Una flor en aquel bello jardín....
Doncella preciosa, sentada, tocando el violín.
Rosa blanca, entre rojas del jardín....
La mujer delicada como una flor,
sin pétalos no se tiene corazón,
pero esta rosa florece de amor.
Con mirada encantadora,
frágil, con el viento se desmorona,
la mujer, una hermosura,
Es preciosa, sin duda alguna...
Sollozando, la de vestido blanco...
Toca algo más nostálgico, en poco rato.
Con coceduras negras en la boca,
no tenía un ojo, ella no hablaba,
¿Alguien se daría cuenta?
¿De lo que pasaba?
El violín no soltaba,
puedo creer que solo jugaba.
Pero está completamente sola.
Imaginaba...
Desnutrida, en los huesos...
Pálida, con el ojo color rojo...
Cargaba con mucho dolor...
Suponía, mientras la noche alumbraba,
su agonía...
Ella pensaba,
mientras me miraba...
¿Quién es esa persona?
Que me observaba.
Creía que no se daría cuenta,
pero cuando menos pensé,
conversaba con las flores del edén.
Yo cortaba la flor, que me gusto,
pues la mujer se parecía a ella,
tan bella...
Y cuando la tomaba,
la hermosa dama caminó a sí a donde estaba...
Y arranco con fuerza,
los alambres que tenía en su boca tiesa.
Sangraba, pero eso no evito que hablara;
-Buenas noches, caballero,
note en el reflejo de la laguna,
que me veía con duda alguna...
No disculpeme,
me quedo sorprendido por su belleza...
Veo que el violín le interesa...
Guárdelo por mí,
no lo necesitaré,
hoy es la última vez....
Que caminaré,
con vida otra vez...-
No sabía qué decir, me quede mudo y solo oí,
la hermosa melodía,
que toco para mí...
Al terminarse las notas,
dejo su violín,
dándome un beso
Se fue del jardín.