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El Jai.

Cuarenta soles, cuarenta lunas. Un periodo íntimo que comparten Alfa y Omega junto al recién nacido dentro de una union sagrada. Gracias a él, el pequeño cachorro logra integrarse al lazo de sus progenitores, al mismo tiempo que lo fortalece; dentro del nido el cachorro se familiariza al aroma de sus padres, ayudando también a definir el propio.

- Mi lindo cachorro... -susurra Kim a la par que acaricia su pequeña naríz- te contaré algo ¿Si? -continua- debes prometerme que lo tomarás con calma

Ante la culminación del Jai toma a lugar la ceremonia de presentación del cachorro frente al clan Grendel, oficiando su llegada como el futuro líder de la manada.

- Saldremos... -toma su manita, el pequeño no hacía más que mirarlo- debes conocer a tu gente, a tu pueblo... Allá afuera todos te quieren -intenta convencerse a sí mismo de sus propias palabras- no debes temer, no permitiré que nada malo te pase mi niño

Los nervios de Taehyung asilaba la habitación, pues quien realmente se encontraba aterrorizado era él.

Las plegarias a Madre Luna era por la protección del cachorro. Contra su pecho su Omega cargaba la parte de cielo que se les fue otorgado; ¿Sería un buen padre?, ¿Lograría guiar a su cachorro?, la incertidumbre se apropiaba del legado del Gran Alfa.

Abandonar su nido les dolía en el alma; esa sería la primera vez que saldrían de su habitación y ninguno de los dos estaba listo del todo; aunque está de más mencionar que ambos se encontraban en alerta máxima ante cualquier acción que significara una amenaza.

- ¿Por qué no hicieron un Jai más largo? -lo mira entre un puchero- no se, quizá uno que durará un año o más

Sonriendo ante las palabras de su tierno Omega, Jungkook se acercó rodeando a ambos entre sus brazos sin poder evitar suspirar; amaba tanto la sensación de tener el mundo en sus manos. Respiraba lento y sin prisas deleitándose del efecto.

- No podemos aislarlo tanto tiempo -acaricia- se acostumbrara solo a nosotros

- No le veo el problema

Si, ese era su Omega; terco y testarudo.

- Mi Cielo... Sé que tienes miedo, pero me tienen a mi y no solo eso, tendrán a todo Grendel cuidando de ustedes

Acurrucado entre la curvatura de su cuello admiraba el existir de su hijo.

- No quiero dejar mi nido, me siento seguro aquí... -su labio inferior fue atrapado entre sus dientes intentando contener su miedo- sé que tú gente nos cuidara, pero aquí estamos los tres juntos y no necesito más

Acariciando su nuca, Jungkook depósito un beso sobre su frente; y es que se encontraba justo en la misma situación. 

- Tae, el nido estará aquí esperando nuestro regreso -alienta- no pienso separarme de ti ni por un momento -deja un piquito sobre sus labios - ¿Confías en mí?

Siempre.

A paso lento se encaminaron hacia la puerta, justo en el momento que Jungkook la abrió, Taehyung se detuvo quedándose inmóvil frente a él; el mundo exterior lucía aterrador ante sus ojos.

- Confía

- Lo hago... -lo mira- yo confío en ti Amor, pero no en lo que puede pasar una vez salgamos del Kirval

- Taehyung...

- En verdad tengo miedo -sus ojos ya se encontraban acuosos- no quiero que le pase algo a mi niño -susurra- es mi bebé

Porque si, para Grendel el cachorro era su heredero, su futuro líder, el poderoso lobo que se convertiría en Gran Alfa, pero para Taehyung se trataba de su pequeña luz entre la oscuridad, un ser inocente al cual cuidar, una parte de él y de su Alfa; el fruto de su amor. Y Jungkook no podía estar más de acuerdo.

Destinados; Ready To Love ||KookV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora