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En esta parte no avanza mucho la historia pero creía necesario un capi así ...

Muchas gracias por comentar, votar y leer ❤️❤️

Por cierto hay otra historia en el horno y ya he subido el prólogo, por si queréis echarle un vistazo.

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Emma terminaba los últimos coletazos de su orgasmo cuando Regina sacó la cabeza de entre las sábanas y se tumbó a su lado enlazando las piernas con las suyas.

-Tengo hambre - dijo medio adormilada.

-Yo también- Regina habló con la cara escondida en su cuello.

-¿Tienes algo rico y que se haga rápido?

-¿Te vale pizza congelada?

Emma se giró de manera que se quedó frente a frente con Regina.

-¿Tú tienes pizza? - alzó la ceja divertida.

-Bueno... hace unas dos semanas tenía la intención de conquistar a una rubia que come como si tuviese 10 años, entonces compré unas reservas. Por si acaso ...

-¿Y qué tal te salió el plan?- Emma paseó un dedo por el costado de la alcaldesa.

-No sé, dímelo tú.

Se colocó encima de Regina apoyando el peso sobre sus antebrazos y la besó. Pronto la morena la rodeó con las piernas.

-¿Por qué no me invitaste hace 10 años a pizza? - preguntó zambulléndose en esos maravillosos ojos oscuros que, tras horas de pasión, tenían la máscara de pestañas un poco corrida por los párpados.

-¿Hubieses aceptado?

-Vine a por un hojaldre, ¿recuerdas?

-Lo cierto es que preferiría olvidar lo que pasó con aquello- Regina desvió el rostro para evitar mirarla.

-Oye...yo tampoco fui la persona más amigable del mundo- dijo besando la nariz que tenía bajo su cara.

-Siempre has sido un grano en el culo, Emma Swan- Regina sonrió.

-Pero siempre tu favorito- la Salvadora se inclinó y comenzó a besar el cuello de Regina, usando lengua y dientes entre medias.

-¿No tenías hambre?- La pregunta le llegó entre suspiros que cada vez se parecían más a gemidos.

-Quiero tomar un aperitivo antes- comenzó a deslizarse sobre el cuerpo de Regina hacia abajo hasta que su boca se situó encima de un oscuro pezón el cual succionó sin miramientos.

El sonido de un teléfono móvil rompió la maravillosa cantinela de sonidos que salía de la boca de la alcaldesa según ella seguía la exploración de sus pechos.

Observó cómo Regina alargaba la mano hacia la mesita para ver quién llamaba.

-Es tu hijo - dijo alargándole el teléfono.

-Es mío cuando te conviene, ¿no? -Frunció el ceño lo cual fue respondido con una sonrisa divertida.

-Hola, mi vida - Regina respondió la llamada-. Sí, está perfectamente.

Emma miraba a la morena con la cabeza apoyada en su estómago, el cual acababa de dar un rugido. Lo cierto es que deberían comer algo porque se habían metido en esa habitación sobre las 10 de la mañana y eran las 6 de la tarde. Una jornada laboral ...

La mejor jornada laboral de su vida, sin duda alguna.

-Creo que no ha leído tus mensajes. No, no nos hemos matado. Te la paso. Te quiero.

Emma recogió el móvil que le ofrecía Regina.

-¿Qué pasa, chico?- dijo mientras se sentaba en la cama, la morena aprovechó su posición para escabullirse al baño.

-Te he llamado y escrito cientos de veces. He llegado a pensar que mamá te había convertido en alpiste para los pájaros.

-No exactamente.

-¿Qué significa eso?

-Que estoy hecha papilla pero de otras maneras- Emma sonrió malévolamente intuyendo la respuesta de su hijo.

-¡Dios, mamá! Me alegro por vosotras pero omite información, por favor. ¿Estás bien entonces?

-Mejor que bien- la verdad es que jamás se había sentido tan estupendamente en toda su vida.

-Me hace muy feliz escuchar eso. Dale un beso a mamá de mi parte.

-Le doy varios si quieres.- A Emma le encantaba chinchar a Henry.

-Aggg- fue lo último que dijo el joven antes de colgar.

Como Regina seguía en el baño, decidió que bajaría a preparar esa pizza congelada que la alcaldesa decía tener. Para ello se vistió solo con las bragas y la blusa que había usado por la mañana.

Regina bajó cuando ella ya había metido la comida en el horno.

-Espero que le hayas quitado el envoltorio- bromeó la morena que estaba preciosa envuelta en una sofisticada bata de seda color plata.

-¿Tan inútil crees que soy? - ronroneó cerca del oído de Regina una vez que la tuvo cerca.

-No, pero sabes que podríamos haber cocinado la pizza con solo chasquear los dedos, ¿no?- dijo Regina levantando la ceja.

-Entonces con mi control seguramente hubiésemos salido ardiendo. ¿O acaso has recuperado tu poder?

Regina desapareció en una nube de humo morado y apareció justo a su espalda. Emma la miró sorprendida porque esta vez no la estaba tocando.

-¿Cómo....?

-El amor verdadero es la magia más poderosa que hay y resulta que creo que soy el amor verdadero de la Salvadora cuya magia es producto del amor verdadero. Si multiplicas todas las veces que he dicho amor verdadero en la misma frase, ahí tienes la respuesta.

-¿Ahora ya crees que soy tu amor verdadero? - se acercó y rodeó la cintura de Regina mirándola a los ojos.

- Eres mi Salvadora y el auténtico amor de todas las versiones que existan y que hayan existido de mí; eres el amor verdadero de la Reina Malvada, el amor verdadero de la alcaldesa Mills y el amor verdadero de Regina - se detuvo unos instantes y paseó un dedo por su rostro, reconociendo sus rasgos -. He necesitado una maldición para encontrarte y otra para reconocerte - la alcaldesa metió las manos entre su pelo-, pero ahora te veo -Emma contempló conmovida los ojos oscuros plagados de lágrimas que no llegaban a caer-. Y te amo, para siempre.

Emma se lanzó y besó a Regina de tal manera que tuviese la certeza de que ella sentía lo mismo; que la amaba. Para siempre.

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