(003). Flamenco rosa y amanecer del boulevard

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|Pink flamingo and boulevard sunrise | capitulo tres |

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|Pink flamingo and boulevard sunrise | capitulo tres |

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La mención de los chicos del distrito 12 fue como un golpe repentino en el rostro para Coriolanus. Se mofaba de ello mientras Cornelia permanecía en silencio, ignorando las miradas compasivas de sus compañeros, especialmente las de la chica a su lado. El distrito 12, el más pequeño y objeto de burla por todos.

Todos observaron con genuino interés cuando el Alcalde Lipp del distrito 12 anunció el nombre de la chica. "Lucy Gray Baird", pronunció el hombre con una sonrisa en el micrófono, y la cámara enfocó a la multitud vestida de gris. Lucy Gray destacaba entre ellos, llamando la atención de Cornelia. Vestía un andrajoso vestido de volantes con los colores del arcoíris, su oscuro cabello rizado caía por su espalda. Lucy Gray parecía una mariposa entre polillas grises, lo que hizo que Cornelia se observara a sí misma, vestida de rosa, y a sus compañeros de último año, vestidos de negro. Esto provocó que los labios de Cornelia Snow se curvaran hacia arriba.

Cornelia observaba con curiosidad cómo Lucy se apartaba del escenario hacia una chica pelirroja en la multitud. Fue un movimiento rápido; Lucy metió la mano en los volantes de su vestido, extrayendo una pequeña serpiente verde brillante que se deslizó hacia la pelirroja. La chica se sacudió, tratando de deshacerse de ella, mientras Lucy avanzaba imperturbable hacia el escenario.

Levantándose de su asiento, Cornelia captó la atención de todos, pero la chica de cabello blanquecino no pudo apartar la mirada del televisor, donde mostraban al Alcalde golpeando a Lucy y haciéndola caer.

Lucy permaneció en el suelo, ignorando la ayuda de uno de los pacificadores, y Cornelia no pudo evitar preocuparse por ella. Lucía tan frágil que Cornelia deseaba abrazarla y asegurarle que todo estaría bien.

— Por favor, levántate y dime que estás bien —, murmuró Cornelia. En la multitud, una pequeña voz comenzó a cantar, cruzando la plaza en silencio. Era una niña, quizás de nueve o diez años.

— Puedes tomar mi pasado... —cantaba la niña, y Lucy levantó la cabeza, uniéndose al canto. Otras voces se sumaron, incluida la de un hombre.

—Nothing you can take from me was ever worth keeping—, cantaron juntos, y una sombra de sonrisa se dibujó en los labios de Lucy Gray Baird. De repente, se levantó con determinación y caminó hacia el centro del escenario, tomando el micrófono y dejándolo salir.

—No puedes tomar mi encanto, no puedes tomar mi humor...—, cantó con una voz sorprendente, y todo cobró sentido. Lucy Gray Baird era una artista, un alma que no merecía lo que le estaba sucediendo, alguien injustamente maltratado.

—¡Pueden besarme el trasero! —, gritó Lucy con furia, y Cornelia soltó una carcajada impresionada, seguida por las risas de la multitud en la academia. Observó con una sonrisa soñadora cómo Lucy Gray Baird hacía una reverencia al público y al Capitolio, burlándose de ellos.

SNOW ON THE BEACH,, Lucy Gray BairdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora