«Sempiterno; que durará siempre, que, habiendo tenido principio, no tendrá fin.»
✔ Relación poliamorosa
✔ Todos los personajes son de S. Meyer, a excepción de Alessa.
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—¡Necesito los permisos de todos!
La voz del profesor Molina era un tanto lejana. Estaba aún en cierto trance: observó el suelo con determinación al recordar el accidente. Alessa tenía una curiosidad inmensa e insana pero realmente se estaba conteniendo. Tenía miedo de lo que podría encontrar.
Existía ella, entonces ¿existen más seres sobrenaturales?
Buscó en su bolso para obtener su termo, quería algo de café antes de subir. Sintió que necesitaba un poco de calor. Su nariz estaba congelada y roja. Cuando levantó la mirada, Edward y Jasper estaban a una distancia prudente. Sin embargo, ellos no las miraban. Las estaban ignorando. Sintió la irritación de su hermana a su lado.
Su campo de visión fue opacado por uno de sus compañeras. Un rubio cuyo nombre no recordaba en estos momentos.
—¡Vaya! —este sonreía ampliamente, alzaba sus brazo al cielo con exageración —. Están vivas.
—¿Esperabas lo contrario? —antes de que Bella pudiese responder, la pelirroja se adelantó con una sonrisa sarcástica.
El rubio pareció nervioso por un momento.
—Te quería preguntar...—no parecía tan decidido y se dirigía a Bella—digo, falta como un mes pero, ¿quieres ir... —sus ojos se hicieron más pequeños —, al baile conmigo?
Alessa noto la incomodidad de su hermana y sintió pena.
—Oh, el baile —Bella pareció pensar cuidadosamente sus palabras —, casi lo olvidaba. Lo lamento, no puedo. Ese fin semana viajaré.
—¿Y su vas otro fin de semana?
—Ya he comprado los boletos.
Había cierta decepción en su rostro que se fue tan rápido como llegó. Pareció recordar que ella estaba ahí también.
—Alessa...
—Pregúntale a Jessica —interrumpió antes de que siquiera pudiese responder.
El rubio giró a un costado para ver a Jessica, quien al hacer contacto visual lo saludó emocionada, totalmente ajena a lo que sucedía.
—¡Vamos, chicos! Andando —animaba el profesor —, el verde es bueno. ¡El verde es bueno! Suban al autobús.
Tanto ella como Bella y el rubio se movieron del estacionamiento para no quedarse atrás. Las hermanas hablaban en susurros entre ellas.
—Edward me trató como una idiota —masculló Bella con furia —. Dijo que lo imagine todo.
—Honestamente, las dos no pudimos haber imaginado lo mismo. Que se busque una excusa más creíble —Alessa rodó los ojos con fastidio.
