-- Dime... ¿Quieres seguir?... -- El silencio se hizo presente, sus ojos solo me miraban, su boca permanecía cerrada, parecía que no iba a decir nada, estaba apunto de hablar, pero ella me atacó con un beso, uno más salvaje que el de antes, su lengua entro directamente a mi boca en cuanto la abrí para hablar, y mientras me devoraba, sentí como desabrochaba mi camisa, no me quede atrás, busque en alguna parte de su espalda un cierre un botón, pero solo parecía que intentaba desabrochar un sostén como un inútil, ella rompió el beso y de entre sus pechos bajo el cierre de su traje que me dejo ver su cuerpo en todo su esplender, un abdomen plano y hasta marcado, esta chica parece que hace ejercicio, un digno abdomen atlético. Sus pechos, tan grandes como me los imaginé, su delgadez se mostraba claramente en sus clavículas marcadas, que me tentaban a morderla dejando alguna marca y sus ojos, parecían estar un tanto entre cerrados, pero lograba ver aquel color verde que me fascina tanto, mostraba deseo y total seducción. No pude seguir aguantando más ver a esta belleza sin poder tocarla, me senté para tomarla de la cintura y seguir besándola, mientras mis manos recorrían su cintura hasta llegar a sus pechos, mi boca bajo desde sus labios a su cuello, donde lamí buscando encontrar todo el sabor que podría esconder en esa suculenta parte de su cuerpo.
Escuchaba como delicados gemidos salían de su boca, mientras tocaba uno de sus senos, tan grande y jugoso como lo imaginé, me harté de succionar su cuello, en el cual seguro deje una marca. Deje que mi mano esta vez viajar hasta su trasero mientras ella tocaba mi entrepierna y de una manera muy sigilosa saco de entre mi pantalón y mi bóxer mi miembro, con su mano lo masajeaba mientras yo lamia su dulce pezón, tan suave y endurecido por la excitación. Ella me dio un empujón que me dejo recostado en la cama y comenzó a bajar hasta la altura de mi tieso miembro, y siquiera dándome cuenta ella hundió mi miembro por completo en su boca, un gemido de sorpresa y placer se me escapó, me estaba muriendo, sentía como el calor de su boca me rodeaba y como su lenguaje jugaba con mi socio, sentía como en cualquier momento podría correrme en su boca, pero antes de poder hacer cualquier cosa ella paro de lamerme y desde mi entrepierna me miraba, con unos enormes ojos deseos, este juego de miradas llego a su fin cuando ella comenzó subir hacía mí otra vez, pero lo que pensé que sería sentir como ella se sienta en mi entrepierna rozando su feminidad con mi amigo; terminó siendo como sentí sus muslos a los costados de mi cara, parece que ella no quiere que yo sea el único que sienta placer, lamia su coño con mi hábil lengua mientras ella hacía un movimiento de caderas de atrás hacia el frente, gimiendo desesperadamente, su sabor era agridulce, aún que no me importa mucho el sabor, de por si lamer su monte de venus era excitante, detenerme a saborearla me hacía estar en las nubes, note que mi erección comenzó a doler una vez más, así que mientras mi lengua jugaba con su clítoris y una de mis manos estaba entre sus muslos, mi otra mano bajo a mi miembro para así aliviar un poco el dolor que me provoca esta chica.
Parecía que ahora en vez de gemir comenzó a gritar mientras seguía lamiendo, quería seguir hasta sentir su húmedo éxtasis pero ella se levanto dejándome tendido, bueno, ella ya mando mucho, es mi turno, mientras ella recuperaba el aliento sentada cerca de mi, yo busqué un condón que ponerme, desesperado me lo puse para después subir encima de mi chica y tomar sus manos alzándolas, sin dejar que se mueva, con una de mis manos la sujetaba y con la otra tomaba su cintura para acercar de alguna manera una vez más uno de sus senos, donde masajeaba con mi lengua otra vez uno de sus duros pezones, finalmente después de tanto juego, tome mi miembro con una de mis manos para buscar la entrada de su feminidad hasta que la encontré, quería disfrutar la sensación así que entré lentamente mientras ella gemía, parecía que de dolor, y a juzgar por lo apretado que se siente entrar en ella, intuí que era virgen, entre cada vez más lento hasta que me quedé entre sus piernas disfrutando de la sensación y esperando a que ella se acostumbre. No quería quedarme sin hacer nada así comencé a besarla una vez más, esos labios rojos son definitivamente los más excitantes que he probado alguna vez, seguí besándola y jugando con su lengua y ella también, moviendo mis caderas a veces para ver si ella ya estaba mejor, pero se quejaba con pequeños quejidos, no fue hasta que sentí como ella movía delicadamente sus caderas hacía adelante y atrás y entre besos y lamidas soltaba quejidos, comencé a mover mis caderas al igual como ella lo hacía mientras ella gemía, incrementando cada vez más la velocidad hasta que comencé a moverme como un desesperado, ella gritaba mientras yo gruñía, disfrutando de cada penetración, e inconscientemente puse mi mano en cuello, apretando ligeramente mientras ella ahora salían de su boca gritos semi ahogados que me hacían subir más la velocidad de mis penetraciones.
Sin darme cuenta ella tomo el control de las cosas al dar un giro rápido, quedando encima de mí, aún dentro de ella, comenzó a dar movimientos circulares, disfrutando de la sensación de tenerme dentro de ella, su cabello corto tapaba un poco su rostro, pero no lo suficiente, aún podía ver como tenía sus ojos cerrados y como mordía su labio inferior, ella siguió dando giros circulares hasta que puse mis manos en sus muslos, lo que la hizo salir de aquel transe en el que estaba, de a poco comenzó moverse y no de adelante hacía atrás, comenzó a saltar encima de mí hasta que verdaderamente comenzó a robarme gemidos, jamás había sentido tanto placer y excitación como esta, me cabalgaban como nunca y de verdad lo estaba disfrutando, entre gemidos gruñía, entre gruñidos gemía, me sentía muy cerca del orgasmo y definitivamente no quería terminar aún, me reincorporé y senté en la cama. Ella estaba completamente desnuda, yo aún estaba completamente vestido, quería retirar mi camisa pero parece que ella también se percató de mi falta de desnudez y rápidamente retiro mi prenda, sus ojos parecían brillar al ver mi torso, para después sentir como sus piernas rodearon mi cintura, parece que no quiere que me separe de ella. Pero sus piernas comenzaron a bajar, bajando de paso mis pantalones y mi bóxer. Ahora si, estamos igual, pero ya no quería estar recostado así rodea con mi brazo su cintura y tome uno de sus muslos para así cargarla, con la ayuda de mis fuertes brazos comencé a mover su cuerpo de arriba hacía abajo mientras estaba de pie, ella gemía mientras yo la cargaba y se aferraba a mi cuerpo al rodear mi cuello con sus brazos. Me harté de el sube y baja, puse mis manos en su trasero para comenzar a penetrarla esta vez más fuerte gracias a la ayuda de mis manos, una vez más, ella gritaba de placer mientras yo la penetraba brutalmente, haciendo que ella clave sus uñas en mi esplda, mis gruñidos se hacían más fuertes. No queremos molestar al resto, para tapar un poco sus gritos choque mis labios con los de ella para bajar el volumen del escandalo, aún besándola ella gemía.
Finalmente comencé a sentir como el orgasmo se acercaba, y salí de ella para tenderla en cama, sin dar instrucciones yo mismo hice que ella se hinqué en el colchón y termine en la posición de perrito, donde podía ver su precioso melocotón en todo su resplandor, mis manos se vieron tentadas, en especial después de imaginar como ese blanco trasero cambiaria su color a rojo después de azotarlo con mis manos. Preparé mi palma para darle una nalgada y como pude lo hice, ella gimió fuertemente, pero parecía disfrutar, una vez más estrelle mi mano contra su blanco trasero ahora con una marca rosada, dejando otra y otra, hasta dejar sus dos nalgas rojas, ahora si es un rojo melocotón, uno al que quería volver a entrar, al acercarme acaricia su rosado trasero para volver a entrar más profundo que antes, soltando nuevamente un gemido de placer. Empecé a mover mis caderas aún más rápido que la ultima vez, mientras golpeaba una que otra vez su trasero y sujetaba con fuerza el cabello de su nuca, poco a poco sentía como estaba por venirme y a juzgar por sus gritos, diría que ella también, moví mis caderas aún más rápido y sujetaba ambos brazos de mi chica, haciendo que ella se levanté de alguna manera, así su exquisito cuello estaría de nuevo a mi alcance para lamer y morder su piel blanca . Después de un intenso sexo, terminé por correrme fuera de mi chica y ambos nos acostamos en el colchón, ahora se siente un poco más gastado. Ambos recuperábamos el aliento y el cansancio se apoderaba de mí, cuando de pronto escuche la voz de mi chica.
-- Ah... Ah... Mmm... M-m-... Mitch...
Mis ojos se abrieron en cuanto escuché ese nombre, espera... No puede ser... Moví un mechón de cabello que tapaba su resto y finalmente la reconocí... Era Kauro... Esa chica que con mis hermanos disfrutamos de molestar, a la que incluso vi como una chica diferente, no solo por el cuerpo que se carga, si no por su actitud ruda, a la que me vi tentado a tocar más de una vez... Acabo de tener sexo con esa chica, en una de las habitaciones de los bares de conejitas de mi padre... Me levanté de la cama para buscar en mi pantalón mi teléfono, no se porque lo hice, mi cuerpo se movió solo, peri aun con la poca batería que tenía mi teléfono pude sacar una foto de ella desnuda en la cama, donde claramente se ve su rostro y se puede identificar bien su rostro... Finalmente volvía a acostarme en la cama para dormir... Quizá esta foto me sirva para algo... Jeje.
ESTÁS LEYENDO
Cartas de verano (Bellota X Butch)
FanfictionKauro y sus hermanas Momoko y Miyako, son unas jóvenes marginadas de la ciudad de Saltadilla, asisten al instituto como ciudadanas ejemplares de su edad, y en las tardes, cada una tiene su respectivo trabajo, sin embargo, estas jóvenes de aparienci...