Carta
──────Despierto cuando mi estómago pide comida. No sé qué hora es pero me levanto con la idea de comer algo.
Las ventanas tienen de fondo el cielo oscuro y frunzo el ceño.
¿Tanto dormí?
Abro la puerta y el pasillo se encuentra desierto. Una que otra luz encendida iluminando el pasillo. Enfoco mi oído no hay ningún ruido. Tal vez sea medianoche.
Espero no despertar a alguien.
Bajo la escaleras bostezando y giro a la derecha cuando llego al último escalón y es entonces cuando voy a dar un paso más, la luz se enciende y una silueta de un hombre sentado aparece. Suelto un grito y llega en un parpadeo a mi, callando mi grito. Su mano sobre mi boca ahoga el sonido y mi espalda choca con el cristal del barandal de la escalera.
Su estatura es mucho más larga que yo casi dos cabezas. Su mano cubre casi toda mi mandíbula y nuestros pechos están muy cercas para mi gusto. Un embriagante olor desprende su cercanía y detallo unos rizos y unos tatuajes en el pecho que sólo se los he visto a una persona aquí.
Vin.
Su aliento acaricia la punta de mi nariz y mis piernas flaquean. Me pregunto porqué logra ponerme tan nerviosa este chico y porqué me fascina que lo haga.
- No hagas ruido - susurra con su voz baja que, como siempre, me provoca escalofríos en mi espalda baja y mi estómago revolotea. Baja un poco más su cabeza y su aliento es más presente. - Que despertarás a los demás, dormilona - se aleja de mi, dando un paso hacia atrás, y mi cuerpo extraña la calidez que el suyo emanaba.
De repente recuerdo lo que sucedió atrás con la chica perfecta y mi lado rabioso sale a flote.
Lo rodeo y finjo que no está ahí, observandome como acosador.
Enciendo las luces de la cocina, que recuerdo haber visto la última vez que estuve aquí, y tomo lo que está en la encimera. Una manzana.
Me siento en un banquillo dándole la espalda al rubio.- ¿Porqué me ignoras? - su voz ronca suena justamente atrás de mi oreja y mi pulso se dispara. Los vellos de mi piel se erizan y mis mejillas se calientan - ¿hum? - su aliento me causa cosquillas y estragos en mi vientre y ahogo un suspiro. - ¿Te preparo algo? - aparece frente a mi y por un lado siento alivio mientras que por el otro quería que siguiera tras de mi.
- Con esto es suficiente - murmuro más seca de lo que pretendía. Él hace un línea fina con sus labios y parece confuso ante la situación.
- Aunque no lo parezca soy bueno cocinando - se halaga solo
- No dije que parecieras algo - mastico la dulce manzana sin mucho interés pero por el rabillo del ojo veo su sorpresa cuando fijo mi mirada en otra cosa que no sea él.
- También soy bueno en otras cosas - insinúa con una sonrisa extraña.
- Que bueno - me levanto del banquillo - Que no seas un completo inútil - y lo dejo con la boca abierta cuando me voy dignamente a mi cueva.
Sé que no debo estar molesta pero de alguna forma lo estoy y me molesta estar molesta y aquí estamos.
Yo molesta con un tipo que no conozco siquiera dos días y que además me provoca cosas extrañas que nunca antes había sentido.
Nunca me había sentido tan confundida.
A la mañana siguiente...
Desayunamos en pleno silencio y después el trío de hombres se van a no sé dónde.
- ¿Te gustaría hornear conmigo, linda? - me pregunta Selene amablemente y asiento enseguida. A mi me encanta hornear.
- Mi abuela me enseñó ésta receta - murmura cuando estoy batiendo los huevos y ella la harina.
- Apuesto que salen sabrosas - murmuro concentrada en lo que hago. - Te tengo una pregunta Selene - despego mi mirada del plato en el que estoy separando las llemas de las claras. Ella me mira interesada - Si se puede - agrego.
- Adelante - sigue con su masa.
- ¿Qué es eso de los alphas? - deja de batir y me mira sin saber que hacer - Escuché que bromeó Hale pero... No sé a que se refiere. - deja el tazon de la masa en la encimera.
- Un alpha es el líder de una manada - me mira - Es el encargado de cuidar a todos de los suyos y cuenta con un beta y Delta que también llevan ese compromiso. - asiento - Vin es el alpha de aquí, Hale su beta y Damien su Delta.
- Entonces Vin es como su jefe - murmuro siguiendo a lo mío.
- Algo así - concuerda ella - Y todo alpha debe tener su Luna.
- ¿Qué hace ella?
- Es la que tranquiliza a los demás y pues también se encarga de cuidar y ver el bienestar de los demás.
- ¿Es la chica que vino ayer? - pregunto curiosa.
- Gracias a la Luna no - gira los ojos y río.
- ¿Porqué? - le extiendo el tazon con los huevos.
- Se le subiría fácil el poder al cabeza hueca que tiene - suelto una pequeña risa y ella me copia - Tengo la fé de que la Diosa Luna le pondrá una gran mujer al joven - sé que se refiere a Vin - Al igual que a Hale y Damien - agrega
- Se ve a millas que son mujeriegos - murmuro buscando lo siguiente de la lista.
- Y por eso considero que merecen ya un alto - responde maternal y sonrío - No sabes las cosas que he tenido que pasar teniendo a esos tres - hace un ademán.
- Cuéntame - me siento en el banquillo.
- Me he tenido que deshacer de tanto de chicas como de chicos - blanquea los ojos y agrega los demás ingredientes a la masa - Unta en el molde la mantequilla por favor - pide y lo hago enseguida - He pasado por resacas y sus humores de perro - vaya
- ¿Cuál es el más malhumorado? - apuesto que Vin
- Vin - responde enseguida - Tiene cambios de humor muy rápido pero sé - me apunta con una cuchara - Cómo aplacarlo - pone la mezcla en el molde redondo ya con mantequilla - Un buen sermón y se le pasa - sonrío.
- Parece su mamá- ella asiente - ¿Y sus padres?
- Están en otra manada siendo abuelos - mete el molde al horno
- Pensé que estaban aquí - repiqueteo mi dedo meñique en la comisura de mi boca.
- Es un larga historia del porqué el hermano menor Evans terminó siendo alpha - suspira con tristeza. Mi curiosidad a borde.
- ¿Porqué? - ella sonrie al ver mi curiosidad.
- ¿Porqué eres tan entrometida? - una tercera voz se hace presente y doy un brinco en mi lugar.
Los ojos grisáceos de Vin me observan serios pero veo la sombra de una pequeña sonrisa.
Mis mejillas se encienden.
- Llegó esto para ti - Damien me extiende una carta blanca con una letra que conozco bien.
Blair:
Sé bien que lograste escapar, pequeña.
Pero tranquila pronto pagarás por lo que hiciste y volverás a tu hogar.Atte:
Tu AmoTrago saliva con dificultad y mis oídos pillan.
- ¿Blair? - escucho a la distancia y veo a Selene preocupada. Mis ojos se cristalizan. - Estás pálida cariño - Cierto los ojos con fuerza y forzo una sonrisa.
- Estoy bien Selene - y me voy a toda velocidad a la habitación con la carta hecha una bolita en mi mano
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TE ENCONTRÉ
WerewolfLibro III de la trilogía Evans Si algo anhelan los licántropos con intensidad es encontrar a su alma gemela. Si bien este caso no podría ser en el menor de los hermanos Evans. Vin, es un alma libre que no busca ataduras si no más bien vivir su vida...