Su cara estaba, tan cerca de mí, sus labios tan rojos y perfectos, era como volver a verla entre mis brazos como anoche, solo quería tomar su cara y besarla como nunca, pero primero tengo que idear mi plan, esta chica solo será mía. Antes de que pueda decir o hacer algo más ella se zafa de mi agarré e intenta salir de la puerta, pero no la dejaré ir tan fácil. -- Si sales por esa puerta, le diré a todos tu secretito. -- Ella se detuvo, parecía un estatua de lo paralizada que estaba.
-- N-no sé de que hablas... -- Creí que se iría, pero siguió frente a la puerta cerrada.
-- ¿Qué te pasó? ¿Acaso dije algo extraño o una mentira?. -- Ella siguió frente a la puerta hasta que vi como soltó la manilla y caminó hacía mi, estaba claramente enfurecida y en cuanto estuvo cerca de mi me tomo por el cuelo de mi camisa y su puño se alzó frente a mi cara, pero freno antes de siquiera rosar mi cara.
-- ¿De qué mierda me estas hablando? ¿Secreto? ¿Qué secreto, maldito? -- Dijo aún con su piño elevado y cada vez más cerca de mi cara, pero, a una velocidad muy lenta.
-- No te hagas... El bar por ejemplo. -- En cuento dije aquella palabra sus ojos se abrieron de par en par, si quiera disimular podría no ser tan obvio cuando hablo. Quite su mano con la cual sujetaba el cuello de mi camisa, y saqué de mi bolsillo mi teléfono, busqué en la galería de mis fotos hasta encontrar lo que quería. -- ¿Ves? No tienes que ocultarme nada gatita... Ya lo sé todo.
-- ... ¿Y qué quieres hacer con eso? ¿Eh? ¿Quieres chantajearme?
-- Algo parecido... Veras, el viernes de la semana pasada, fui a un bar en busca de una jovencita que me gustó mucho desde la última vez que la vi, tenía un cuerpo suculento... Que gracias a Dios pude probar. Quizá no te acuerdes de nada de lo que te digo... Pero si puedes recordar como fue la mañana después de esa noche... ¿Puedes pensar en algo? -- Ella tenía la cabeza abajo, mirando el suelo, tenía sus puños ya rojos de tanto apretarlos, cuando levanto su cabeza, vi como de sus ojos caían unas lágrimas. Obvio no son de pena, esta chica esta hirviendo en ira.
-- ... No tengo porque responderte nada, ¡Y ya déjate de hablar tanto! ¡¿Qué mierda es lo que quieres?!
-- A ti... Te quiero a ti... Y a ese precioso cuerpo qua cargas...
-- ¿Qué estas diciendo?...
-- Mira, no es como me gustes o me este enamorando de ti, no me interesan esas mierdas cursis de niñitas, solo pienso en sexo, ¿Bien?... La cosa es simple, tu te acuestas conmigo, yo guardo tu secreto.
-- ... Estas enfermo... -- Dijo para después caminar en dirección a la puerta, pero claramente no dejaré que se vaya.
-- Si cruzas esa puerta, le diré a todos tu trabajito secretito... Y, dejándome llevar por mi instinto, tus hermanas también son participe de ese trabajo, ¿No?. -- Apretó más sus puños. -- Tomaré ese silencio como un si. Así, considerando todas estas cartas a mi favor, no tienes muchas opciones gatita. O aceptas mi oferta, o yo correré la voz, y todos sabrán que eres una prostit- -- Solo sentí el golpe en toda mi mejilla y parte de mi pómulo, el impacto me dejo un poco mareado y caí al piso. -- ¡Demonios niña! ¡AH!... Si que sabes golpear eh...
-- ¡No soy una puta! ¡Y NO VOY A PROSTITUIRME CONTIGO!
-- Ah... ¡Bien! Prepárate para mañana, porque todas sabrán tu secreto... Y el de tus hermanas... -- Dije susurrándole en el oído, mientras ella estaba roja de ira, tomé mi bolso con mis cosas para salir del aula, con mi teléfono en mano ya listo para subir a Instegreim la bella foto que tomé de ella, pero me detuve cuando ella me llamo.
-- ¡Oye! Rata de alcantarilla... Si hago lo que me dijiste... ¿Dejarás a mis hermanas en paz?... -- Perfecto, ya es mía.
-- ¡Por supuesto! Y obviamente a ti también. -- Ella estaba de nuevo mirando hacía el suelo, y con la mirada baja camina hasta donde estoy yo, después de unos segundos con su cabeza abajo, mi mira directamente a los ojos, dejándome ver en todo su esplendor esos preciosos ojos. Ella me mostró su mano y entendí que quería cerrar nuestro trato, así que tomé la suya de igual forma.
-- Entonces... Es un trato...
-- Así es belleza. -- Dije jalando de su brazo para sujetarla por la cintura, teniendo su rostro tan cerca, no pude resistir la tentación de saborear esos labios, ella se movía demasiado, así que con mi mano tome su mandíbula y la besé, sus labios eran cálidos y me hicieron desearla una vez más debajo de mi en una cama. Eso hasta que sentí el impacto de una bofetada en mi mejilla, que de hecho ya había golpeado antes. Estaba apunto de hablar pero alguien nos interrumpió.
-- ¡Kojiro mi amor! Te estuve buscando mi vida. -- Apareció Duquesa a las puertas del aula, quien camino rápido hacía mi y sin escrúpulos rodeo mi cuello con sus brazos y me besó, no me negué al beso y le seguí el juego al mismo tiempo que mis manos se posaron su estrecha cintura. -- ¿Qué estas haciendo aquí? Te estuve esperando pero nunca llegabas, ¿No ves que me siento solita sin ti amor?. -- Dijo comportándose como una niña y poniendo los ojos de suplica que antes me fascinaban tanto, mientras jugaba un poco con mi camisa. La verdad esta chica ya es más un estorbo que algo con lo que pueda divertirme, pero bueno, esta será la última vez que pisará mi casa, y mi nueva invitada será mi nueva adquisición. Sin hacerla esperar más tomé mi bolso del piso para irme, sin antes despedirme de mi chica, nada muy grande, solo un guiño que se que le gusto, ella algo enojada se fue del aula y yo solo caminé hacía Duquesa, rodeé su cuello con mi brazo y ella rodeó mi cintura con su brazo, los dos nos fuimos caminando hacía el estacionamiento para ir a mi casa, fuimos en total silencio hasta que llegamos a mi auto donde nos besamos otra vez. -- ¿Kojiro?
-- ¿Si belleza?. -- Ambos abrochamos nuestros cinturones mientras hablábamos, se que soy un hijo de puta, pero se también lo que es seguridad.
-- ¿Me podrías decir qué estabas haciendo a solas con esa perdedora en tu aula?. -- Miré a Duquesa, claramente estaba enojada, tenía el ceño fruncido y su cara era totalmente seria. Con eso ya me dio a entender que me va a causar problemas.
-- ¿Estas celosa?
-- ¡Claro! No me siento cómoda sabiendo que estabas con ella a solas, sabiendo a demás que todo en esta escuela están detrás de ella. -- Dijo resoplando y cruzando los brazos... ¿Con qué todos? Para que esta niña se deje de dramas la tomé de la cara y le di un beso, a ver si deja de hacer berrinche.
-- Preciosa, tu eres para mi la única, y lo sabes, y si te preguntas porque estaba con ella, fue porque la señorita Keane nos pidió que limpiáramos el aula de clases, y aparte le pedí unas materias que necesitaba.
--- Mm esta bien. -- Después de tanta estupidez encendí el auto y partimos hacía mi casa, en un momento mientras manejaba, se escuchó el tono de teléfono de alguien, y adivinando por ese tono infantil, es el teléfono de Duquesa.
-- ¡Hola papi!... ¿Dónde estoy?... Salí un rato con mis amigas al centro comercial. -- Ella hablaba por teléfono mientras deslizaba su mano por mi muslo hasta llegar a mi entrepierna, y con habilidad que bastante rápida saco mi miembro de entre mi pantalón y broxers. No me pareció mal lo que estaba haciendo, así que no puse objeción cuando ella comenzó a tocarme, mientras lo hacía, se pudo escuchar un grito a través del teléfono, el padre de Duquesa grito: "¡¿Estas con ese perdedor otra vez?!".
-- E-eh no papi, estoy con mis amigas... ¡¿Cómo que Princesa ya te dijo?! ¡AY! maldita mocosa... Si, si como sea. Adiós.
-- ¿Era tu papá?
-- Si, quizá tenga que irme rápido, así que, mejor te doy algo antes. -- Dijo para después inclinar su cabeza hacía mi entrepierna, succionando desesperadamente mi pene, ayudándose también con su mano, no logro terminar, y no es como que me excité mucho lo que hace, además, ya habíamos llegado a mi casa.
-- Bueno, ya llegamos linda. -- Ambos bajamos del auto, yo por mi parte y ella por la suya, entramos a mi casa y yo solté un grito para ver si estaba solo... Nadie respondió, nada mal. -- Bueno linda, tenemos la casa solo para nosotros. -- Le guiñé el ojo, pero ella solo miró hacía otro lado, ¿Ahora que le pasa?. -- ¿Qué te pasa linda? ¿Sigues enojada?
-- No es eso... Ah, siempre que llegábamos a tú casa solos me ofrecías una copa de vino y me seducías de alguna manera... Ahora solo vienes al grano, a una mujer le gusta que la seduzcan ¿Sabes?. -- Dios, ya me esta arritando.
-- Lo siento linda, es que te tengo muchas ganas. -- Dije caminando hacía ella para atraerla a mi, sujetándola por la cintura. Ella sonrió un poco y rodeó mi cuello con sus manos, apara que después no besáramos un buen rato.
-- Bueno, entonces, no te hago esperar. -- Tomó mi mano para que ambos subamos por las escaleras hacía mi cuarto, entramos torpemente entre besos y lamidas, hasta llegar a la cama, donde me arrojo para acostarme y subirse encima de mi...
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Cartas de verano (Bellota X Butch)
FanfictionKauro y sus hermanas Momoko y Miyako, son unas jóvenes marginadas de la ciudad de Saltadilla, asisten al instituto como ciudadanas ejemplares de su edad, y en las tardes, cada una tiene su respectivo trabajo, sin embargo, estas jóvenes de aparienci...