Han Ye Eun una chica que aspira convertirse en una dibujante de cómics. Por lo qué para pagar su matrícula universitaria, aprovechándose de su belleza, se alquila para novia momentánea a una base de reglas lo que la lleva a convertirse en "La Diosa...
—Creo que no hay necesidad de competir con tu hermana. No quiero ser vista como la mala y arrogante sí estoy usando mi nombre real ahí. Me estás exponiendo.
—Seri evidentemente hará comentarios desagradables, es entrometida y envidiosa. Sí la haces molestar, es aún mejor. Será divertido de ver. Y son las indicaciones que te di.
¿Indicaciones?
—No estoy de acuerdo. En hacer algo en contra de alguien. Es vil y narcisista. ¿Por que debo ser grosera con alguien sólo porque creo que soy quien está en lo correcto? ¿Por qué la gente se toma atributos de poder hablar mal de alguien? Creo que sólo ven por sí mismos y les hace falta empatía—recordé a Yuna molesta.
—¿De que estás hablando? Serás verbalmente atacada por ella, sí eso no te hace querer responderle tienes un gran problema.
—¿Un problema?
—Es instinto humano, aún sí no lo dices, tú mente lo hace pero guardas silencio—comentó,—Sólo te estoy pidiendo que lo digas, en voz alta.
—Veo que nunca eres prudente con tus palabras.
—Tu principal problema es que priorizas a los demás sobre ti. No tienes que sacrificarte para que otros sean felices.
—Pienso que las personas que actúan como tú, es porque han tenido una vida que apesta. Su vida apesta tanto que intentan pisotear a los demás.
—Mm, supongamos que es así. Las personas siempre buscan a la persona más débil para moverla a su antojo, decidí ser la persona que mueve alguien antes que ser movido—soltó,—¿En que barco estás?
—Definitivamente no en el tuyo.
El sonrió cabizbajo.
—Ser demasiado buena también es un defecto, ¿no lo sabías? Eres incluso peor que yo.
—Lee Su Ho—levante mi voz,—Estoy ayudante, sí eres grosero conmigo no esperes que quiera seguir con esto—sostuve mi bolso con fuerza y me apresuré bajando los escalones más rápido para marcharme. Le di la espalda.
—No estás ayudándome—aclaro al levantar su voz, lo miré hacia atrás y se dirigió a mí.
—¿Qué?
—Estás recibiendo dinero de esto—me miró,—Parece que tuviste un mal día. Tu humor realmente es peor hoy, ¿no encontraste un bolso de tu agrado en el centro comercial?—fue irónico y un poco molesto por mi actitud.
—¿Por que minimizas mis problemas resumiendo que sí tuve un mal día fue por algo insignificante? ¿No puedo tener problemas reales? Mis problemas van más allá de un simple bolso.
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