Encontré una flor con rastros de ti,
aún tiene la fragancia del amor que abatí,
su olor trae recuerdos de dolor, del perfume de tu piel,
un dulce sabor a miel, hoy lejos de mi alcance,
siempre pensando en el pasado, jamás había notado el percance.
Recogiendo los fragmentos de luna, decoro mis sueños y duermo,
derrumbado, cansado y abandonado... durmiendo en un sueño eterno.
Soñando regresar a tu lado...
Miro las costas del mar algo desesperado, tratando de encontrar ese tan anhelado cielo estrellado, tratando de sentirme liberado.
Una vez más... Pues sigo aprisionado...
El viento sopla con fuerza, la flor muere de manera incierta.
Es tan frágil que con un solo suspiro los pétalos decaen con delicadeza.
Quiero volver a verte, quiero tocarte, saborear de nuevo aquellos instantes...
Mi alma está apedreada por tu descaro de antes...
Cierro mis ojos y sentimientos, siendo la llave un misterio,
Algo que no quiero que alguien otra vez encuentre.
Siento como si ya fuese un ente, sin ti estoy muerto en vida.
Lo siento desde tu partida...
Indagaré el origen de mi coexistir, a través de las llagas de mis heridas.
Atesora estas caricias, saldré del sufrimiento, ya no podre escuchar tus risas.
Despertando del sueño encarnado, déjame decirte,
jamás olvidaré lo que me enseñaste, es mejor escucharme,
puedo transformar todo tu dolor en amor, en este mágico amor.
Soy un hombre soñador...