(017). La caída de Cornelia Snow

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| The Fall of Cornelia Snow | capitulo diecisiete |

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The Fall of Cornelia Snow | capitulo diecisiete |

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Cornelia y Lucy habían estado caminando en silencio, sin decir una palabra. El peso del silencio era palpable entre ellas.

— ¿Estás pensando en Sejanus? —preguntó Lucy, rompiendo finalmente el silencio.

Cornelia asintió, aunque Lucy no podía verla. —Me siento culpable. Ellos fueron a doce por mi culpa. —respondió Cornelia con pesar—. Desearía que las cosas fueran diferentes y que no tuvieras que abandonar tu hogar.

—Extrañaré a la bandada —dijo Lucy con tristeza, y las dos continuaron caminando en silencio por un momento más.

—¿Sabes qué no extrañaré? A la gente —se autorespondió Cornelia, haciendo que Lucy esbozara una pequeña sonrisa juguetona.

—La gente no es tan mala. Es lo que el mundo les hace. Como todos nosotros en la arena. Creo que hay una bondad natural en todos nosotros. Pero puedes cruzar esa línea hacia el mal. O no. Es nuestra tarea mantenernos en el lado correcto de esa línea.

Cornelia esbozó una pequeña sonrisa y recogió una rama del suelo, golpeándola contra un árbol. —No creo que sea tan simple —dijo, pensando en su hermano.

—Lo sé —murmuró Lucy, entendiendo a qué se refería—. Soy una vencedora. Pero estaría bien no matar a nadie más en el futuro.

—Algunos ya son demasiados para mí —pensó Cornelia en voz alta sin darse cuenta de que Lucy se había detenido. Al girarse para mirarla, vio que Lucy se había lastimado el pulgar. —Creo que podría hacer un bastón, ¿quieres uno?

—¿Algunos qué? —preguntó Lucy, ignorando la oferta de Cornelia y enfocándose en su confesión—. Pensé que solo Coriolanus había matado a algunas personas. Respóndeme, Cornelia, no me mientas.

Cornelia se acercó con el bastón en la mano, pero en los ojos de Lucy había pura desconfianza hacia ella. Lucy Gray estaba dejando de confiar en Cornelia.

—Mis amigos, mi familia, Coriolanus y yo —respondió Cornelia sin rodeos—. Cuando te conocí, mi antiguo yo obstinado murió, y desde ese momento supe que quería hacer todo para protegerte, incluso dejar a mi familia atrás y darlos por muertos. —Lucy estaba en silencio, quería creer en Cornelia, pero la lealtad que le tenía a su hermano hacía que su confianza disminuyera—. Espero que nunca creas que podría ser igual que Coriolanus, porque no lo soy.

Cornelia continuó caminando y se volvió hacia Lucy, quien todavía no se había movido. —¿Vienes?

Lucy simplemente asintió y la siguió por el sendero que conducía al lago. Mientras caminaban, de repente comenzó a llover con fuerza. Su ropa se empapaba y el pelo de Lucy estaba completamente mojado.

SNOW ON THE BEACH,, Lucy Gray BairdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora