Capítulo 33[ No Más Intimidación]

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Sus padres estaban sumamente preocupados por Kyoka dado que no llegó en la mañana para el desayuno, esperaban qué su hija apareciera y sólo se quedara con dicho amigo para dormir en vez de también comer allí querían charlar con ella lo antes posible pero claro se notaba que su hija no pensaba lo mismo.

Desde su perspectiva, Kyoka sólo quería dar algo de tiempo para que las cosas se calmen, sabía que sus padres podían llegar a ser bastante nerviosos por lo qué tenía que planear muy bien lo que les iba a decir; cómo bien dijo su jefe no quería estar enojada con ellos luego de todo lo que habían pasado, los amaba y ese mismo amor que les tenía no podía dejarlo por una discusión, podía solucionar las cosas si las hablaba.

Por eso mismo estaba bastante estresada y no creía poder aguantar tonterías el día de hoy o toda la semana, tenía una cara de mil demonios que en teoría servía para evitar cualquier disputa y cualquier pelea con sus compañeros y con todo en general pero aún con esa mirada de muerte no pudo evitarlo...

Kaminari- ya dije que lo siento! - el rubio estaba en el suelo tras un golpe certero por parte de la pelimorada

Kyoka- hoy enserio enserio estoy de muy mal humor cómo para aguantarte! - volvió a atacar al rubio en el cuello

Kaminari- piedad... - murmuró en el suelo

Sero- creo que te estás pasando Jiro-san... - sudó frío mirando cómo de herido estaba su amigo

Kyoka- no lo creo, hoy estoy muy cansada para sus bromas estúpidas- no le gustó que le cayera un balde de agua a penas cruzar la puerta del salón

Kaminari- ya dije que no eras tu el objetivo... - bramó en el suelo cosa que le llevó otro golpe certero en su cuello

Kyoka- no puden pasar ni un sólo día sin hacerle algo a alguien?! - el rubio comenzó a temer por su vida

Momo- Kyoka-san creo que Kaminari ya aprendió la lección- sonrió tensa a su amiga tratando de calmar a situación

Kyoka- no seas tan blanda Yaomomo- su amiga le puso una mano en el hombro

Momo- respira... - su amiga soltó un suspiro pesado

Kyoka- bien... - desconectó del rubio y simplemente caminó a su silla

Kaminari- gracias Yaomomo... - se levantó mirando la dulce mirada de la pelinegra- Yaomomo? - tembló levemente

Momo- creí haberles dicho que frenaran con las bromas al ingresar al salon de clases... - el rubio ahora si tenía una sentencia de muerte, no sabía de lo que sería capaz la pelinegra en estado de enojo y la verdad no quería saberlo

Mina- te levantaste con el pie izquierdo hoy? - comentó a su amiga pelimorada la cual suspiró

Kyoka- algo así... - se recostó en su asiento sin querer decir más- lo siento, no tengo los suficientes ánimos para aguantar nada...

Mina- te entiendo... - acarició el cabello de su amiga y la dejó allí en paz- pero si necesitas algo dime si? - su amiga asintió aún sin ver a nadie

Prometía ser un día bastante tranquilo, lo que necesitaba en esos momentos, nada de disputas, discusiones o peleas de ningún tipo, ya tenía bastante con lo de sus padres cómo para meterse en más líos. Parecía que sería el día perfecto, los maestros no estaban siendo nada sanguinarios con sus clases y no parecía tener problemas al entender lo que estaban viendo, salvo por lo de Kaminari podía decir que las cosas comenzaban a salir bien para variar y claro cuando va todo tan bien era necesario una pequeña piedra en el camino.

En este caso dicha piedra eran aquellas chicas de segundo que hace tres meses no las veía ni en pintura, junto a los que parecían ser sus novios, devolviendo la irritación a la pelimorada la cual ya estaba pensando en cómo evitarlas, lo último que necesitaba era otra suspensión por culpa de la señorita lágrimas de cocodrilo.

atrapada en el deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora