CAPITULO 48

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SOPHIE

Lo observo muy tranquilo conversando con sus amigos, riendo y hablando hasta por los codos. Me inquieta estar observándolo desde un rincón como si fuera un delito. Los alumnos pasan por mi delante entrando a formarse en la cola de la cafetería.

Camino hacia su dirección, sus amigos lo rodean que no le permite ver mi acercamiento.

—¿Podemos hablar?

Pregunto, al escuchar mi voz, los chicos se abren dejándome en vista plena sobre él.

—Ahora estoy ocupado —contesta.

Siento la mirada del grupo sobre mí.

No me aparto, no le quito la mirada que él la recibe, pone su cara de disgusto y finalmente se decide.

—Está bien, sígueme.

Se levanta de la mesa donde estaba sentado y sale de la cafetería, yo les sonrío a sus amigos antes de seguirlo.

Camina más rápido que yo, así que tengo que hacer el esfuerzo de caminar a su paso.

—¿A dónde vamos? —pregunto.

—A un lugar con menos gente.

Se detiene en medio de los pasillos, abre la puerta de un salón y se pone de costado esperando que entre primero.

Lo escucho cerrar la puerta.

—¿Fuiste tú, cierto? —le encaro por lo de ayer en la noche.

Toca su barbilla mientras me observa con diversión.

—¿Y quién más podría ser?

Responde relajado, sin embargo, le cuelgan unas grandes ojeras bajo sus ojos.

—¿Porque lo hiciste? —me enfoco en mi problema.

—Era obvio, ¿porque vendría a verte a esas horas? no creo que hubiera querido darte las buenas noches. Por eso supe que estabas en peligro, luego de eso no pude dormir.

Es cierto su razonamiento.

—Como sea, gracias. Tu travesura me ayudó.

—Dime que tienes pensado, me dijiste que te estabas encargando y eso sonó algo terrorífico que produjo en mí cierto miedo.

Me cruzo los brazos.

—No te importa, es mi asunto.

—¡Oh no! —da un paso adelante, retrocedo uno— ¿no es mi asunto, niña?, después de todo lo que le hizo a las personas que amo, ¿crees que no me compete?

Eleva su tono de voz.

—No quise decir eso, solo que entre mas personas lo sepan, todo saldrá mal y no quiero arruinarlo.

—¡Arruinó mi familia, arruinó a Emma!

—Tu lo sabias... —recuerdo nunca haberle contado sobre la carta que me dejó— tu sabías que mi mejor amiga se enredaba con mi padre, ¡¿Y no me lo dijiste?!

Suspira mirando el suelo.

—¡Responde! —me voy hacía él— Es que no debería sorprenderme viniendo de ti, ¡pero era mi hermana Jackson, tu lo sabias y no me lo contaste!

—Porque precisamente no era mi asunto, era ella que tenía que decírtelo, además tu no me ibas a creer, tenias a tu padre en un pedestal donde por las noches le ponías velas a su alrededor.

—¡Porque era mi padre, maldito egoísta! Yo no podría imaginar lo peor de él, cuando en mis recuerdos solo tenia los buenos momentos, él era la única persona que tenía.

¿Ella sabrá que sangramos igual?©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora