TWO. 13 LA VISITA

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TWO. 13 LA VISITA

Nuestra visitante esperó en el centro del vestíbulo, hermosa hasta lo increíble, pálida y absolutamente inmóvil, sin apartar sus penetrantes ojazos negros de nuestros rostros

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Nuestra visitante esperó en el centro del vestíbulo, hermosa hasta lo increíble, pálida y absolutamente inmóvil, sin apartar sus penetrantes ojazos negros de nuestros rostros. Note las rodillas de Bella temblorosas durante un segundo y estuvo a punte de caerse. Después, se arrojó sobre ella.

-¡Alice!, ¡Oh, Alice! -gimoteo mientras colisionaba contra su cuerpo.

-¿Bella? -había una extraña mezcla de alivio y confusión en su voz. La rodeó con los brazos e inspiró para inhalar al máximo el olor de su piel; no se parecía a ningún otro, no era floral ni especiado ni cítrico ni almizclado. Ningún perfume en el mundo podía comparársele. Mi memoria no le había hecho justicia en absoluto. No me di cuenta del momento en que el jadeo se transformó en otra cosa; sólo fui consciente del estado sollozante de Bella cuando Alice llevó a Bella hacia el sofá del salón y la acomodó en su regazo. Sabía que era como intentar acurrucarse en una piedra fría, pero una piedra que se amoldaba confortablemente a la forma de su cuerpo. Le acarició la espalda a un ritmo dulce, a la espera de que recobrara el control de su persona, mientras tanto, la mirada fija de Alice no se apartaba de mi, como si esperará la misma reacción de Bella, por supuesto, yo jamás haría eso. Alice llegó a caerme bien, pero yo guardaba un gran resentimiento.

-Lo... siento -balbuceo ella-. ¡Es sólo... que estoy tan feliz... de verte!

-Está bien, Bella. Todo va bien.

-Sí -sollozo; y por una vez me pareció que así era.

Alice suspiró. -Había olvidado lo efusiva que eres -comentó con cierto tono de desaprobación en la voz.

Levanté la vista y la miré con los ojos anegados de lágrimas. Alice tenía el cuello rígido e intentaba apartarlo de Bella al tiempo que apretaba los labios firmemente. Los ojos se le habían vuelto oscuros como la brea.

-¡Oh! -bufo Bella al percatarse del problema. Estaba sedienta y nosotras oliamos de un modo apetecible. Había llovido mucho desde la última vez que había tenido que preocuparme de esas cosas-. Lo siento.

Instintivamente me prepare, lista para atacar a la vampiresa sedienta en mi sala.

-Es culpa mía. Ha pasado ya mucho tiempo desde que salí de caza. No debería permitirme estar tan sedienta, pero hoy tenía mucha prisa -le dirigió una mirada deslumbrante-. Y hablando del tema, ¿podrías explicarme cómo es que estás viva?

Su pregunta pareció devolver a Bella a la realidad y cesaron los sollozos. Me di cuenta de qué había pasado y cuál era la razón de que Alice estuviera aquí. Trago saliva de forma audible. -Me viste caer.

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⏰ Última actualización: Jul 18 ⏰

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