SOPHIE.
Un día antes.
—¿Por qué de repente me tratas así? —le pregunto, sujeto la mano de Emma impidiendo que ella no se aleje.
—Perdóname —dice con los ojos brillosos.
—¿Estas así por él? —busco sus ojos— dime si te hace algo, puedo ayudarte Emma.
—Perdóname, Sophie —vuelve a repetir, me abraza.
—Te perdono, aunque no entiendo el porqué.
Se separa.
—Jackson te ama —dice de repente— sacrificó muchas cosas por ti.
—Él no me ama, nunca lo hizo, solo me mintió por mucho tiempo.
—Debes saber a veces actuamos sin pensar y luego nos arrepentimos, pero eso no quita el sentimiento. Él te adora, aunque no lo demostró de la mejor manera.
—¡Basta, Emma! estas actuando extraño —le cojo de los hombros— Ve a dormir, iré a verte después.
Emma se aleja, se detiene y da media vuelta su cabeza, su cabello rubio se mueve suave, me sonríe con ese brillo que desprenden sus ojos. Le sonrío igual, pero quiero que descanse, se ve muy cansada, como si no hubiera dormido en años.
Por la mañana del día siguiente, fui en busca de Emma, deseaba volver tomar desayuno con ella hablando todo el rato en mi oído, pero no me abría la puerta y eso que persistí muchas veces.
—¿Has visto a Emma? —pregunto a una compañera del pasillo.
—No.
Me contesta y se va. Le pregunto a otra.
—¿Será que has visto a Emma? Es rubia, alta y...
—Es tu amiga, —es tu amiga— deberías saber en donde esta.
—Es que en su habitación no está, le toqué varias veces. Así que supuse que había salido a caminar.
Se encoge de hombros y me da la espalda.
Subo a las habitaciones, me escondo cuando veo a Patrick y Jackson bajando apresurados.
Lo veo y aun, a pesar de todo lo que me ha hecho, me sigue alterando, pero también me provoca ira, dolor, y decepción.
Llego a la puerta de Emma, intento abrir, pero esta con seguro.
—¡Emma! —le hablo— ya se que estas en tu habitación, no te escondas más y sal.
Acerco mi oreja, no hay respuesta, ni un pequeño ruido.
Me siento en el suelo, recuesto mi espalda en la puerta, flexionando mis rodillas. Las chicas que pasan me miran.
—¡Sophie! —escucho la voz de Jacob, levanto mi cabeza— ¡Emma! —grito, mirando la puerta— ¡Jacob ha vuelto!
Corro a los brazos de mi amigo.
—¡Volviste! —salto sobre él, me sostiene dándome un giro.
—¿Cómo has estado? —me pregunta apretando mis cachetes.
—Bien —miento, miro la habitación de Emma— es ella quien está mal. Ha dejado de ir a clases, se le ve muy poco y siempre esta en su habitación.
Jacob le toca la puerta y tampoco tiene resultado.
—¿Desde cuando no la ves? —me pregunta.
—Desde ayer por la tarde.
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¿Ella sabrá que sangramos igual?©
Teen FictionSophie Steven una adolescente de 17 años con un pasado muy triste, intenta llevar una vida normal en su último año escolar, quiere dejar todo atrás, ella piensa que todo marcha bien y que ya el pasado no le persigue .Por otro lado , la llegada de Ja...