Larga charla
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Vin con Madisson en sus piernas.Él me mira asustado y yo desaparezco de ahí lo más antes de ahí sintiéndome estúpida.
— ¡Blair! — grita a mis espaldas y lo ignoro hasta cuando llego a mi habitación. Cierro con seguro la puerta y trago con dificultad este nudo en la garganta. — ¡No fue lo que vistes! — suena desesperado pero yo ya siento mi corazón romperse. — ¡Ella lo hizo en un segundo y estaba separándola! — mis ojos se cristalizan y me abrazo fuerte a mi misma mientras reúno valor para preguntar.
— ¿Por el lazo me ardían los labios? — pregunto en un hilo de voz y escuchó su suspiro.
— Si, por eso — una lágrima cae por mi mejilla y deslizo mi espalda por la puerta hasta quedar sentada en el piso.
— ¿Será cada vez que beses a alguien más? — susurro sintiéndome imponente sin poder controlar mi llanto bajo. Trata de girar el pomo, doblo mis piernas hacia mi pecho y las abrazo — Déjame sola, Vin.
— No iré con nadie más — promete — Lo prometo — giro los ojos y mi cabeza comienza a palpitar.
— Déjame sola
— Quiero hablar.
— Déjame sola
— No hasta que me dejes explicar.
— ¡Que me dejes sola Vin! — grito con la ira en mis venas. — ¡Largo! — grito tan fuerte que mi garganta duele y lloro en el suelo. Escucho su suspiro y sus pasos alejarse.
Me levanto, voy hacia la cama sin ánimos y me hago ovillo en las mantas.
— Linda, debes de comer algo — murmura por décima vez Selene. Me levanto sin ánimo y abro la puerta. — El joven no quiere que siga así — casi giro los ojos y tomo la bandeja de apetecible comida.
— Gracias, Selene — hago un ademán de cerrar la puerta y ella me detiene.
— Sé que no debo interponerme ni opinar al respecto pero el joven se la está pasando muy mal al igual que tú, Blair — habla con seriedad — Escúchalo y toma una decisión — me da una mirada significativa y se va. Cierro la puerta con seguro y voy a la alfombra para comer. En cuanto pongo la comida sobre la alfombra mis ojos caen ella y mis intestinos rugen por comida. Me lo devoro todo y lo paso con jugo que acompañaba el platillo de spaghetti con albóndigas.
— ¿Puedo pasar? — mi corazón sufre un disparo. — Por favor, Blair — Súplica Vin y giro los ojos. Ha venido como mínimo diez veces y son las diez de la noche.
Llevo encerrada como cuatro horas tal vez.Me levanto y retiro el seguro de la puerta y me sorprendo al verlo desaliñado. Sus ojos se iluminan al verme pero no puedo decir lo mismo
— Pensé que no abrirías — sonríe un poco pero la verdad evito sentir algo con ese simple acto. Abro la puerta para que pase y me encamino a la bandeja ahora vacía, la pongo sobre la mesita que está casi a lado de mi cama.
— ¿Y bien? — me siento en la orilla de la cama, con una distancia prudente.
— Yo no quería que eso pasara — se pasa la mano tatuada por los rulos rubios, pareciendo frustrado — No volverá a venir — añade rápidamente — La desterré de la manada — ¿Qué? Trato de no mostrar ninguna emoción pero por dentro no me cabe la sorpresa — De seguro estará recogiendo sus cosas — trata de acercarse pero lo detengo con mi telequinesis aplicando como una barrera invisible.
— No te acerques — advierto y un ápice de dolor cruza su rostro. — No tienes que explicarme nada, Vin — pronuncio tan calmada como puedo — No somos pareja ni nada por el estilo — su ilusion se va de su mirada y refleja tristeza y decepción — Sólo déjame ir y olvidaremos esto — me muestro neutra hacia él pero la verdad es que no quiero separarme de él. Pensé que al menos respetaría nuestro lazo. Ya no le tengo confianza y odio lo que me hace sentir.
— No te dejaré ir, Blair — dice serio — Eres mi mate, mi Luna
— Si lo soy — me pongo de pie — Pero quisiera no serlo — su cara se contrae y mi pecho duele — Como justo ahora.
— Sé que la cagué pero — trata de tocarme y me alejo — Dame una oportunidad — súplica.
— Ya sabes la respuesta a eso — respondo seca — Ya hablamos — cambio de tema — Ahora vete — trago con dificultad el nudo en la garganta. Él me mira dolido y se va con una línea fina en los labios.
Cuando se va me siento en la orilla de la cama y dejo salir las lágrimas que florecieron en mi.
Esto será un maldito castigo
Vin
Dejarla sola y carente de emociones me hace doler el pecho.
Si bien sabía que estaría molesta pero no que estuviera tan fría y distante.Ver en sus ojos ese vacío y decepción hacia mi me hace querer golpearme a mi mismo.
No debí dejar que Madisson volviera y tampoco no explicarle lo suficiente.
Nunca le había hablado a nadie con tanto sentimiento como lo hice con ella horas atrás.
Ni tampoco había querido proteger su corazón tanto como lo hago con ella.
La cuido de los demás pero no de mi. Y yo soy el causante de su dolor y tristeza y eso me castiga.
Ahora estoy en mi habitación junto a la pared que une su habitación de la mía, de alguna forma me siento cerca de ella.
La pared que nos separa.
Mi teléfono comienza a vibrar y bufo por lo bajo.
¿Quién podrá ser?
Camino a paso apresurado y me lanzo a mi cama mientras descuelgo, opto una posición cómoda al ver de quien se trata
— ¿Mamá? — pregunto confundido. Casi siempre el que llama soy yo.
— ¿Por qué no me dijiste que encontraste a tu mate? — me tenso de pies a cabeza. Mierda.
— Yo no.... — trato de mentir pero
— ¡No quieras mentirme! — chilla al otro lado y tengo que alejar mi teléfono de la oreja — ¡Soy tu madre Vin Evans! Más te vale presentarla mañana en el cumpleaños de Jayden — lo había olvidado.
— Mamá no....
— ¡Nada de excusas! ¡MAÑANA! — sentencia
— No puedo mañana — hablo rápidamente antes de que me interrumpa — Tengo trabajo. — miento.
— Pues ya le dije a Jayden que vendrás y está muy emocionado — suspiro girando los ojos. — Más te vale venir y no solo — veo de reojo la pared que une nuestras habitaciones.
— Está molesta conmigo — decido decirle un poco de verdad. Se escucha silencio del lado de su línea.
— Pues arreglen sus cosas que YO merezco conocer la mate de mi hijo menor — se escuchan murmullos al otro lado — ¿Cómo es? — casi susurra.
— Es una chica mamá — pongo los ojos en blanco y bufa.
— Que imbéciles son los hombres — espeta y sonrío un poco.
— La verás mañana, mamá — añado y escucho un suspiro — es pelinegra, me llega a mi pecho, sexy y ojos oscuros. — diría que es muy comelona, observa todo con atención, es curiosa y justo ahora está muy molesta conmigo.
— Algo es algo hijo mío— suspira exageradamente. — No veremos mañana ¡NO FALTES! — Me lanza un sonoro beso y cuelga.
Paso por milésima vez mis manos por mi cabello y a este paso estaré calvo de tanta frustración.
Me levanto de la cama y salgo de mi habitación para molestar nuevamente a Blair.
— ¿Qué? — espeta mirándome con frialdad.
— Sé que no es buen momento pero quiero que me hagas un favor— hago un ademán — Finge que me quieres
Ella frunce el ceño y se cruza de brazos en el marco de la puerta.
Será una larga charla
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Manusia SerigalaLibro III de la trilogía Evans Si algo anhelan los licántropos con intensidad es encontrar a su alma gemela. Si bien este caso no podría ser en el menor de los hermanos Evans. Vin, es un alma libre que no busca ataduras si no más bien vivir su vida...