Capítulo 2

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-- Vaya, jamás hubiera imaginado ver como alguien te da una paliza así. -- Dijo Miyako mientras intentaba disimular mi ojo morado con maquillaje. 

-- ¿Aún no están listas? ¡vamos chicas! el Jefe quiere que salgamos. -- Dijo Momoko a las puertas del camerino donde nos preparamos para ir al escenario.

-- Agh, no me recuerdes esa porquería, ¡Detesto este puto trabajo!

-- Oigan mocosas, el Jefe dice que se apuren ¡Ya! -- Entro una de nuestras compañeras de trabajo, Maria, mis hermanas y yo nos llevamos bien con ella, pero aún asi tiene un carácter de mierda.

-- ¡Ya vamos Maria!.

Miyako terminó maquillar mi ojo, y yo y mis hermanas salimos con nuestros uniformes, que detesto. Con mis hermanas, trabajamos en un bar nocturno, más que nada un lugar donde viejos verdes vienen a ver a chicas como yo y mis hermanas en el escenario. Este lugar no es nada más y nada menos que el bar " The Baby Bonnies" conocido en toda la ciudad por sus meseras "las conejitas" y por sus presentaciones eróticas en el escenario. Obviamente el bar tiene algo de decencia y deja que las meseras tengan apodos para ocultar su identidad. Salimos de los camerinos con mis hermanas para atender las mesas y servir alcohol a nuestros clientes, esto mientras algunas de las trabajadoras se presentaban en el escenario, para que después venga el turno de cada una de las meseras.

-- ¡Bellota! -- Bellota, es mi nombre, sí, el apodo que mis hermanas me dieron al final si sirvió de algo, el apodo de Miyako es Burbuja y el apodo de Momoko es Bombón.

-- ¡Conejita Bellota! Acérquese y venga a servirnos a mi y a mis compañeros algunos tragos.

-- Es todo un placer mi señor. -- Que asco, me acerqué con una botella de whisky a la mesa de los clientes con este estúpido disfraz de conejo, estos viejos tienen todo mi trasero a la vista y las pantis negras que estoy usando no me ayudan a cubrirlo.

-- Y... Que tal si nos hace algo de compañía señorita... -- Sentí como este viejo verde me comenzó a tocar la cintura hasta bajar a mi trasero, acariciándome un poco.

-- Claro señor... Sería un placer... -- Dije fingiendo una sonrisa. Me quede un rato sentada en la mesa de estos viejos, por suerte el Jefe me salvo, pero solo para darme un trabajo peor.

-- Bellota, tienes un cliente en la habitación 9, te esta esperando hace un buen rato, así que quizá este algo molesta, actúa linda y talvez este de mejor humor, suerte linda. -- El Jefe me llevo hasta la habitación para después reconfortarme y dejarme frente a la puerta.

-- Uff, tranquila, solo has lo de siempre. -- Abrí la puerta solo para ver a un gordo y viejo hombre calvo ya hasta sin camisa en la cama de la habitación. -- Buenas noches señor, lamento mucho la demora, sabe que siempre estoy contenta de verlo. -- Como política del bar, las trabajadores siempre tenemos que hacer sentir cómodos a los clientes.

-- ¡Ay Dios! ¡Miren quién es! ¡Mi conejita Favorita! Buenas noches mi bella Bellota, una hermosa noche nos espera junto a los tragos , ¿No cree? -- El tipo hizo un gran esfuerzo para levantarse de la cama y servir champan en 2 copas. Este tipo tiene bastante dinero, el reloj y la cadena de oro hace que no pase desapercibido. -- Venga mi dama hermosa, siéntese a mi lado.

-- Por supuesto mi señor, pero antes, ¿No le gustaría tomar otro tipo de licor? Sabe que yo disfruto más del Whisky que de la champaña. -- Le guiñé un ojo, haber si con eso quedaba más tonto.

-- Por supuesto preciosura, sírvete y de paso me das un vaso también. 

Mientras servía el whisky saqué algunas pastillas que guardo por si acaso me dan estos trabajos, las puse en el vaso del viejo y le entregué su trago. No pasó mucho tiempo para que viejo quedara inconsciente en la cama. 

Cartas de verano (Bellota X Butch)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora