te sucede? — Preguntó Vipsania, confundida, mientras terminaba de quitarse una parte de la blusa y exponía una gran herida con puntos en su espalda.
— ¿Qué te sucedió? — Repitió Cornelia, su sorpresa y preocupación evidentes en su voz.
Vipsania la miró y negó con la cabeza, sin querer dar explicaciones. — Necesito que saques los puntos.
— ¿Estás loca?
— ¿Quieres ayudar a Lucy Gray Baird o dejarás que muera con el último recuerdo de que fue devorada por serpientes?
Finalmente, Cornelia dejó de alegar y hizo lo que Vipsania ordenó, ayudándola a retirar los puntos de la herida.
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SNOW ON THE BEACH,, Lucy Gray Baird
Romance❝Life is emotionally abusive And time can't stop me quite like you did❞ LUCY GRAY BAIRD x fem oc