pensé que mi vida terminaría,
aquel día en esa noche fría,
en la que mi hermano Jeff me hería,
pero no moriría, sobreviviría,
hubo alguien por quien no me rendiría.
Cuando desperté en hospital,
nuestro encuentro fue accidental,
una enfermera con ojos de cristal,
era mujer hermosa sin igual,
me enamoré de manera letal.
Ella se volvió en mi vida, fundamental.
El tiempo pasó y nos casaríamos,
todos los días eran nuestros,
yo no sabía que nos separaríamos,
nadie era más feliz que nosotros,
de noche por la calle caminábamos.
El paisaje era paradisíaco,
en media calle un ladrón nos atacó,
tenía una sonrisa horrible, de monicaco,
con aspecto demoníaco, era un pataco,
me recordaba a un viejo bellaco.
A mi hermano el estúpido maníaco.
Nuestra cita fue interrumpida...
En la reñida mi amada resulto herida,
la vi, su mirada dejaba de ser lucida,
tenía que ser lo más pronto atendida,
el alma del ladrón ahora es ilíquida,
Pagará, se metió con la mujer que adoro,
grite por todos lados pidiendo socorro,
hace momentos estaba sonriendo pero ahora lloro,
tenía ganas de echar todo por el inodoro,
el ladrón escapo, pero hay algo que ignoró.
Sus ojos arderán como en cloro.
Matar criminales es mi pasión,
matarlos a todos es mi adicción,
en su cerebro dejaré una contusión,
lentamente, lo dejaré sin respiración,
jugaré con el cómo en una abducción.
Mi amada murió, y mi sonrisa desapareció,
mi frágil alma se llenó solo de odio,
mato por justicia, yo no soy un mercenario,
nadie puede comprobarme ningún homicidio,
desde que mi hermano enloqueció sufro insomnio.
¿Yo también debería estar encerrado en un manicomio?
Solo quiero venganza, que mi hermano muera,
que importa si mi alma es de la ira prisionera,
su cuello será el primero que se romperá,
le arrancaré todo no dejaré ni una sola víscera,
en su propia sangre derramada se retorcerá.
Yo soy Liu, el homicida.