devil {Javier Peña}

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Los preparativos para realizar una boda siempre suele ser el sueño dorado para toda mujer, pero todo tiene su lado poco atractivo. Soñamos con un vestido de ensueño pero no pensamos que solo podemos utilizarlo una vez, un lugar rodeado de flores hermosas que pronto perecerán y miles de velas iluminan el espacio que verá el inicio de un amor eterno pero estas no tendrán el mismo destino ante su inevitable consumo. ¿Cómo algo tan hermoso como el inicio de una nueva vida puede tener tanta dualidad con un evento tan trágico?... O tal vez solo soy yo viendo el lado negativo de esto por fingir que estoy a punto de casarme por amor.

Nunca pensé que terminaría de esta manera. Comprometida con un hombre que dice amarme más que a la vida misma, pero amando aquellos ojos tristes que he conocido en el bar y sigue quemando mi corazón lentamente por sus ausencias y falta de valor para enfrentar nuestros verdaderos sentimientos. Conocer al agente Javier Peña pudo ser como un arma de doble filo con el cual me arriesgue plenamente a jugar, sabía lo que buscaba de mi y le di todo a manos llenas sin saber que en en el proceso mi corazón sufriría lo suficiente como para aceptar el amor de alguien más solo por llenar ese espacio dentro de mí.

Nunca me he sentido tan sola como en este momento a pesar de creerse que este día sería el más feliz de mi vida. Debo admitir que el vestido de tela satín que ahora me vista es hermoso a pesar de su sencillez, mis rizos han desaparecido por un par de minutos al ser sustituidos por suaves ondas sueltas que me dan un aspecto romántico y el maquillaje que llevo es lo suficiente como para darle un aspecto relajado a mi agobiada persona. El jardín es hermoso y se encuentra lleno de peonias rosadas formando un camino hacia el altar pareciendo brillar como nunca, la mínima cantidad de personas invitadas yacen en diversos puntos del sitio perfectamente decorado pretendiendo estar felices por los novios y un par de vehículos pesados orquestados por lo que parece ser un batallón de las fuerzas policiales. Casarse con el precandidato único a la presidencia de Colombia puede parecer el sueño de muchas, para mí solo parece ser una extraña pesadilla.

—¿Estás lista?.—No reconozco de la persona que ahora pregunta por mí, no he prestado suficiente atención a todas las personas que están encargándose de hacer este día perfecto. Cuando mi vista gira hacia la puerta puedo sentir mi cuerpo entumecerse y mi piel pierde color ante la imponente figura de Javier frente a mí. Luce tan varonil como el último día que nos vimos, el color azul cielo de su camisa hace que luzca increíble y aquellos lentes para sol con vidrios amarillos cuelga sin cuidado de la misma dejando al descubierto parte de su pecho. Dios, perdona mis pensamientos.

—¿Qué haces aquí?.—Mi respiración se vuelve más lenta a cada paso que le veo dar. Sus dedos acarician con un poco de nostalgia el ramo de flores blancas que descansa sobre la cómoda y sonríe con cierta tristeza cuando su mirada recorre mi cuerpo de pies a cabeza con lentitud.

Te ves hermosa.

—Javier, si alguien te ve aquí vas a meterte en problemas.

—¿Porque vas a casarte con alguien a quien no amas?.—Interrumpe mi súplica importándole poco mi rostro angustiado. ¿Cómo puede preguntarme algo así cuando es él quien nunca me ha tomado enserio?

—Nunca me dijiste que no lo hiciera, ¿Porque esperaría por ti si nunca me lo has pedido?

—No pensé que fuese necesario.—Mis ojos se cierran ante su delicad toque, disfrutando de la sensación de su callosos dedos en la piel descubierta de mis brazos.—Di por hecho que ambos nos pertenecíamos. Sabes que siempre he sido tuyo y me siento tan triste de verte de esta manera y saber que no soy yo quien está por desposarte.

—Javi, no me hagas esto.—Su aliento en mi nuca está erizando mi piel de sobremanera, enciende todos mis sentidos y me hace apretar mis muslos con sutileza ante la enferma necesidad de sentir su toque sobre mí.—Por favor.

—¿No quieres que te haga mía como tantas veces lo hice?.—La suave tela de mi vestido satinado sube por mis piernas gracias al canalla que besa mi cuello con lentitud. Sus manos se anclan en mis caderas y me eleva lo suficiente como para dejarme sobre el tocador.—Quiero follarte mientras usas este maldito vestido porque quiero que te quede claro que me perteneces. He sido el primer hombre en tu vida, solo eres mía.

Gimo despacio cuando la delicada tela de mi ropa interior es deslizada fuera de mi cuerpo, los labios de aquel hombre besan los míos con devoción adorándome como siempre supo hacerlo. Sus curiosos dedos parecen hacerse camino en mi piel recorriendo mis muslos y subiendo lo suficiente hasta alcanzar mi húmedo centro ansioso por él.

—Mira lo lista que estás. Tan ansiosa y chorreante por mí como siempre.

—Alguien va a descubrirnos.—Murmuro con cierto tono despreocupado, sentir sus dedos danzando en mi interior se han encargado de anular mi juicio por completo haciendo que todo se vea rosa ante mis ojos. Los hábiles labios de aquel hombre bajan con destreza por mi cuello dejando un suave rastro de humedad, desliza los tirantes de mi vestido por mis hombros y se aleja lo suficiente como para sonreír con cinismo al observar el desastre que ha hecho conmigo.

—No quiero que alguien más tenga lo que es mío.—Mis manos le atraen con desespero, encargándose de desatar el cinturón que mantiene sus pantalones en su sitio y aumentar de temperatura de esta habitación. Sus besos se vuelven fogosos y desesperados y sus manos abandonan mi cuerpo el suficiente tiempo para liberarse a si mismo y encontrar el camino a mi centro.

Sus jadeos y los míos parecen ser discretos pero forman una perfecta sinfonía solo para nosotros. Sentirlo tan dentro, piel a piel, es la sensación más adictiva que he experimentado y aunque sé perfecto que estoy jugando con el mismísimo diablo... Pero me importa poco arder en el infierno, solo por Javier.

—Escapa conmigo.—Murmura en mi oído sin dejar de golpear suavemente mi interior haciendo que gemidos ahogados salgan de mi boca solo para terminar siendo silenciados en la piel de su cuello.—Iniciemos una vida juntos.

Sus movimientos se aceleran, el sonido de nuestras pieles rozar apenas se vuelve audible y sus jadeos se han vuelto gruñidos excitados que anuncian su próxima liberación. Tomo sus mejillas y disfruto de sus labios importándome poco arruinar mi lipstick sintiendo la rasposa sensación de su bigote en mi piel, ahoga en su garganta el sonido de mi llegada al paraíso sintiendo mi cuerpo relajarse ante la cálida sensación de su semilla derramada en mí.

—Necesito vestirme.—Murmuro desorientada sintiendo la triste mirada de aquel hombre sobre mí pero acepta separarse de mí para comenzar a arreglar su propio vestuario.—No puedo hacerte esto.

—Pero...—Mis ganas de aceptar su propuesta son exhorbitantes pero no puedo hacerle daño al único ser que he amado de forma genuina y desesperada.

—No estoy dispuesta a ponerte en peligro por escaparme contigo. Está en juego tu carrera, tu reputación... tu vida.

—Me vendería al mismísimo diablo si eso me permite pasar la eternidad a tu lado. Renunciaré a mi trabajo, podemos irnos del país. Solo dime que sí.

Puedo sentir su mirada en mi espalda a pesar de no encontrarse presente entre los invitados, las lágrimas se deslizan por mi mejillas sin restricción alguna teniendo sobre mí las enternecidas miradas de desconocidos al creer que mi felicidad es tan grande como para hacerme llorar pero solo puedo pensar en una sola cosa. He perdido al amor de mi vida, aquel hombre que me ama de una forma tan intensa que me es abrumador y asfixiante por asegurarme de tener al amor para mi vida, aquel que podrá darme todo pero nunca esa mirada con ojos tristes que adoro tanto y extrañaré hasta mi último día.

Dedicado a dailismonse y SophieMendes02

𝔻𝕀𝕃𝔽 𝕀𝕀 {Pedro Pascal One Shots} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora