Capítulo 4

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Cada persona es el reflejo 

de la música que escucha. 

—John Lennon

Ivette Stern.

Es horrible. No sé ni qué es, no le veo forma. Es tan impresionante e incomprensible que no tengo palabras para describir esos garabatos. Es una hoja blanca con trazos de lápiz en formas... ¿ovaladas? Dios, no sé qué es, no sé qué decir de esas manchas grises... Parece hecho a la maldita sea.

No respondí a ningún mensaje. Revisé la hora: eran las nueve y cincuenta y tres de la noche. Silencié el teléfono y volví a sentarme en el escritorio. Terminé todas las tareas pendientes y luego me fui a dormir profundamente.

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Los recesos en la institución son solitarios. Mientras los demás juegan fútbol, básquet o vóley, otros caminan, hablan y ríen. Yo me voy a una de las zonas verdes donde hay un árbol alto y frondoso. Me siento ahí, escuchando música a través de los audífonos mientras leo uno de mis libros pendientes.

Veo pasar varios grupos de adolescentes, riéndose y hablando, deseando ser parte de ellos. Sería magnífico volver a tener amigos. Aunque es muy contradictorio: desde que llegué, unas chicas de mi clase me han invitado a pasar un rato con ellas, y siempre salgo con excusas. Pero tengo una buena razón: siento su interés muy falso. Y eso no me gusta. Además, ellas son de maquillaje, fiestas y chismes.

Yo no. No encajo en esos estándares.

Decido ignorar todo lo sucedido. Por más que desee algo, si no pongo de mi parte, nunca sucederá. Y no tengo ganas de poner de mi parte. Regreso mi atención a mi libro, continuando con la lectura.

Minutos de tranquilidad pasan hasta que el teléfono comienza a vibrar varias veces, interrumpiendo mi lectura. Cierro el libro para prender el teléfono: es Daniel.


¿Dónde estás?

Recibido 15:21


Anoche no respondí a ninguno de sus mensajes, me resultó más fácil clavarle el vistazo y fingir que eso no existió. El pelinegro es raro.


¿Por?

Enviado 15:22


Rápidamente, reviso mi mensaje, haciendo visible el "Escribiendo..." al lado de su foto de perfil. Es él, con unos lentes negros y su sonrisa perfecta. Es muy atractivo, no puedo negarlo. Es alguien alegre y no parece ser malo (ignorando lo sucedido hace poco). No he visto que tenga algún vicio; además, he notado que es muy inteligente y mantiene buenas calificaciones. No me supera, pero si me descuido, sí podría.

Aún no me cae del todo bien. Cada vez que recuerdo que me siguió donde Jacky, me entra coraje. Pero estoy segura de que a mi padre no le hubiera gustado esto. Al contrario, se hubiera alegrado.

«Ivette, quiero que algún día le muestres a alguien especial este lugar. Como tú me lo mostraste a mí.»

Mi teléfono vuelve a vibrar, haciendo que regrese a la realidad. Enfoco mi vista en el mensaje de Daniel.


Te veo :)

Recibido 15:26


NOS VOLVEREMOS A VER [Porque Siempre Hay Un Regreso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora