Capítulo 04

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Informes
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- ¿Hablarás? - espeta el tatuado al ver mi silencio.

- Mis padres era los reyes- comienzo a relatar - Pero en un viaje nos detuvieron y me secuestraron para pedir una suma alta de dinero- Sus rostros se muestran sorprendidos y atentos a lo que digo - Ellos querían un rey así que... No me buscaron más y... - trago saliva viendo mis dedos. - Tiempo después me llevaron con otro tipo y ahí fue donde conocí a la que la sentí como mi hermana - un nudo comienza a formarse en mi garganta - Pero no pudo huir conmigo - evito soltar lágrimas y Selene es la primera en abrazarme. Me quedo estática mientras sus brazos me rodean.

- ¿Quién era el otro tipo con el que te llevaron? - pregunta el pelinegro

- No lo sé pero le decían El Amo - un sabor amargo se asienta en mi boca. - Seguramente está como loco buscándome - sonrío sin gracia. - No les pido que busquen a mis padres - mis ojos se pasean por todos los presentes - No voy a volver con ellos ni mucho menos quiero darles molestias - Trato de levantarme y aún tambaleo pero me sostengo.

- Te quedarás aquí por tiempo indefinido - Habla el tatuado y me sorprendo - Vin - se presenta y desaparece.

- ¿No comerás? - pregunta la señora Selene señalando el nuevo platillo y sonrío un poco, sentandome de nuevo.

Después de comer y terminar muy llena subo arriba con ayuda de Selene.

- ¿Cuánto tiempo tenía sin comer? - pregunta al ver que estoy demasiado flaca. Evito mirarme porque la ira y la tristeza me envolverán y la última vez no salió muy bien.

- No lo recuerdo - digo en un hilo de voz. Creo que ella merece al menos que me abra con ella. Es muy dulce y servicial conmigo. - Porque temía que le pusieran algo a mi comida - Ella parece compadecerse de mi y no dice nada como un "lo siento" y lo agradezco.

- ¿Y que le hacían? - nuevamente ese sabor amargo en mi lengua.

- Prefiero no recordar - Llegamos a la habitación en donde desperté y me ayuda a curar las heridas. Proseguimos en el baño donde me deja ahí sola después que yo le le haya dicho que podía pero me dijo que estaría en la puerta por cualquier cosa.

Me adentro en la regadera y pongo la temperatura del agua en un poco caliente. Me aplico shampoo y enjabono mi cuerpo. Mis músculos se relajan a la calidez del agua y las gotas sobre mi piel me hacen cerrar los ojos. Mmm.

Salgo del baño envuelta en toalla y me encuentro con Selene sentada en el pequeño sofá. Me ayuda a secar mi cabello con otra toalla.

- Nunca pude peinar o secar el pelo a mis hijas - Frunzo el ceño

- ¿Porqué señora Selene?

- Porque no tuve - sonríe con diversión y río un poco - Tengo dos hijos varones nada más - desenreda mi cabello que es algo largo, me llega un poco más abajo de mis pechos

- Vaya - murmuro

- Y ahora ya están grandes y no quieren la atención de su vieja madre - suspira - Siempre quise tener una hija pero... - me observa con cariño - Mi segundo intento no salió bien - Ambas reímos y alguien llega a la habitación.

Vin.

Sus ojos fríos y calculadores nos observan como quien quiere averiguar qué está pasando.

- Los dejo, jóvenes - se despide Selene y se va.

Mi mirada cae en Vin quien no deja de mirarme y veo que sigo con la toalla envuelta en mi cuerpo

- ¿Ocurre algo? - veo como se obliga a levantar la mirada a mi cara y traga saliva.

- Solo venía a ver si te hacía falta algo - Veo un tenue rosado en sus mejillas y sonrío un poco.

- No me hace falta nada de hecho yo...

- Bien, porque hay unas preguntas que quiero hacerte - opta ese tono de voz serio y distante que me hace fruncir el ceño. De repente vuelve su faceta de imbécil.

- ¿No puedes esperar a que me vista? - me pongo de pie sosteniendo la toalla en mi pecho.

- Adelante - señala el baño y toma asiento en la cama. Giro los ojos y llevo la ropa que me dió la señora Selene. Al parecer es nueva. Viene todo con etiqueta y la ropa interior empaquetada. No puedo evitar hundir mi nariz en la ropa. Me encanta el olor a nuevo. Después de embriagarme con el olor salgo del baño vestida de unas...¿Esponjas? Amarilla sonrientes. Por lo que vi en la etiqueta decía Bob Esponja. La pijama en si es muy llamativa por su color amarillo. La blusa es blanca con el dibujo de la esponja sonriente y sin duda es cómoda y fresca. La ropa interior es muy suave. Me pongo las pantuflas extravagantes de unicornio. Tan sólo sus ojos grises se posan en mi comienza a reír. No admitiré que sus risas son muy bonitas. Me hago la ceñuda y él parece quitarse una lágrima de su ojo.

- Admitiré que Hale se pasó con la pijama - dice entre risas y las mejillas rojas de tanto reír - Pero las pantuflas es otro nivel - limpia sus ojos y poco a poco quita esa bonita sonrisa para volver a tener esa cara de culo.

- Si te ríes de mi no da mucha gracia - espeto y me siento en el otro extremo de la cama.

- ¿Recuerdas tus apellidos, Blair? - arrastra mi nombre lo cual me da escalofríos en mi espalda baja.

- No lo recuerdo - muevo mis dedos sobre mi rodilla. Estoy sentada tipo indio.

- ¿Los nombres de tus padres? - niego con la cabeza y parece frustrado.

- Era pequeña cuando me alejé de ellos - su rostro se suaviza - Tenía cinco años - veo arrepentimiento en sus ojos.

- ¿Y ahora?

- Diecisiete - él aprieta sus labios rosados. Y mi visita se va al pequeño arito que yace en su labio inferior.

- ¿Cómo fue tu vida, Blair? - deja un poco de lado esa frialdad y cuando me mira me gusta como lucen sus ojos.

- Al principio no me hicieron nada pero al ver que a mí padre no me importó me llevaron con El Amo y ahí crecí y fui una sirvienta conforme fui creciendo hasta que él se empezó a interesar en mi de una forma enferma y... - Fijo mi mirada en ningún lugar especial. - Logré escapar cuando era la ceremonia - finalizo y él me ve con atención. Me remuevo en mi lugar bajo sus ojos oscurecidos.

- ¿Ceremonia de qué? - pregunta serio pero sus ojos son suavizados.

- De boda.

VIN

Estará idiota ese imbécil.

La dejo descansar y me voy sin mediar palabra.

Para mi sorpresa no había escuchado de ese tipo hasta ahora.

- Tengo informes del tipo ese - Suelta Damien dos horas después de que le dijera quien era el que la tenía cautiva.

- Sorprendeme - repiqueteo los dedos en mi escritorio.

- Es un brujo que disfrutaba profanar la inocencia de las mujeres. Las violaba y las daba como sacrificios a su señor - me muestra imágenes y evitar soltar una mueca. - Creía que así sería más poderoso.

- Pero no - determino por él quien asiente

- Su pueblo fue hecho cenizas al menos la mitad - me muestra una foto de un incendio - Exactamente el dia que la encontramos. - Ayer. - Es un depravado que merece ir al infierno - espeta recargandose en el respaldo de la silla.

- Debemos llevarla al médico - analizo mientras repiqueteo la pluma cerca de mi boca - Que le hagan estudios de todo - él asiente.

- ¿Te preocupas? - pregunta con aire juguetón.

- Simplemente quiero ser amable - Mentira. Me preocupa su estado. Quiero que esté bien y que las acciones de ese transtornado no le hayan afectado.

Tan sólo espero que ella busque venganza por que me encantaría acompañarla

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