CAPÍTULO DOCE

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¡Oh por Dios! No se había dado cuenta cuánto extrañaba esto, la boca de Jin le recorría el cuello mientras sus manos acariciaba su espalda. Estaba sentado a horcajadas sobre Jin y sus erecciones se rozaban a través de la delgada tela de sus chándales. La camiseta y suéter de Jin estaban ya sobre el heno y el tenía todo el acceso a la piel nívea de Jin.

-Ji-Jin ¿En verdad podemos hacer esto aquí? -le preguntó en medio un fuerte gemido que Seokjin atajó con sus labios.

A estas alturas sentía la boca hinchada pero no dejaría pasar esta oportunidad, Jungkook era un oasis y él había pasado un año en absoluta sequía.

El abrigo de lana estaba lejos y el suéter negro de Kook ahora mismo era retirado del cuerpo del guapo modelo. ¡Santo señor del universo!

Jungkook era hermoso, amaba cada poro de su cuerpo, los músculos definidos, él estaba enloquecido con la perfección de su ¿amante?.

Él se había propuesto volver con Jungkook y no importaba cuánto tiempo le llevara, si tenía que rogar, suplicar y gritar a los cuatro vientos que la razón de su vida era el precioso hombre cuyo pezón tenía atrapado en su boca sacando de esos tiernos labios los sonidos más pervertidos y decadentes. Si seguían así, Jin se correría en los pantalones y en serio, en serio quería volver a sentir la calidez del cuerpo de Jungkook y correrse dentro de él.

Bajó los pantalones por las caderas y deslizó su lengua por la deliciosa V que se formaba en el abdomen mientras Jungkook se mordía los labios, suspiraba y revolvía su cabello. Cuando liberó la polla de Kook esta tenía una pequeña gota de precum en la punta, SeokJin pasó la lengua tomando la perla transparente haciendo que su pareja se estremeciera.

-Oh mi-Oh Dios...Jiiin -salió de la boca entreabierta de Jungkook justo cuando Jin lo tomaba en su boca. La succión era precisa y esta intercalada entre succión, lamidas y caricias.

-Jin-Jin voy a correrme -le dijo cuando Jin aumentó la velocidad de su boca. Con un gran gemido se vino y luego besó a Jin mientras metía sus manos en los bóxers al tiempo que los jalaba hacia abajo dejando el trasero de Jin al aire.

Quería a Jin dentro de él ahora mismo.

Al parecer Jin tenía el mismo interés porque terminó de quitar sus calcetas y pantalones, besó su tobillo, su pantorrilla, la parte interna de su muslo. Luego hizo que rápidamente estuviera sobre sus rodilla y palmas y la lengua de Seokjin acariciando suavemente su entrada rosada.

Todos los gemidos que salían de Jungkook eran exquisitos, el hombre en general era exquisito. Cuando estuvo dilatado y muy húmedo puso la punta de su pene en la entrada del pelinegro y se apretó contra él. Un suspiro fuerte y la resistencia natural del principio fueron su bienvenida hasta que sintió que Kook se relajaba e hizo su camino a casa. Cuando estuvo hasta las bolas enterrado en Jungkook, soltó el aire que no sabía que estaba conteniendo. Primero fueron estocadas suaves y luego aumentó la fuerza de su cadera. De repente Jungkook se detuvo, lo empujó y cayó de culo, se subió sobre sus piernas, tomó su polla y la empujó nuevamente dentro de él y empezó a cabalgarlo como si Jin fuese un corcel brioso y Kook el jinete experto. Las frases incoherentes del pelinegro eran un indicativo de lo cerca que estaba del final, pero Jin también estaba cerca del abismo, abrazando la cintura de Kook empezó a moverse con la misma intensidad que las caderas del pelinegro. Se acercó al cuello expuesto de Jin e hizo un enorme chupón mientras los dedos del hombre que aporreaba exquisitamente su próstata se apretaban en su cadera lo que seguramente dejaría cardenales en su piel, pero poco le importaba.

Con una mezcla de gemido y grito se vino en el abdomen de Jin, mientras este mordía su hombro y dejaba su cálida esencia en él.

Volvió a besar esos regordetes labios y se dejó envolver en los brazos cálidos de Jin. Se acostaron en la manta que habían tomado y se cubrieron con otra.

-Creo que tendremos que volver a lavar estas cobijas, Jin -le dijo mientras aspiraba el aroma de la loción de Seokjin. El aroma natural más su loción podían enloquecerlo de pasión en segundos.

Dando un ligero beso en su frente, la punta de su nariz y labios, Jin confirmó que al amanecer pondría esas mantas en la lavadora. Las había tomado limpias y las devolvería limpias.

Jin empezó a tararear la canción "Best part" de Daniel Caesar y H.E.R, se la había dedicado a Jungkook la primera noche que pasaron juntos. Sintió a Jungkook suspirar, poner su cabeza sobre su pecho y besar su piel.

-Te amo Jin, no te pude sacar de mi corazón -confesó suavemente, casi como un susurro.

Jin dejó de cantarle, tomó su mentón, lo levantó a la vez que se agachaba y lo besaba con pasión.

-Bebé, nunca he dejado de amarte amor. Ni un solo segundo -volvió a besarle y a hacerle el amor esa noche bajo las estrellas.

Ay señor qué calor hace🔥🔥🔥🔥
Nos falta un capítulo más esta noche.

MAL DÍA PARA VERTE (JINKOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora